La economía espera la reacción durante el 14A

La economía espera la reacción durante el 14A

La devaluación es casi inevitable y el Gobierno intentará regular su velocidad. La inercia de la remarcación de precios alimenta la inflación.

La economía espera la reacción durante el 14A

El hombre ingresa temeroso al taller de una concesionaria. Lleva su vehículo al service y cruza los dedos. Sabe que los valores de los repuestos suben a cada instante. Pide presupuesto. El mecánico brinda su diagnóstico. Acerca la cifra y le dice: “este presupuesto es válido por una semana; está a precio de contado y sujeto a los movimientos del dólar”. El conductor queda perplejo. El presupuesto es importante, pero el cliente se encuentra entre la urgencia de evitar el deterioro de su auto o ganarle a la inflación. Casos como este se observan en todos los rubros. La inercia de la remarcación es una clara muestra de la falta de confianza que existe en la economía argentina. El tiempo electoral amplifica todo. El valor de la carne ha padecido el reajuste. Si hay descuentos en las carnicerías, será por pago en efectivo. Un fenómeno particular se observa en las bebidas. Una semana están en ofertas y a la siguiente desaparecen de las góndolas. ¿Especulación o falta de producción? Cuando se normaliza la oferta de bebidas, naturalmente el precio está actualizado.

La inflación de julio se conocerá el día siguiente de las PASO, el lunes que viene. Pero su cálculo será una estadística más, cercana al 7%, tanto en la medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) como en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central que, curiosamente, su difusión fue pospuesta para este lunes 14. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de este agosto que transcurre mostrará un escenario más preocupante. La corrida cambiaria de las últimas semanas, producto de la incertidumbre electoral potenció la caída en la demanda de pesos, provocando la aceleración inflacionaria, indica la Fundación Libertad y Progreso, que proyecta un IPC del 7,8% para este mes.

“La desconfianza en la moneda local es cada vez mayor y la incertidumbre por los primeros resultados electorales aceleró aún más la caída en la demanda de pesos. Se espera que estos eventos se traduzcan en un aumento de la velocidad de suba de los precios”, expresa el economista Emilio Prado. Además, acota, se ve potenciado por un Banco Central que emite mucho más de lo que los argentinos demandan y, todo ello, reduce fuertemente el valor del peso. “Los persistentes desequilibrios monetarios y fiscales del país, reflejados en una inflación casi crónica, han impactado también en una reducción del poder adquisitivo de los salarios”, completa el experto.

Con esta aceleración de precios no hay salario que aguante. Según Libertad y Progreso, en términos reales, el índice general del salario acumula una baja del 8,6% durante la gestión de Alberto Fernández. Y si ese asalariado está en negro, su ingreso se ha degradado un 25,8% también descontando el impacto inflacionario del período.

De verde a “blue”

La persistencia de los cepos cambiarios ha llevado al mercado a mutar de color cuando de transacciones en divisas extranjeras se trata. Así, el mercado ha dejado de mirar el dólar verde y opta más por el “blue”, tan oscuro como el mercado en el que se lo comercializa.

La atención del país se traslada al 14-A, donde de inmediato los operadores comenzarán a evaluar cómo queda el mapa político y el escenario electoral camino a octubre, aún cuando los más de dos meses por delante impondrán administrar con extrema prudencia una delicada transición ante los múltiplos desafíos económicos y los ruidos sociales.

“Con una aceleración del crawling-peg (microdevaluaciones) que se viene consolidando con el correr de agosto y que hasta ahora se mueve al 11% mensual, los operadores esperan el próximo dato de inflación y la decisión sobre la tasa del BCRA”, advierte el economista Gustavo Ber. Con crecientes intervenciones se sigue buscando administrar la presión sobre los dólares financieros, y libre, ante un persistente y generalizado proceso de dolarización, a la espera de evaluar desde el 14-A la reacción de los inversores de acuerdo a los escenarios electorales que dejen las PASO, detalla el analista del mercado.

Habrá un antes y un después de las PASO. El antes ha determinado que el dólar “blue” trepó a $ 605 por unidad, marcando un nuevo récord nominal.

La devaluación es ineludible. Sólo resta saber el adjetivo que se aplicará, porque ya está en marcha más allá del lento y progresivo reacomodamiento (crawling peg). Si se convierte en más brusca dependerá de las medidas que adopte el equipo que conduce el ministro de Economía, Sergio Massa. Se habla de un nuevo “dólar agro” para septiembre.

“Post-PASO, la política cambiaria del BCRA probablemente profundice las microdevaluaciones más aceleradas, más allá del parche de la devaluación fiscal”, afirma GMA Capital. La idea es llegar a diciembre con una coyuntura menos aguda. En este contexto, el mercado asigna altas probabilidades a que el Gobierno efectúe, incluso en contra de su voluntad, un ajuste discreto en el tipo de cambio oficial. Según los precios de los futuros, este evento tiene más probabilidades de ocurrencia en septiembre ($ 371 es el valor pactado), con un avance de 15% frente al contrato de agosto. Para fin de año, el tipo de cambio operado es $ 529, acota el economista Nery Persichini.

Los dólares financieros también están inquietos. En el último mes, el “contado con liquidación” pasó de cotizar $ 500 a casi $ 600, y encendió las alarmas. Sin embargo, este récord nominal todavía está lejos de valores vistos en otros momentos de pánico.

La historia es la de siempre: las cotizaciones de la divisa marcan el rechazo que los argentinos tienen por los pesos porque esperan que mañana el poder de compra sea inferior. Y buena parte de este temor está bien fundado debido a la dominancia fiscal. Que el déficit primario no se reduzca rápidamente es muy peligroso para las expectativas, advierte GMA.

Menos reservas: en el nivel más bajo en 17 años

Las reservas brutas del Banco Central se redujeron en casi U$S 500 millones en solo tres días, en medio de la fuerte dolarización de cara a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo. Según los datos provisorios de la entidad monetaria, las reservas cerraron la semana en U$S 23.668 millones, el piso más bajo de los últimos 17 años. Mientras tanto, las reservas netas se mantienen negativas desde hace tres meses y, en la actualidad, se ubican en torno de los U$S 10.000 millones. Esta situación inquieta al mercado debido a la incertidumbre sobre la capacidad del Gobierno para resistir una devaluación después de las PASO se acrecienta.

Golpe de efecto: el resultado del domingo marcará el ritmo del mercado financiero

Los analistas políticos señalan que las PASO se desenvolverán en medio de la apatía general de la sociedad, aunque el resultado incidirá en el clima del mercado. Según el director de Observatorio Electoral Consultores, Julio Burdman, las internas del domingo deja de ser el termómetro de otras convocatorias a primarias, para convertirse en una cuestión central, que definirá candidaturas. “El resultado tendrá un efecto inmediato en el mercado, un golpe de efecto que marcará el ritmo de lo que suceda en las presidenciales de octubre y, eventualmente, en una segunda vuelta de noviembre”, indica el analista político. Por su parte, el director de Comunicación de Zuban, Córdoba y Asociados, Gustavo Córdoba, dice a LA GACETA que “después del domingo, viene la economía” en medio de las pujas por el dólar, las expectativas por una devaluación y los compromisos pendientes entre el Gobierno y el FMI. Frente a la falta de propuestas de los precandidatos y a las peleas que se observan en las distintas coaliciones, Córdoba indica  que todo esto puede llevar a que, en la Argentina, se observe un nivel de movilización electoral inferior al promedio histórico, que puede rozar el 70% de concurrencia. Otro dato: como se vislumbra las PASO, el debate de los futuros candidatos se centrará en la economía.

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