La falta de agua dulce, un problema crónico
La falta de este recurso para consumo humano es realmente grave en muchas partes del mundo, como consecuencia del impacto de los cambios climáticos. Se aconseja incorporar prácticas diarias como forma de ahorro. La primavera llegará pronto, que es la estación más seca del año en la región.
La falta de agua dulce en el mundo es una noticia que se puede leer en muchos sitios y publicaciones desde hace muchos años.
No es una información nueva y a medida que pasan los años se manifiesta como un problema crónico que todavía no tiene una solución definitiva en el planeta.
La falta de agua para consumo humano es realmente grave en muchas partes del mundo, incluso, en aquellos lugares donde el clima y el ambiente hicieron que el recurso esté, pero el hombre poco o nada hizo para que el agua se un recurso disponible para los habitantes de esos sitios geográficos.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (Unesco), en el mundo hay 1.600 millones de personas que viven con escasez de agua absoluta, es decir, no tienen el recurso hídrico para consumir, producir o realizar cualquier otra de sus necesidades básicas.
La falta de este líquido vital es siempre noticia y los casos se dan de manera periódica en diferentes partes del mundo.
Hace unos días, los ciudadanos de Montevideo, en Uruguay, no tenían agua para sus necesidades básicas debido a la sequía que afectaba a ese país y que disminuyó considerablemente sus reservas.
Sabemos que las ciudades y los pueblos, en general, con concentraciones de personas viviendo en ellos, no sólo son grandes consumidoras de agua, sino también ejercen la mayor presión sobre los sistemas e infraestructura.
En cada ciudad o pueblo siempre se ven plantas complejas o sencillas de potabilización de agua, que con un sistema de distribución acorde al tamaño de la población entregan agua a sus habitantes.
El problema es que en muchos lugares del planeta el crecimiento poblacional no está acompañado por el crecimiento y la eficientización de los sistemas de captación, potabilización y distribución del agua. Por ello, surgen los problemas que todos conocemos cuando se da una crisis hídrica por una sequía estacional o permanente.
Ni hablar en aquellas regiones donde la pobreza no permite ni siquiera que existan sistemas u obras rústicas que permitan proveer agua a sus habitantes.
El agua dulce es el recurso más importante para la humanidad, es un bien necesario y permanente para todas las actividades sociales, económicas y ambientales.
El agua es vital para toda la vida en el planeta, un factor propicio para cualquier desarrollo social y tecnológico, además de una fuente de bienestar para los que pueden acceder a este recurso.
Lo cierto es que las personas, las organizaciones, los gobiernos y las empresas pueden aportar para hacer un uso más responsable y eficiente de este valioso recurso utilizando todos los procedimientos y métodos económicos y tecnológicos actuales para lograr ese objetivo.
En el mundo, las obras que se realizan a veces son de tal envergadura que a los que poco o nada conocen del tema, sorprende sobremanera. La sorpresa se da por el solo hecho de verlas mediante una visita fugaz o por imágenes que se encuentran en diversos portales.
En Argentina hacen falta obras. Con sólo ver qué pasa con cada sequía estacional, se puede dar una idea de las necesidades.
Algo de lluvias tuvo la provincia durante el invierno, lo que permitió un poco de alivio ante una sequía estacional estival que no golpeaba así desde hace años.
La primavera llegará pronto y será la estación más seca de la región, por lo que debemos estar preparados para ese escenario.
Sería bueno que cada uno de los habitantes del NOA ponga un granito de arena para lograr que el uso de agua sea lo más eficiente posible. Para ello, solamente basta con tomar ciertos recaudos.
LA GACETA publicó a fines de marzo de este año un interesante artículo sobre la situación hídrica provincial. En la publicación se informó cuáles eran las fuentes de agua que tiene la provincia y qué se debería hacer para mejorar la actual situación. Incluyó recomendaciones básicas en el uso del recurso en las poblaciones.
Como ciudadanos, sólo debemos ver la forma de ahorrar este recurso con aportes sencillos, como verificar pérdidas de agua en la casa, ya que un goteo significa entre 15 a 20 litros de agua por día o 5,5 metros cúbicos de agua por año. Bañarse rápido, no dejar mangueras abiertas, no dejar abiertas canillas al cepillarse los dientes, mantener el agua de la pileta limpia todo el año y no vaciarla y llenarla frecuentemente, o tratar de reutilizar el agua que usamos en la cocina lavando verduras o frutas son prácticas que pueden alcanzar ese fin.
Tengamos en cuenta estos ejemplos.