El Hospital Británico de Buenos Aires compartió, en un comunicado, algunas recomendaciones sobre cómo mantener el autocuidado y una buena salud general. En esa línea, destacó que antes de realizar cualquier ejercicio físico es conveniente realizarse un chequeo médico.
El estudio consiste en una evaluación clínica y cardiológica, con interrogatorio y examen físico completo; se evalúan los antecedentes tanto personales como familiares; la medicación que se está tomando y si se presentó algún síntoma como dolor de pecho o desmayo en el esfuerzo. También se toma de presión arterial y se hace auscultación cardiaca. Dependiendo de la edad y del tipo de deporte que el paciente quiere hacer, se solicita un electrocardiograma, que es un estudio donde se evalúa el corazón en reposo; una ergometría, que es un electrocardiograma de esfuerzo; y un ecodoppler cardíaco, que es un estudio que evalúa la estructura cardiaca y su función.
“El chequeo es importante porque podemos detectar alguna patología que puede agravarse con la práctica deportiva. Podemos detectar alguna condición que predisponga a la muerte súbita, que si bien es infrecuente en el deporte, cuando ocurre es de gran impacto. Hoy en día es infrecuente que uno, como médico, contraindique el deporte, pero si detectamos alguna condición patológica, podemos adaptar la actividad física a esa condición”, explica la doctora Alejandra Angrisani, cardióloga y deportóloga del Hospital Británico
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte de entre un 20% y un 30% mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física. Pese a estas estadísticas, uno de cada cuatro adultos no alcanza el nivel de actividad física recomendado, y más del 80% de los adolescentes del mundo tienen un nivel insuficiente de actividad física. En Argentina, cuatro de cada 10 personas no realizan actividad física, según la última encuesta sobre Factores de Riesgo en la Argentina.
Sedentarismo
“De cara al futuro tecnológico mundial que se avecina, de la mano del recrudecimiento de las desigualdades sociales con la crisis económica, que llevarán a mayores niveles de sedentarismo y una nueva disposición del tiempo del trabajo y el tiempo libre, es una necesidad y una urgencia seguir repensando estrategias y formas de acceso a la actividad física y deportiva de toda nuestra población como un problema comunitario y de interés público”, sostiene la doctora Angrisani.
Plantea que es muy importante para prevenir y detectar enfermedades que las personas comiencen a hacer actividad física de forma progresiva y que, dependiendo del tipo de deporte, que el comienzo sea en forma controlada y bajo supervisión.
Además, se debe contemplar la alimentación e hidratación que juega un rol fundamental en rendimiento deportivo. Siempre es aconsejable acompañar la actividad física de una alimentación saludable porque previene enfermedades no transmisibles como la obesidad, diabetes e hipertensión, entre otros.
No menos importante es la vestimenta, tanto en el calzado como en las prendas que usamos, sobre todo en las épocas del año como verano e invierno, para prevenir lesiones.
Beneficios
• Disminuye el riesgo de padecer hipertensión arterial, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes.
• Reduce el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer, como el de mama y el de colon.
• Mejora el estado de ánimo y reduce síntomas de depresión.
• Ayuda a conciliar el sueño.
• En adultos mayores, evita la pérdida de masa muscular, mejora el equilibrio, evita caídas y mejora la salud ósea.
• Es un determinante clave del gasto energético, por lo que ayuda a controlar en forma adecuada el peso.
“No solo indicamos la actividad física para prevenir factores de riesgo y enfermedades, sino que también se indica como parte del tratamiento no farmacológico”, concluye la profesional.