El proceso de seleccionar implica necesariamente exclusión: de un todo, se elige lo mejor y se descarta el resto. La cuestión es que, más allá de las finas estadísticas que se manejan hoy en día en los deportes de alto rendimiento, darle contorno definido al plantel que representará a un país en un Mundial es una cuestión en la que importa mucho la subjetividad de quien selecciona: se elige lo que se considera mejor. Sin embargo, ese criterio puede variar según a quién se le pregunte, porque no todos vemos ni valoramos las cosas de la misma manera.
Por eso con este tipo de listas pasa siempre lo mismo: resulta imposible conformar a todo el mundo. Y así fue que a la revelación de los 33 Pumas que el head coach Michael Cheika y su staff técnico eligieron para viajar al Mundial de Francia le siguió automáticamente una serie de cuestionamientos sobre por qué este sí y este otro no.
Cualquier lectura, análisis u opinión que se emita acerca de una nómina mundialista debe hacerse bajo la siguiente salvedad: nadie conoce con mayor profundidad las entrañas de un vestuario, la actualidad de los jugadores y los números que refleja su rendimiento. Son ellos los que están día a día en cada entrenamiento, en cada charla y en cada análisis de video. Por ende, sus decisiones estarán respaldadas por un caudal de información mucho mayor a la que puede tener cualquiera de los que juzgamos el proceso desde afuera.
Dicho esto, sí llamaron la atención algunas de esas decisiones, tanto por incluir a un jugador como por dejar fuera a otro. Por lo pronto, los tucumanos nos quedamos con sensaciones contrapuestas: alegría por las convocatorias de Nicolás Sánchez, Thomas Gallo y Mateo Carreras, y tristeza por las ausencias de Matías Orlando y Tomás Albornoz.
En realidad, lo de Carreras y Gallo a estas alturas ya era una obviedad: los dos son titulares en su puesto, por lo que su presencia en el Mundial estaba fuera de dudas. Lo de Sánchez, en cambio, no era del todo seguro debido a su falta de continuidad en el equipo: por diferentes lesiones se perdió casi todo 2022 y jugó menos de 40 minutos en el Rugby Championship de este año. El amistoso del sábado contra Sudáfrica en Vélez aparecía como la chance perfecta para que el máximo artillero histórico del seleccionado fuera titular y ganara minutos de rodaje y sintonía (algo necesario teniendo en cuenta que la línea de tres cuartos ha cambiado bastante), pero un cuadro viral lo dejó al margen del partido. Sin embargo, Cheika apostó a su experiencia: será el cuarto mundial para el surgido en Lawn Tennis.
El papel de Sánchez cobra preponderancia a partir de la decisión de no llevar a Albornoz, la otra alternativa natural que tenía en el plantel para reemplazar a Santiago Carreras, ya ungido como apertura titular. Pese a que había manifestado su intención de llevar tres aperturas, irá solo con dos (de los cuales sólo Sánchez es un conductor natural). En caso de emergencia, Jerónimo de la Fuente, Juan Cruz Mallía o incluso Emiliano Boffelli podrían cumplir esa función, aunque era Albornoz el mejor candidato, además de poder desempeñarse como fullback y ser un efectivo pateador a los palos (virtud que Carreras no tiene). Sin embargo, como segunda opción de 15 se llamó a Martín Bogado, que debutó el sábado. Esa fue sin dudas la gran sorpresa entre los llamados.
Entre las ausencias, la más llamativa y dolorosa es la de Orlando. El concepcionense es quizás el Puma más regular de todos: cada vez que jugó, lo hizo bien, tanto en el aspecto ofensivo como en el defensivo. Por algo estuvo en la mayoría de los tests desde que asumió Cheika. Así y todo, le tocó quedarse afuera por la aparición de Lucio Cinti, que ahora pelea el puesto de segundo centro con Matías Moroni. “Es un jugador icónico de Los Pumas, fue muy difícil dejarlo afuera”, reconoció el australiano. Podría haberlo ubicado entre los wings, pero se optó por otro refuerzo de los Pumas 7’s (Rodrigo Isgró) y por los pergaminos de Juan Imhoff, que compensan lo poco que ha jugado con el equipo en los últimos años.
Más allá de ciertas preferencias, en general se trata de un plantel muy sólido y equilibrado, que tiene potencial para hacer un gran Mundial en Francia.