- Familiar: S. tiene fractura de órbita ¿Vos le pegaste?
- Imputado: Quise evitar que me sacara el celular y ella se golpeó con la pared.
- Familiar: -¡Vos le pegaste! ¡Ya basta! Después todos creen que yo te apaño.
Ese fue uno de los chats que se extrajeron del celular del traumatólogo Luis Federico Allori, quien está imputado por lesiones graves agravadas por el vínculo en perjuicio de su ex esposa, la médica S.L., y de su hija.
Según la acusación, el 12 de febrero el galeno fue a la casa de su ex pareja para buscar a su hijo, allí se ocasionó una discusión en la que el hombre tomó de la cabeza a la mujer y comenzó a golpearla contra la pared, ocasionándole un desmayo.
Al ver eso, la hija de 14 años de los médicos le arrojó un vaso a su padre y lo hirió en la cabeza; luego el hombre le ocasionó un corte en la mano a la adolescente. Por la fractura que sufrió, la profesional debió ser operada y la recuperación le demandó más de un mes.
Pericia del teléfono
El perito informático Gerardo José Marranzino leyó su informe sobre los mensajes intercambiados entre el imputado y sus allegados. Primero se comunicó con un familiar que le preguntó si él había herido a S.L; luego chateó con un amigo que también lo reprendió.
“Federico, no puede ser que andes de quilombo en quilombo y nunca tengas vos la culpa, date cuenta. Siempre con la mano lastimada, siempre con algún ‘accidente’, no me vengás con cuentos”, le contestó ese allegado, colega de la víctima y del imputado. “Dejá el alcohol y esa mierda que te metés, ponete las pilas, soy tu amigo desde los cinco años ¡Dame bola de una vez! ¿Te parece que la chiquita tenga que llegar a eso? Si te atacó fue porque te tiene miedo, tu hijo más chico también te tiene miedo”, agregó el interlocutor en sus mensajes.
El informe de Marranzino fue acompañado por la reproducción de los videos que había grabado el imputado. En ellos se ve los momentos previos a los golpes. Allori aparentemente llegó a la casa de su ex esposa filmando, la mujer le pide que se vaya y lo insulta.
Le reclama además que deje de hablar mal de su familia e intenta quitarle el teléfono con el que el imputado grababa. Los videos no registran la secuencia completa, Allori habría vuelto a activar la cámara luego de las agresiones (esa parte aún no se reprodujo en la sala).
Las partes vieron atentamente la exposición de los videos, como solicitaban los defensores Roberto Vicic y Marcelo Cisneros. El juez Eduardo González está a cargo del debate; además, en representación de la Fiscalía de Violencia de Género, que encabeza Gerardo Salas, expone su teoría del caso el auxiliar Álvaro Litovic. A su vez, Manuel Pedernera asumió la querella en representación de las víctimas, pero también querella en el caso la Defensoría de Niñez.
Situación psicológica
Además del informe de Marranzino, otra de las temáticas que se trató en la audiencia de ayer fueron los diagnósticos que realizaron los psicólogos y trabajadores sociales sobre las víctimas y el imputado.
Alejandra Reyna, de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), señaló que la médica le contó situaciones violentas que vivió durante el noviazgo, el matrimonio y tras la separación. “El informe nos arroja un diagnóstico de riesgo altísimo, además de remarcar que tras la separación la violencia de su ex esposo fue en aumento. La señora también manifestó que el hombre manipula armas y que los hijos no sólo son testigos de la violencia sino también víctimas”, declaró la trabajadora social.
El psicólogo del Ministerio Público Fiscal, Gustavo Soria, recordó que cuando entrevistó a S.L., la mujer presentaba un problema de audición que tendría que ver con las lesiones sufridas. “Se quebró durante la entrevista y mostró todo su dolor psicológico. Había algunos indicios de violencia familiar”, indicó el profesional, que fue consultado sobre todo por la defensa y por los defensores de Niñez.
El psiquiatra y médico legista, Santiago Anzorena, evaluó a Allori. “Estaba ubicado en el tiempo durante la entrevista; se mostró angustiado y con ansiedad. Me dijo que ese día lo agredieron. Además presentaba excoriaciones en los nudillos y me dijo que había abandonado un tratamiento médico”, explicó el galeno. En su diagnóstico destacó que el acusado debía retomar un tratamiento psiquiátrico y cardiológico.
“Riesgo para terceros”
Por último declaró el psicólogo Ignacio Ygel, especialista en adicciones que le realizó una pericia a Allori. El profesional expuso que realizó una entrevista clínica y otra en la que aplicó varios tests para evaluar al imputado.
“En la vida nos pasan cosas buenas, cosas malas y algunas cosas traumáticas, todo eso nos va estructurando. Mi diagnóstico es que esta persona tiene un trastorno de personalidad inestable, que está vinculada a la agresividad, a actitudes impulsivas y al mal manejo de las relaciones personales”, argumentó.
Litovic le consultó si esa situación era reversible. “Cuando uno ya se constituyó como persona la estructura nos acompaña el resto de la vida”, respondió el psicólogo.
El auxiliar fiscal profundizó la indagatoria y preguntó si esa circunstancia representaba un peligro. Ygel contestó: “no hablaría de peligro, pero sí causa un riesgo no solo para él mismo sino para terceros”.
Los defensores Cisneros y Vicic cuestionaron los diagnósticos, principalmente al de Anzonera, a quien le consultaron por qué no había plasmado en su informe las lesiones que presentaba Allori en la cabeza. El médico respondió que no tuvo en cuenta cicatrices, sino lesiones, y para entonces la herida ya había sido suturada.