Cartas de lectores III: Ebullición global

La organización de las naciones unidas acaba de anunciar que la era del calentamiento global ha terminado, para dar comienzo a la era de la ebullición global. Esto significa que se llegó a un punto crítico de crisis ambiental, largamente anunciado, a partir del cual sucederán eventos climáticos extremos nunca antes vistos, con consecuencias “aterradoras para la humanidad”, según las palabras del propio organismo. Lo acabamos de confirmar con las altísimas temperaturas del verano boreal (una región estadounidense tiene temperaturas superiores a 40 ° hace más de un mes) y con el anuncio del derretimiento de una masa de hielo antártica de 2,5 millones de km 2 ¡Prácticamente la superficie del territorio continental argentino! Evidentemente los funestos augurios no sirvieron para detener la emisión gaseosa que provoca el efecto invernadero, principalmente por el uso de combustibles fósiles. Según opiniones científicas, las últimas temperaturas registradas no tienen antecedentes en 120.000 años de historia de la humanidad. Y el proceso se estaría acelerando rápidamente. Las consecuencias de este calentamiento se verían desastrosamente en la producción agrícola, que Argentina acaba de sufrir con una prolongada sequía y también, obviamente, en la actividad ganadera. Además de desastres naturales como los incendios de miles de hectáreas de vegetación. En el mismo contexto, la recién iniciada corriente del Niño provocará lluvias extremas y trágicas inundaciones en su zona de influencia. Parecería que este panorama apocalíptico es irreversible, atendiendo a la escasa atención que le confieren los responsables de hacerlo. Suponemos, viniendo al plano local, que nuestros gobernantes provinciales y municipales ya habrán tomado nota de todo esto y estarán articulando las medidas paliativas para lo que se avecina. Principalmente con la respuesta de la distribuidora de energía provincial ante la altísima demanda que provocarán las altas temperaturas estivales. Al mismo tiempo se debería hacer una agresiva campaña informativa para racionalizar el uso del aire acondicionado, fundamental en el combate de nuestros insoportables veranos. Tampoco olvidarse de garantizar la provisión de agua, cuyo uso se incrementa lógicamente en estos meses. Y en el área de la salud, prepararse para afrontar las seguras epidemias, dengue y otras, de las cuales ya estamos avisados hace rato. En resumen, nadie podrá decir que la problemática lo tomó de sorpresa. Esperamos que los responsables estén a la altura de las circunstancias y brinden las respuestas adecuadas.

Ricardo A. Rearte                                                                

Pasaje Díaz Vélez 66 - Monteros