Mataron al profeta.

24 Mar 2020
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Romero y la gente

En plena tormenta el capitán de un barco manda al marinero a observar si la tierra está cerca. A llegar a la cofa, y sintiendo la fuerza de los vientos, puede observar el mar y las enormes olas y remolinos. El marinero empieza a marearse. Está a punto de perder el equilibrio cuando de pronto escucha el grito de su capitán: "Mira hacia arriba. Mira hacia el cielo. Mira hacia arriba..."

Con este cuentito San Oscar Romero enseñaba lo que había que hacer en épocas de mareos y tormentas para no perder el equilibrio. 

Siempre compartía la enseñanza de un campesino que le dijo:

"Monseñor, cuando uno mete la mano en una olla de agua con sal, si la mano está sana no le sucede nada, pero si tiene una heridita, ¡ay! ahí duele. La Iglesia es la sal del mundo y naturalmente donde hay heridas, tiene que arder esa sal...."  

"¿Por qué solo le predica a los probres y no a los ricos?" -le preguntaban-

"Claro que les predico. Les digo todo el tiempo que dejen todo y se conviertan" - respondía-

Mediante su radio YSAX mantenía informado al pueblo sobre la realidad y los crímenes en El Salvador. Un día la radio voló en mil pedazos...

"Me acusan de marxista. No soy marxista, el marxismo es una idolatría. ¿Pero porque no se escandalizan por el capitalismo que también es una idolatría?"   

Un lunes 24 de Marzo hace 40 años un francotirador mató al profeta mientras celebraba misa en la capilla del hospitalito. Su voz ya no podía seguir siendo escuchada por quienes amaban mas al dinero que al pobre y a la vida. 

Monseñor Romero resucitó en El Salvador y su mensaje atraviesa las fornteras del espacio y del tiempo. Hoy su vida inspira a millones de personas en el mundo. 

En tiempos de crisis sigamos el ejemplo del santo. Seamos realistas, verdaderos, comprometidos con los pobres y, como el marinero, evitemos los mareos mirando  al cielo..

¡Hasta la próxima!  


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