09 Agosto 2023
“Pensar en Hiroshima y Nagasaki es pensar en nuestro futuro”, le dijo a LA GACETA Tomoko Aikawa, embajadora de “Hiroshima por la Paz” en Argentina e hija de sobrevivientes de esa ciudad japonesa que, junto con Nagasaki, sufrió hace casi ocho décadas el bombardeo atómico perpetrado por Estados Unidos, en el que murieron por el que murieron 180.000 personas, entre las que fallecieron directamente como consecuencia del estallido o el calor de más de 4.000° C producido por la explosión, y las que cayeron luego enfermas por la exposición a la radiación.
Anoche, cuando se cumplió el aniversario número 78 del bombardeo sobre Nagasaki (la segunda bomba nuclear arrojada sobre Japón, porque la primera había devastado Hiroshima dos días antes), se realizó una ceremonia para conmemorar lo ocurrido en estas dos ciudades, que se transmitió a todo el mundo, como una manera de enfatizar que el horror de lo ocurrido no es un problema que concierne solamente a las víctimas, a los sobrevivientes o a sus familiares, sino que debe ser un compromiso que abarque a toda la humanidad, para evitar que vuelva a ocurrir, expresó Aikawa, en una entrevista por videollamada.
“La ceremonia en el Parque Conmemorativo de la Paz, en Hiroshima, junto al monumento con forma de tumba antigua japonesa, se va a transmitir a todo el mundo. Eso es algo que aprendimos en la pandemia: a acercarnos a través de la tecnología. Será la cuarta vez que podemos participar de esta manera”, contó.
A las 22.35, en forma simultáneas con Nagasaki, donde eran las 11.35 del 9 de agosto (la hora exacta en la que la bomba atómica golpeó a la ciudad japonesa), se realizó un momento de silencio y luego cantó el coro integrado por sobrevivientes de ese cataclismo nuclear. “Cantan para que nunca jamás se repita ese horror y para que ellos sean los últimos sobrevivientes de una bomba atómica.
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