Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante (432 millones de adultos y 34 millones de niños). Se calcula que, en 2050 casi 2.500 millones de personas vivirán con algún grado de pérdida auditiva, de las cuales al menos 700 millones necesitarán servicios de rehabilitación.
“Más de 1.000 millones de jóvenes corren riesgo de sufrir una pérdida auditiva evitable y alrededor de 200 millones padecen infecciones crónicas del oído que son prevenibles si se tratan a tiempo. Por ello, es de suma importancia realizar consultas con un especialista para prevenir enfermedades que afecten la audición”, desarrolla el doctor Santiago Alberto Arauz, referente de la empresa Medel, especializada en implante coclear.
La hipoacusia es la pérdida de la audición ocasionada por una lesión en el oído interno o en el nervio que conecta al oído con el cerebro. También conocida como sordera o deficiencia auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación. Puede presentarse en forma unilateral, cuando afecta a un solo oído, o ser bilateral cuando ambos oídos están involucrados. En la mayoría de los casos, la hipoacusia se puede prevenir adoptando una serie de medidas.
“La hipoacusia congénita, es decir, la pérdida auditiva que se presenta en el momento del nacimiento, se puede prevenir en parte a través de vacunas, mayores cuidados durante el embarazo y una atención otológica adecuada”, explica el doctor Arauz.
La OMS sostiene que, el 60% de los casos de pérdida de audición en niños se debe a causas como otitis y complicaciones congénitas que pueden prevenirse con medidas de salud pública.
En los adultos, la legislación para el control del ruido y la escucha sin riesgos, así como la vigilancia de la ototoxicidad, pueden ayudar a mantener la trayectoria auditiva y reducir el potencial de pérdida auditiva.
En Argentina
“En este sentido, es importante destacar que en la Argentina todo bebé recién nacido tiene derecho a que se estudie de forma temprana su capacidad auditiva y se le brinde tratamiento, si fuera necesario. Así lo establece la Ley 25.415 de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia”, comenta.
Por otro lado, también existe la hipoacusia adquirida, que puede ser causada por múltiples factores, tales como la presbiacusia- pérdida de audición a medida que se envejece-, traumatismos, la exposición prolongada a ruidos fuertes y algunas enfermedades virales.
“Este tipo de hipoacusia se puede prevenir en mayor medida, sobre todo en las personas que tienen entre 12 y 35 años. Para ello, es importante vacunarse contra la meningitis, el sarampión y la gripe, regular los sonidos fuertes o utilizar protección auditiva, ya que además de dañar el oído interno también pueden afectar al sistema nervioso, no consumir medicamentos sin receta médica y asistir al especialista para realizarse chequeos de rutina”, agrega el profesional.
¿Cómo se trata?
En caso de detectase pérdida de la audición, se recomienda asistir a un profesional y comenzar con un tratamiento cuanto antes, ya que actualmente existe una amplia variedad de soluciones tecnológicas para tratar las diversas patologías auditivas. Desde dispositivos simples, como lo es el audífono, hasta dispositivos de mayor complejidad, como el implante de oído medio y el implante coclear. La solución dependerá del tipo y del grado de la hipoacusia que presente el paciente.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050, por ello, es fundamental realizar consultas con un médico especialista, al menos una vez por año y hacerse estudios para evitar tener problemas auditivos”, finaliza el especialista.