Trotar y pedalear no solo son deportes compatibles: es necesario -de hecho- alternarlos para rendir más y mejor.
14 Ago 2019
Correr y andar en bicicleta son disciplinas amigas. La una se lleva bien con la otra. Quienes corren encuentran en el ciclismo la posibilidad de distenderse, de relajarse y de recuperarse de lesiones, principalmente. Pero si los corredores se tomasen este ida y vuelta como una combinación más necesaria que era opcional, de seguro experimentarían otros beneficios, más trascendentes que ese bienestar. Eso piensan quiénes saben: "complementar el running y el pedaleo es acertado", dice Matías Haedo, director de una academia de ciclismo de montaña y medallista en carreras de trail running.
"La bicicleta -prosigue- te da una capacidad aeróbica que no obtenés con el trote en sí mismo. Aunque algunas teorías deportivas se inclinan por la especificidad, yo apuesto, en cambio, por la conveniencia de la práctica de actividades alternativas a la principal". Y pone de ejemplo el caso del ciclista suizo Nino Schurter, quien además de hacer mountain bike, va al gimnasio y se ejercita con trekking y esquí.
Sergio Salica, también director de esa academia, destaca que el ciclismo no perjudica las articulaciones (ni tobillos ni rodillas ni caderas), ya que el cuerpo no golpea contra nada. "Tiene menos impacto que el trote. Por eso, nos ayuda a protegernos del excesivo desgaste que acumulamos con los kilómetros de corridas. Y es útil para trabajar aspectos de la resistencia", acota.
Pero desde la medicina, ¿hasta qué punto es significativa esta unión? Cristian Klyver- deportólogo, cardiólogo, corredor, ciclista e integrante del staff del hospital Néstor Kirchner- explica que ambos deportes involucran, principalmente, a los grupos musculares del tren inferior; es decir, de las piernas. Con la bicicleta, esos músculos trabajan de una manera más amable, en relación a las corridas. Y las posibilidades de que se generen lesiones por sobrecarga son menores. En consecuencia -continúa- el acto de pedalear se realiza por más tiempo. "Por ello, el desarrollo de la capacidad cardiorrespiratoria es mayor en el ciclista", razona.
Renglón seguido, Klyver advierte que, amén de que esos músculos sean los mismos, las adaptaciones son distintas, ya que cada disciplina tiene sus características. "Por eso, la unión es favorable: se obtienen los beneficios de ambas".
- Para cuidar los huesos, ¿qué es mejor?
- Está comprobado que las actividades pedestres hacen que el esqueleto se refuerce, al contrario de lo que antes se pensaba. Debido a que la carga del peso del cuerpo recae en los huesos, se genera una suerte de respuesta mediante un depósito extra de calcio. El impacto obliga al hueso a recubrirse. Y esto previene la osteoporosis y las fracturas en las personas de edad.
Ahora, ¿cuáles serían los consejos a la hora de combinar? El traumatólogo Gonzalo Lobo (especializado en pierna, tobillo y pie) observa que se debe ser cauteloso con las transiciones. Los cambios de actividad, como el pase del trote al pedaleo, requieren que la musculatura se adapte. Y esa adaptación dependerá de cuán entrenado se encuentre el deportista. "A mejor entrenamiento, más corta será la transición", dice.
Al igual que el resto de los consultados, Lobo apunta a que mientras más disciplinas se practiquen, mejor será el trabajo de los distintos grupos musculares. "El running y la bicicleta se complementan bastante bien. Si a eso se le suma la natación, las ventajas y la capacidad física se incrementan", agrega. Por eso -finaliza- los triatlonistas son deportistas muy completos. Y si con esto todavía quedan dudas, para el cierre de este artículo guardamos una síntesis de las ventajas:
1
Se reduce el impacto
Cuando uno corre, somete sus articulaciones a golpes reiterados y continuos. Por eso, se recomienda combinar el running con la bicicleta, para disminuir el estrés muscular y articular. Al pedalear, los músculos pueden descansar y recuperarse.
2
Mejora la resistencia
Para aquellos que gustan de las largas distancias, el ciclismo se impone como una excelente opción para aumentar la resistencia. Pasar cinco horas arriba de la bici es más fácil que hacerlo corriendo, debido a que disminuyen el impacto y el riesgo de sufrir lesiones.
3
Fortalece los músculos
Basta con mirar las piernas de los ciclistas para tener una real dimensión de cuánto el pedeleo contribuye al fortalecimiento de los músculos. La combinación de ambos deportes sirve para desarrollar un potente tren inferior.
4
Mejora la salud del corazón
La bicicleta permite aumentar y mantener el buen estado del aparato vascular, debido a su capacidad aeróbica.
5
Es ideal para la recuperación activa
Si las lesiones obligan al corredor a quitarse las zapatillas por unas semanas, la bicicleta puede ser una buena aliada para no abandonar del deporte. Al contrario, permite fortalecer los músculos de las piernas. De hecho, es común que luego de una larga carrera, los entrenadores indiquen ejercicios regenerativos a bordo de una bicicleta, porque posibilita la eliminación del ácido láctico acumulado.
6
Se ejercitan otras áreas
La bicicleta trabaja la resistencia, velocidad, flexibilidad y coordinación, entre otras áreas.
7
El triatlón, a un paso
Si usted sabe correr y sabe pedalear, le queda un paso para el triatlón: la natación. Entonces, el ciclismo viene a ser un aliciente para anotarse en alguna de estas carreras, que se han ido popularizando de la mano del running.
Consejos para combinar
- No ir siempre al máximo. Los resultados no mejorarán por entrenarse al tope en las dos disciplinas.
- Más esfuerzo, más descanso. Es imprescindible dedicarle atención y tiempo a la recuperación entre entrenamientos.
- Ejercitar el abdomen. Trabajar la musculatura de la zona abdominal es necesario para casi en cualquier deporte, pero especialmente para aquellos que corren y pedalean.
- Cuidado con las transiciones. Los cambios de actividad, como pasar de correr a pedalear, requieren que la musculatura se adapte.
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