31 Ene 2020
Hoy 31 Enero recordamos el fallecimiento (1888) de un hombre que revolucionó y sigue revolucionando la educación con un sistema preventivo basado en valores y en Espíritu. San Juan Bosco.
¿Por qué lo llevo en mi corazón?
Dos recuerdos de mis educadores salesianos que fueron limando mis asperezas e irreverencias juveniles.
Me dieron una espátula muy pequeña y me solicitaron que limpiara los chicles que había pegados en el suelo del patio. Era casi una cuadra con cientos de chicles.
Fueron tres sábados por la mañana. En medio de la faena, se me acercó un sacerdote (vidente) y me dijo:
"Se que dentro tuyo en este momento hay insultos. Cuando seas grande, por esto, habrá agradecimientos"
En las actividades comunitarias llevábamos comida a la canasta. Mi madre me preparaba unos sandwiches espectaculares. Pollito a la plancha, tomatito con orégano, lechuga, quesito, mayonesa, mostaza y el pan tostado. Estaba esperando la hora de comer con ansiedad y con en el "gucho" enguillado en la mochila. En eso otro "vidente" se me acerca y me pide que ponga mi comida en una bandeja. ¡No lo podía creer!
Mi super sandwich se mezcló, se partió y se compartió. No olvidaré que ese día a mi capricho le tocó uno que tenía una sola fetita de mortadela.
Todo esto sumado a la complicidad de mis padres. Por un lado los rezos diarios de mamá a María Auxiliadora y por el otro mi viejo que siempre que lo notificaban respondía expresamente: "Se quedaron cortos con la medida"
Hoy luego de 30 años recuerdo con alegría estas enseñanzas y agradezco a Dios por hacerme parte de la obra de San Juan Bosco.
¡Felicidades y gracias Maestro!
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