Encontraron desmembrado el cuerpo de un empresario de 41 años que estaba desaparecido desde el 19 de julio. El hecho ocurrió en la localidad de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora, Buenos Aires. Fernando Pérez Algaba, apodado “Lechuga”.
Según informó el diario “La Nación”, el hallazgo se produjo el domingo por dos adolescentes que jugaban a la pelota en cercanías del Arroyo del Rey. Uno de los chicos observó que había una valija abandonada a pocos metros del lugar y al abrirla encontró los miembros superiores e inferiores de la víctima. Horrorizados, los muchachos dieron aviso a la Policía. La cabeza y el torso de la víctima fueron hallados el lunes dentro del cauce del río, todo en avanzado estado de descomposición.
A través de la autopsia se determinó la identidad de la víctima: los tatuajes que tenía fueron clave para reconocer que se trataba de Pérez Algaba. Además el torso presentaba dos orificios de disparos, heridas que le provocaron la muerte.
El caso recayó en la Fiscalía N° 5 de Lomas de Zamora, a cargo de Marcelo Domínguez. Una de las evidencias con las que cuenta el investigador son los documentos de una familia, que estaban dentro de la valija. Todavía no está claro si esa información puede tener relevancia en la causa o si esos carnets fueron puestos con la intención de desviar la investigación. El fiscal allanó la casa de esas personas, que reconocieron que el bolso les pertenecía pero aclararon que hace poco había sido robado. Mientras se investiga esa versión, el fiscal solicitó la detención de una mujer trans que sería la dueña de la valija. La joven fue aprehendida en Villa Caraza, Lanús, y no se resistió al arresto.
La víctima
Pérez Algaba se dedicaba a la compra y venta, y al alquiler de autos de alta gama y de motos de agua. Dentro de ese rubro gozaba de cierto reconocimiento. El diario “Ámbito Financiero” le hizo una entrevista, a comienzos de este año, en la cual informaba que había comenzado a trabajar desde muy chico: a los 14 años agarraba su bicicleta y recorría las remiserías de Lomas de Zamora vendiéndoles sándwiches a los choferes. Luego fue cadete de una pizzería hasta que ahorró lo suficiente para comprar su primera moto de alta gama, la cual revendió para comprar otro vehículo de mayor valor.
“Viajaba mucho a Paraguay para comprar ruedas, era mucho más barato que en Argentina. Eso me permitía poder remodelar los autos y poder revenderlos a mejor precio”, señaló en esa nota, que fue publicada el 10 de marzo.
Según sus allegados, el empresario había comenzado a invertir también en el mundo de las criptomonedas.
Últimos días
Pérez Algaba había regresado al país a comienzos de mes, luego de un viaje a la península Ibérica. Al arribar contactó a una mujer para alquilarle un departamento en la calle Olazábal, en Ituzaingó. El empresario ingresó al inmueble el 13 de julio y estaba previsto que se fuera el 19, pero la mujer no obtuvo más respuestas del joven. Ante esa situación la propietaria dio aviso a la Justicia sobre la desaparición.
Se autorizó la apertura del departamento y allí encontraron un pasaporte, una computadora, ropa, dos valijas y un bolso de mano. No estaban el celular de Pérez Algaba, su billetera ni el documento. Por el momento la investigación apunta a que se trató de un ajuste de cuentas.