Agustina Landers: empezó a correr a los 21 años, tiene 23 y ganó una carrera de 10K en 33 minutos

"Sos vos, con vos. Nunca te sentís tan vos, como cuando corrés", dice la tucumana que está demostrando que correr es un deporte apto para casi todos. Y que también casi todos pueden llegar lejos (según sus posibilidades). Una historia sobre cómo el running es una oportunidad hallar la mejor versión de uno mismo.

06 Sep 2019

Concentrarse. Concentrarse. Concentrarse. Se oye fácil, pero hay que saber hacerlo. Saber aislarse de todo. Saber hacer que todo desaparezca. Saber sentirse como en una dimensión de continuo espacio y tiempo. Saber fijar la mente y el cuerpo en la nada; y que esa nada fluya. Concentrarse. Concentrarse. Concentrarse. La tucumana Agustina Landers sabe hacerlo. Se le nota en la mirada que mira hacia adentro. En el cuerpo de venada. En la respiración que se vuelve profunda. Son las cinco de la tarde. En la próxima hora, correrá a una velocidad de cuatro minutos por cada kilómetro. Para ella, es poco: hace unas semanas, aceptó, humilde, la gloria de haber terminado una carrera de 10 kilómetros en 35 minutos y 30 segundos. En promedio, hizo cada kilómetro en poco más de tres minutos. Para explicarles ese número a las personas ajenas al running, se puede decir que un corredor común emplea entre seis y siete minutos por cada kilómetro.

Aunque si uno lee lo que sigue, sobre cómo ella empezó a correr, el el relato se vuelve más extraordinario: tenía 21 años cuando, un día cualquiera, se anotó en una carrera. Y a pesar de que nunca antes había trotado ni competido, quedó en los primeros puestos. Hoy, a sus 23 años y a dos años de aquel día, la gente la aplaude. La aplaude mucho. La marca Adidas ha decidido patrocinarla. Y su preparador, un uruguayo llamado Alexander De los Santos, cree que podría ser la argentina que nos represente en los Juegos Olímpicos de París en 2024. “Esa chica es de otro planeta”, dice Sergio Acuña, el primer corredor que la tuvo entre sus discípulos.

Sus comienzos también inspiran la idea de que correr es un deporte apto para casi todos. Y que casi todos pueden llegar lejos, según sus posibilidades. A ella, esas posibilidades podrían convertirla en un récord: si mantiene su ritmo, correría una media maratón en una hora y diecisiete minutos. Siguiendo con esa proyección, una maratón podría llevarle dos horas y cuarenta y tres minutos. La argentina con mejor tiempo en la maratón de Buenos Aires del año pasado, Mariela Ortiz, acabó en dos horas y cuarenta y dos minutos.

 

VELOZ. “Esa chica es de otro planeta”, dice un entrenador.

Pero hay algo más. Algo más que no tiene que ver con los podios. Y que les pertenece a todos los corredores, sea cual fuere su marca. Y eso es el esfuerzo. “Correr depende de uno -piensa Landers-. De cuánto uno está dispuesto a esforzarse. Dispuesto a entregar. Porque correr es eso: una entrega”.

- ¿Por qué corrés?

- Es mi cable a tierra. Y una forma de expresión. Soy poco expresiva. Correr me ayuda a sacarme lo que llevo guardado.

- ¿Qué sentís mientras lo hacés?

- Siento libertad. Simplemente, corro como si lo hubiese hecho de toda la vida. Es como si correr fuera parte de mi naturaleza. En ese momento, me desconecto de todo. Y me conecto con lo más íntimo de mi ser. Se produce una conexión muy grande con mi totalidad.

- ¿Y al terminar?

- Siento paz. Mucha paz.

- ¿En qué pensás?

- Trato de estar concentrada. A veces, quienes me ven pasar me comentan que voy ‘seria’ o con ‘cara de enojada’. Les contesto que voy, en realidad, concentrada. Creo que la concentración es un instrumento importante. Es la forma de conectar la cabeza con las piernas; de mantener el foco; de ser conscientes de lo que hacemos.

- ¿Cómo te convertiste en lo que sos ahora?

- Creo que el running me descubrió a mí. Estoy convencida de que es un don. Un talento que estaba dentro mío. A veces, me avergüenzo. ‘¡Todo lo que me está pasando es mucho!’, me digo. Pero enseguida reconozco que me he esforzado. Y que ese talento no sería nada, sin el esfuerzo. ¡Hay que salir a correr cuando uno no tiene ganas! Hay que trotar con 40 grados de calor. Hay que levantarse a las cinco de la mañana cuando te toca un doble turno de entrenamiento.

- ¿Correr te completa?

- Sí. Cuando salí del colegio, sentí que no estaba contenida. No sabía qué carrera elegir... tenía algunos problemas familiares... No me sentía útil. No tenía motivación. Hasta que empecé a correr. Correr me ha ayudado a superar esos momentos. Encontré felicidad y un motivo por el cual levantarme.

Landers inspira por la nariz, exhala por la boca. Enciende su cronómetro y empieza a trotar, suave. Pero en un rato, encontrará su ritmo y avanzará como aquella vez que anotó su marca de los 33 minutos. Estaba imparable, recuerda. Controlada; enfocada; prolija en cada uno de los kilómetros, cuenta. Y mientras habla, enrojece. Es tímida, sobretodo si debe hablar de sí misma. También es impaciente; se preocupa por cosas sin sentido; estudia nutrición; corre con su novio, Nicolás Cappetta; vive con su familia, en el casco viejo de Yerba Buena; desayuna tortillas de avena con miel; puede almorzar una tarta de espinacas con una ensalada de lentejas; su lugar en el mundo es Tafí del Valle y de su papá le vino el gusto por las corridas (“él corre desde siempre”).

Las zapatillas Adidas Ultraboost 19, un viejo reloj Garmin 9.20 XT, la tucumana Agustina Landers apoya el metatarso de su pie derecho en un cordón de la avenida Perón y lleva su cuerpo hacia adelante para estirar los músculos de la pantorrilla. Está agitada. El corazón le late fuerte.

Comentarios