Juguetes de grandes
En una de las escenas de la película “Cincuenta sombras más oscuras”, el siempre dominante Christian le ordena a Anastasia -mientras ella se viste para una gala benéfica- que se introduzca en la vagina unas pequeñas bolas de acero. El juguete, le asegura, va a proporcionarle un placer desconocido. La fiesta transcurre para ambos en un clima de complicidad excitante. Y, previsiblemente, terminan buscando un cuarto para sacarse las ganas (y las bolas de acero, desde luego).
Gracias a esta saga y sus películas, los sex shops han visto incrementada la demanda de las llamadas “bolas chinas” (como de todo el merchandising que se ha generado alrededor de los gustos del señor Grey). Se trata, sin embargo, de un antiguo juguete sexual.
Un invento oriental
Según parece, estas pelotas -originalmente hechas de marfil y con forma de huevo- fueron descubiertas por las damas de la Antigua China, quienes solían utilizarlas para estimularse mientras se balanceaban en una hamaca. Otras versiones las ubican en el Japón feudal, donde habrían sido inventadas para satisfacer las necesidades del emperador, de manera que sus concubinas estuvieran siempre “listas” (por eso también se las llama “bolas de Ben Wah” o “de geisha”). Fue en el siglo XVIII cuando llegaron a Occidente.
En la actualidad, este juguete consiste en dos o más esferas huecas de metal -unidas por un cordel- de aproximadamente 3,5 centímetros de diámetro y un peso variable. Contienen en su interior una bola más pequeña (antiguamente, un glóbulo de mercurio), lo cual produce un efecto vibratorio con cualquier movimiento del cuerpo. Por lo general están hechas de acero inoxidable, aunque también de otros materiales, como plástico, silicona o látex.
Tonificar los músculos
Los fisioterapeutas especializados en suelo pélvico prescriben el uso de las “bolas chinas” para combatir la flacidez y la pérdida de función en esta zona, causantes de la incontinencia urinaria y/o fecal, la caída de la vejiga, el útero y/o recto. El juego de músculos que integran el suelo pélvico puede debilitarse por muchos motivos: el envejecimiento, los embarazos y partos, las infecciones urinarias recurrentes, el sobrepeso o la pérdida de peso, entre otros.
Lo recomendable es llevarlas media hora al día (o, si es posible, un poco más de tiempo), mientras se efectúa cualquier actividad que implique movimiento: caminar, bailar, hacer tareas domésticas, ejercicio aeróbico, abdominales, etc. Las esferas metálicas tonifican la vagina, ya que esta se ve obligada -para evitar que se caigan- a contraerse continuamente (como una reacción refleja).
Mayor placer
Muchas mujeres refieren una sensación placentera mientras reciben esta estimulación sutil y, sobre todo, ponderan los beneficios eróticos de incorporar un juguete sexual a los encuentros y a las fantasías. Pero existe un hecho más objetivo: una musculatura vaginal tonificada hace que la mujer sienta más y controle mejor el juego coital. Por otra parte, los “golpecitos” en las paredes vaginales estimulan la circulación sanguínea de la zona, lo cual mejora la lubricación.
Por último, algunas postulan que utilizar este dispositivo regularmente les permite tomar contacto y adueñarse verdaderamente de esta parte de su cuerpo. Una toma de conciencia que tendría implicancias psicológicas positivas en relación a la autoestima y, en general, a la vivencia de la sexualidad.