El dólar “blue” no le da respiro al mercado cambiario argentino y cerró la semana en $ 574 por unidad, mientras que las cotizaciones financieras, como el MEP y el Contado con Liquidación, alcanzaron récords históricos, en una jornada en la que el Banco Central (BCRA) continuó con la compra de divisas.
El billete estadounidense que se comercializa en el mercado informal revirtió una leve baja inicial de $ 569 y subió sobre el cierre de la rueda en $ 574 en la venta y a $ 569 para la compra. Esto se dio en la semana previa a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que, como ya es un clásico en tiempos electorales, implica más presiones alcistas, luego de las restricciones adicionales para operar con los dólares financieros. La cotización informal de la moneda norteamericana registra un ascenso de $ 24 en la semana, tras acumular en julio un aumento del 11,3%.
El BCRA terminó la rueda con un saldo consolidado positivo por unos U$S 221 millones, en la semana compró U$S 541 millones y suma desde el lanzamiento del programa exportador U$S 1.274 millones.
Los inversores se encuentran ansiosos respecto a las lecturas que dejen las primarias, así como en las implicancias políticas que se activen a partir de ello en cuanto al realineamiento electoral - tanto de los candidatos ganadores y perdedores como de los votantes- camino a las elecciones generales de octubre, a más de dos meses de distancia. Las intervenciones siguen transcurriendo antes de las primarias, en medio de un delicado nivel de reservas netas, plantea el economista Gustavo Ber. Todo esto se observa mientras crecen las especulaciones respecto de la dinámica cambiaria post primarias de acuerdo con los resultados y según las condiciones del FMI para liberar los desembolsos. Con el calendario electoral al rojo vivo, y crecientes preocupaciones respecto de las tensiones financieras e inflacionarias en ascenso, el analista señala que los dólares financieros -y libre- siguen sostenidos a pesar de las mayores intervenciones y regulaciones que apuntan a morigerar el ritmo del deslizamiento, y así evitar un salto discreto durante esta etapa de transición.
La herencia
Según el ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, la administración del presidente Alberto Fernández “está rascando ya no el fondo de la olla, sino más allá del fondo; la herencia no se la dejan al próximo gobierno sino a los argentinos”. A su criterio, el ex funcionario del macrismo remarcó que la actual gestión está dejando un Banco Central vacío; un agujero fiscal incontrolable y ocultan deliberadamente los detalles del préstamo con China. “Creo que estamos explorando límites que hasta acá, al menos en la democracia reciente, no se habían explorado”, manifestó en una exposición en la Bolsa de Comercio de Córdoba.
“El peso se usa para la demanda transaccional y dólares como unidad de cuenta para bienes durables. Es el deterioro que se produce en la moneda local por la inflación. Todos tomamos decisiones en función a lo que nos conviene, son mecanismos defensivos a no tener moneda”, finalizó Lacunza.
Según el economista de la Fundación Mediterránea, Gustavo Reyes, el actual tipo de cambio oficial se ubica por debajo del promedio histórico en términos reales (menor competitividad cambiaria). Sin embargo, es más alto que el precio del dólar de principios de 2016 cuando la administración de Mauricio Macri eliminó el cepo cambiario y unificó los tipos de cambio. En aquellos meses, el precio oficial de la divisa había pasado de $/U$S 9,64 en noviembre de 2015 ($/U$S 198 a precios de julio de 2023) a $/U$S 15 en febrero de 2016 ($/U$S 272 a precios de julio de 2023).
“Tanto la experiencia internacional como la de nuestro país indica que los tipos de cambios múltiples (controles y brechas cambiarias) siempre generan corrupción y distorsiones en los flujos comerciales”, señala Reyes. Y acota: “lo que afecta negativamente la oferta neta de divisas en el mercado oficial de cambios. En el mundo en general y en Argentina en particular, altas brechas cambiarias han derivado en sobre-facturación de importaciones y sub-facturación de exportaciones, explicando en parte la escasez de divisas en el mercado oficial de cambios”.
Por lo tanto, manifiesta, si bien la perdida de reservas del Banco Central podría ser explicada en gran parte por atraso cambiario, también influyen las anomalías del propio régimen cambiario, sobre todo cuando la brecha tiende a instalarse en torno al 100%. Frente a ese escenario, hay inversores que proyectan una devaluación cercana al 20% tras las elecciones del domingo 13, tomando como referencia el comportamiento del dólar futuro y la reacción del mercado frente al resultado en las urnas.
Según Ezequiel Baigorria, Product Owner de Inversiones de Reba, entrevistado por el sitio iProfesional.com, la turbulencia del mercado cambiario se explica por las siguientes claves:
• Inflación: la alta inflación, que se ubica cercana a un 115% interanual erosiona el valor de la moneda local y genera una mayor demanda de dólares como refugio.
•Política monetaria y deuda: según datos publicados por el Banco Central, la Base Monetaria ya aumentó al menos 40% respecto a un año atrás, mientras que la deuda ronda los u$s400 millones, equivalentes a 80% del PBI.
• Tasa de interés: es casi neutra o negativa, lo que no ayuda a disuadir al inversor para que se dolarice.
• Baja en exportaciones debido a la sequía: aproximadamente, se dejó de exportar u$s8.000 millones, lo que impacta directo en las reservas.
• Reservas del Banco Central negativas: si son insuficientes para hacer frente a las obligaciones externas o para intervenir en el mercado cambiario, esto puede generar inestabilidad y una mayor demanda de dólares. Hoy en día se está usando parte del balance del BCRA, como el swap con China, y la toma de nueva deuda (ayuda de Qatar) para hacer el pago de las obligaciones.
• Situación política previa a elecciones: la incertidumbre política y la percepción de estabilidad, influyen en la confianza de los inversores y pueden generar volatilidad en el mercado cambiario, llevando a una mayor demanda de dólares como refugio seguro.