Confirmado por el Ministerio de Turismo de la Nación, la llegada de la Guía Michelín a la Argentina ya es un hecho y revolucionó el mundo gastronómico de nuestro país. Matías Lammens y directivos de la empresa adelantaron detalles de cómo serán las clasificaciones a los restaurantes y en qué ciudades de Argentina regirá.
“Sentarse alrededor de una mesa y disfrutar en buena compañía de la mejor gastronomía local y del mundo es un auténtico acto de cultura”, así sintetizo Elizabeth Boucher-Anselin, directora de Comunicaciones Global de la Guía Michelin, la potente noticia de la llegada a nuestro país de la Guía Michelin.
Guía Michelín llega a la Argentina: en qué ciudades estará disponible
Argentina es el segundo país de Latinoamérica en contar con la Guía, que ya está presente en Brasil, solo en las ciudades de San Pablo y Río de Janeiro.
Con más de 100 años de historia, la Guía Michelin ha sabido adaptarse a los tiempos actuales y salir del corset de la alta gastronomía de elite, para también posar su mirada en los nuevos talentos jóvenes y emprendedores. Esta amalgama entre la cocina más tradicional y distinguida junto a la vanguardia, es uno de sus grandes hallazgos que actualiza su aporte e impacto.
En nuestro país, la Guía estará centrada, por el momento, en dos destinos, la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Mendoza.
Qué evalúa la Guía Michelín para otorgar estrellas a un restaurante
Los expertos de Michelin, que trabajan de forma anónima, visitan los restaurantes y lugares varias veces, pagan su cuenta como cualquier cliente, y luego elaboran un informe, en donde evalúan cinco “valores universales que se replican globalmente”, dijo Boucher-Anselin y sumó: “Ese es nuestro férreo método de trabajo sobre los restaurantes que miran más allá que la buena gastronomía”.
Los cinco valores universales de la Guía Michelin son los siguientes:
1-Calidad del producto e ingredientes
2-Dominio de las técnicas culinarias
3-Armonía de los sabores
4-Personalidad del chef en su cocina
5-Consistencia a lo largo del menú y también del año: de enero a diciembre tiene que mantenerse la calidad de los platos
El valor de cada estrella
Para la ponderación de los restaurantes, Michelin armó un grupo de comensales “secretos”, que cual inspectores visitan y valoran restaurantes de todo el mundo de forma anónima.
En la década del 30, se usó por primera vez la clasificación de dos y tres estrellas y así quedó establecida la ‘vara de medir’ de Michelin:
- Una estrella o “muy buena cocina en su categoría”
- Dos estrellas o “excelente cocina, vale la pena desviarse”
- Tres estrellas o “cocina excepcional, mesa que justifica el viaje”
Las estrellas con las que puntúa la Guía a los restaurantes y a una amplia gama de ítems que incluye servicios, atención y ambiente -no solo los platos- arrancaron en el año 1926 y se formalizaron 10 años más tarde, junto a una serie de criterios que se aplican y estudian para otorgarlas.
Van desde una estrella a tres y se adjudican como parte de un riguroso proceso de selección en el que los inspectores, de manera anónima, evalúan restaurantes de todo el mundo utilizando métodos de trabajo estandarizados.
Una de las claves es el sistema de anonimidad del juez, que asegura que los restaurantes no sepan que están recibiendo la visita de un inspector de la guía. Y así pueda ser tratado como un comensal más.
En las ediciones anuales de las guías, aparecen no sólo los establecimientos con estrella, sino también un listado de restaurantes (sin estrella) pensado para el viajero/lector con otros apartados como “establecimientos particularmente agradables” o “bares de tapas” y los premios Bib Gourmand, que aportan pistas interesantes en tiempos de crisis, y distingue -entre otras cosas- a los locales con “buena cocina a precio moderado”.
Además, en la web de Michelin, se puede encontrar una selección realizada por la guía de “Las mejores direcciones a bajo precio” y “Las mejores mesas”.