Denuncia que le prohibieron acercarse a sus hijas por cultivar cannabis

Denuncia que le prohibieron acercarse a sus hijas por cultivar cannabis

A un productor de marihuana con fines medicinales le secuestraron las plantas. Usaron el procedimiento en una causa por divorcio.

POLÉMICA DECISIÓN. Los ejemplares de cannabis que fueron secuestrados por la Policía en un domicilio de Yerba Buena hace más de un mes. POLÉMICA DECISIÓN. Los ejemplares de cannabis que fueron secuestrados por la Policía en un domicilio de Yerba Buena hace más de un mes.

“Lo que más me duele es haber perdido el contacto con mis hijas por no haber hecho nada ilegal”, dijo P.S. un empresario que se siente perseguido por la Justicia. Es uno de los tucumanos que cuenta con autorización para cultivar la marihuana que consumirá con fines medicinales. Por una medida judicial, no sólo le secuestraron los ejemplares que tenía, sino que una jueza de Familia decidió suspenderle el vínculo con sus hijas. Eso sucedió hace un mes y el hombre recorre los pasillos de dos fueros reclamando por sus derechos.

El denunciante, como lo hicieron muchos tucumanos por sufrir problemas de salud, inició los trámites de inscripción en el Registro de Productores de Cannabis. Recibió la autorización y comenzó a cultivarla para él y, como lo disponen las normas vigentes, para otras tres personas en su domicilio particular de Yerba Buena.

El 21 de junio, por un pedido de su ex esposa en el marco de una causa de Familia, se realizó una inspección ocular en ese domicilio. Los funcionarios encontraron los ejemplares y colillas de cigarrillos con restos de la sustancia en ceniceros. Las normas establecen que una persona autorizada puede tener hasta nueve plantas florecidas y, como estaba cultivando para otros tres, según la ley, estaba habilitado para tener hasta 36.

En un principio actuó la fiscalía de Narcomenudeo, pero por la cantidad pasó a manos de la Justicia Federal. Las autoridades ordenaron secuestrar todas las plantas y los elementos que se utilizaban para su producción.

“No entendía nada porque no estaba cometiendo ningún delito. Estaba autorizado a hacerlo y, por esa razón, comencé a hacer valer mis derechos presentando toda la documentación correspondiente para que me las devuelvan. Sigo esperando novedades porque sé que tarde o temprano me darán la razón”, explicó P.S, que recibió el asesoramiento del abogado Patricio Char.

El fiscal federal Agustín Chit aún espera que las autoridades nacionales confirmen la información que brindó el cultivador para tomar una decisión sobre el caso. Por el momento no fue procesado por ningún delito.

Un duro golpe

“Recorrer tribunales para que me devuelvan lo que es mío es difícil, pero después recibí el golpe más duro de mi vida. Nunca imaginé que me pasaría algo así. Todo fue una maniobra para perjudicarme”, indicó el empresario.

Al día siguiente de haber sufrido el secuestro, la representante legal de su ex pareja presentó un planteo en la Justicia por el hallazgo de la marihuana. “Me llamó la atención porque ella estaba perfectamente al tanto de que producía y consumía marihuana. Hasta la consumíamos juntos, por eso me sorprendió que hiciera esa denuncia”, añadió en la entrevista con LA GACETA.

La profesional pidió que se suspenda el contacto del hombre con sus hijas y que ordenen una medida de prohibición de acercamiento a favor de su asistida y de las pequeñas. En el planteo indicó que en la inspección ocular “se ha constatado condiciones absolutamente inapropiadas para la cotidianidad de las hijas de las partes y no configura un espacio seguro para las niñas”.

La jueza de Familia, después de haber analizado la opinión de la titular de una Defensoría de Niñez, Adolescencia y Capacidad Restringida, resolvió aceptar la solicitud. “Con su accionar pondría en riesgo la salud física, psíquica y emocional de sus hijas, y sobre todo la seguridad que por imperio de la ley le corresponde garantizar”, sostuvo la magistrada.

El hombre informó que apeló la medida cautelar y hasta el momento no tuvo ninguna respuesta. Sí se sabe que las niñas tendrán una entrevista psicólogica a mediados de agosto, casi dos meses después de que se emitiera la medida de protección.

“La cuestión más grave de todo es que no estoy haciendo nada ilegal. Hace más de 40 días que no puedo ni hablar por teléfono con mis hijas. Es un daño terrible el que me están haciendo a mí y también a mis hijas”, sostuvo P.S. “Por suerte, las chiquitas fueron llevadas a Buenos Aires para que tomen contacto con mis otros familiares que viven allí. Me dijeron que no entienden nada de lo que está pasando”, agregó en el reportaje.

“Como se dictó una medida de restricción, se avisó en todos lados, incluso en el colegio de mis niñas en las que brindo servicio. Por suerte entendieron la situación y no me generaron más inconvenientes”, dijo el cultivador.

Interpretaciones

“Es lamentable ver cómo, mientras la medicina evoluciona y el Estado a su lado intenta no quedarse atrás con la sanción de leyes al respecto, algunos sectores de la Justicia, que deben hacer valer esos derechos, hacen todo lo contrario”, explicó Char. “Ver cómo una jueza de Familia, en medio de un juicio por divorcio, arranca el vínculo de un padre cultivador para que pueda estar con sus hijas, entendiendo que producir cannabis medicinal es inseguro y peligroso para ellas, no hace más que criminalizar a los consumidores y ratificar que un viejo paradigma sigue vigente. Los consumidores de cannabis no son delincuentes y mucho menos cultivar bajo el marco de la ley”, añadió.

“Vamos a llegar a las últimas consecuencias. Ni siquiera hay una imputación, un proceso iniciado en contra de mi defendido pero la jueza ya lo condenó, impuso una pena. El prejuicio que sufren los consumidores de cannabis no tiene precedentes.”, finalizó.

La otra parte prefirió no hacer declaraciones sobre el caso.

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