Según datos de la Cámara de la Industria Cervecera Argentina, en nuestro país se consumen más de 40 litros de cerveza por persona al año. Lager, pilsen, ale, ipa, honey... la variedad es amplísima; industrial o artesanal, dulce o amarga, rubia o morena... no importa cuál, siempre hay una en la mesa de los argentinos. En un bar, en una comida entre amigos en casa o en una salida al aire libre, nunca falta una buena cerveza. Y por esa misma razón se la festeja en el mundo.
Cada primer viernes de agosto se conmemora el Día Internacional de la Cerveza. Se trata de una efeméride creada en 2007 por cuatro amigos que promovieron el evento en un pequeño bar en California, Estados Unidos. Según indican en la web oficial de la jornada, el propósito de esta fiesta es triple: 1) reunirse con amigos y disfrutar de la cerveza, 2) celebrar a los hombres y mujeres que la elaboran y la sirven y 3) unir al mundo celebrando todas las cervezas del globo. Con el pasar de los años, la propuesta se amplió y la celebración pasó a realizarse en más 200 ciudades de 50 países. Es que, ¿donde no se consume cerveza?
Datos recientes de Statista muestran que la cerveza es la bebida alcohólica más consumida en el mundo; el año pasado se tomaron alrededor de 170 millones de litros. Su éxito se debe a varias razones, pero la clave está en la pasión compartida. Los primeros antecedentes de este fermento datan de hace 7.000 años y tienen que ver con eso: existe una tablilla en la que se observan varias personas tomándola de un mismo recipiente. Tal vez por eso en Tucumán es furor: la cerveza está en todos lados, de todas formas y es consumida por un público amplísimo.
Un lugar de amigos
“Originalmente, es una bebida que siempre ha estado anexada a los pubs, un término que viene de public (público). Tiene que ver con la reunión, con un lugar de amigos; y esa es su característica principal. Es distinto a lo que pasa con el whisky, por ejemplo. La cerveza es de bajo contenido alcohólico, se puede tomar en muchas variedades y, normalmente, cuando destapás una, tomás varias. Argentina es uno de los pocos lugares del mundo donde existen las botellas de litro, por ejemplo [...] tendemos a compartir”, cuenta a LA GACETA Pablo Fanchini, dueño de Bar Irlanda (que ofrece 15% de descuento con Club LA GACETA de lunes a miércoles). “Y es un mercado que siempre está innovando; los maestros cerveceros, las cervecerías, siempre están probando nuevas alternativas; el clima nos hace, además, que tengamos la costumbre de consumirla más. Tucumán es una provincia cervecera; siempre lo ha sido, aunque luego entraron otras bebidas blancas”, reflexiona.
“Es cierto que el gin ha tomado mucho espacio, pero ahora ha perdido terreno contra el vermouth, por ejemplo, que está creciendo. Hay opciones, pero aún así, en Tucumán lo que más se consume es la cerveza, por una cuestión de costumbre y por el reunirnos a compartir”, confirma Ramiro Jiménez, dueño de North House Beer (que tiene 15% de descuento con Club LA GACETA de lunes a miércoles). “Lo que más sale es la popular golden, que tiene el sabor de una rubia clásica; después se vende mucha la tipo red, la cerveza roja, y luego la ipa, que es más amarga -comenta-; y frente a la artesanal, hay muchas multinacionales que están apostando fuerte para volver a conquistar a los consumidores. Ese gusto, más tradicional, hace que se estén volviendo a consumir más las industriales”.
Consumo y cambios
También hay buena cerveza artesanal, y por eso es que nuestra provincia se ha llenado de bunkers cerveceros. “Es cierto que la producción artesanal está un poco estancada, pero tiene que ver con una crisis que sufre el sector, propia de los problemas económicos del país, y quizá acompañada por otras bebidas como el gin, que le sacaron un poco de público. Pero en Tucumán se hace muy buena cerveza”, comenta Gonzalo Martín, brew master y representante de Legado M. “Lo que más se vende son los extremos de las canillas, las más dulces y las más amargas: ipa, honey, american amber ale, pale ale, pero también están empezando a consumirse algunas más turbias, como las ipa, que tienen mucha composición de trigo o avena y no clarifican, es decir, no son tan traslúcidas. También hay un lugar para los consumidores de cervezas más ácidas y añejadas. Son nichos que van creciendo, porque el consumo va cambiando”, añade.