Dos atletas tucumanos, listos para revivir una epopeya griega

Dos atletas tucumanos, listos para revivir una epopeya griega

Buscan apoyo para competir en la extrema carrera Espartatlón.

DESAFÍO. Rizzotti conoce de primera mano la dureza de la extrema carrera. DESAFÍO. Rizzotti conoce de primera mano la dureza de la extrema carrera.

Dos tucumanos están listos para revivir una epopeya griega. Los atletas Javier Fernández Figueroa y Héctor Rizzotti buscarán dejar a la provincia en lo más alto de la ultramaratón Espartatlón, considerada la más agotadora del mundo: consiste en recorrer los 246 kilómetros que separan Atenas y Esparta en menos de 36 horas.

Esta carrera, que comenzará el 30 de septiembre, conmemora la gran hazaña de Filípides en el año 490 a.c. El mensajero salió a buscar ayuda contra los persas en la Batalla de Maratón y llegó a Esparta el día después de su partida. En 1982, el comandante británico John Foden viajó a Grecia para comprobar si era posible cubrir el recorrido en un día y medio. Así se dio inicio a esta competencia, que tuvo éxito con tres corredores: el propio Foden (37 horas y 37 minutos), John Scholtens (34 horas y 30 minutos) y John McCarthy en (39 horas).

Para poder ser parte de la carrera de ultra distancia se deben cumplir al menos tres requisitos: a) ser finalista en una carrera de al menos 100 kilómetros en menos de ocho horas, b) haber completado una carrera de más de 200 kilómetros y c) tener al menos una participación en la prueba y haber pasado el puesto de control Nestani (172 km) en menos de 24 horas y 30 minutos. “Lograr la clasificación fue un desafío muy grande. Conozco mucha gente que lo intentó y no logró”, apunta Fernández Figueroa, de 44 años.

DEBUT. Para Fernández Figueroa será su primera experiencia en Espartatlón. DEBUT. Para Fernández Figueroa será su primera experiencia en Espartatlón.

La meta de la competencia -que contará con la presencia de 11 argentinos- es llegar a la estatua del rey espartano Leónidas y besarle los pies, como forma de tradición. Además, los corredores reciben una rama de laurel, una corona y la medalla finisher. La carrera recorre lugares como Acrópolis, Corinto, Lyrkia y alcanza la cima del monte Partinio, algo dificultoso según las palabras de Rizotti.

“En una parte hay 1.200 metros de nivel positivo; la gente perdía el control y alucinaba. Por eso se pusieron barandas, para que los atletas pudieran completar sin problemas. Ver eso fue muy sorprendente”, aseguró el administrador de empresas.

“Se sufre demasiado con los cambios repentinos de temperatura. Pasás de mucho frío a demasiado calor. Imaginate: me llegué a poner hielo debajo de la gorra y en los bolsillos para poder terminar tranquilo. Pero cuando faltaban cuatro kilómetros para terminar iban unos ingleses con su bandera y yo saqué fuerzas de donde no tenía, mostré la bandera argentina y me llené de orgullo”, recuerda Héctor.

Figueroa tendrá su primera experiencia. “De la película ‘300’ me interesó la historia, por eso tengo tatuado un espartano en la espalda. Cuando cumplí 40 años la invitación era relacionada a la película. Me parece que uno mismo va buscando inconscientemente los caminos”, sostuvo Javier, que es ingeniero civil.

Ambos piensan sólo en terminar la carrera, más allá del resultado. No obstante, para hacerlo necesitan una colaboración económica, ya sea para costear los pasajes o el alojamiento. “Me gustaría tener una buena marca entre los argentinos que participarán”, anhela Figueroa. “Poder revivirlo y tratar de hacerlo en menos tiempo es un desafío sensacional. El significado de todo esto es superar los límites y temores que tenemos”, completó Rizzotti.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios