La vida no es perfecta. El amor que nos brindamos entre nosotros tampoco lo es.
Es posible medir o mejor dicho establecer parámetros para observar la cantidad de oro que hay en una pieza de mineral, pero es imposible medir la pureza del amor.
Hay conductas y gestos que muchas veces parecen contradecir la idea que personalmente tenemos de amor. Los estereotipos de lo amoroso nos impiden ver el sentido mas profundo de verdaderos y posibles gestos de amor.
Hoy es el día de la madre. No es determinante que hayas conocido a tu madre o no. O que hoy estés distanciado. Tampoco es determinante si hoy vive o tienes con ella una excelente relación. Hay algo mucho más profundo y subyacente detrás de las manifestaciones temporales.
“Estoy embarazada” escuché muchas veces con diferentes miradas, posturas, emociones, lágrimas, miedos y alegrías. “Estoy embarazada” debe ser la frase que más diversas emociones provoca en una mujer, en un hombre, en una familia, en una comunidad.
La frase es siempre inicial y anuncia un misterio único y eterno. La frase anuncia la Vida.
“Estoy embarazada” trasciende lo fácil, lo difícil, lo circunstancial, lo doloroso, lo misterioso. Es mucho más real que todos los pensamientos que tenemos sobre eso. ¿Cómo? ¿cuándo? ¿quién? ¿y ahora...? No hay respuestas lógicas porque se trata de latidos no de pareceres.
Hoy es el día de las madres, de todas; de las con hijos; de las sin hijos; de las con hijos ausentes; de las con hijos presentes; de las que sostuvieron aunque sea un solo latido; de las que acompañaron los latidos de otros hijos; de las que están enojadas con la maternidad y también de las maternidades paternas.
Cuando María dijo “sí” no tenía la menor idea de lo que estaba aceptando. Sin conocer el siguiente escalón, dio el paso con la certeza de la fe. Dolorosa y feliz decisión.
Si has venido al mundo es porque a pesar de todas las circunstancias tu madre te ama. ¡Entonces ama a tu madre! No establezcas parámetros personales para medir su amor.
Una vez escuché la respuesta que le dio una madre a su hija cuando la joven, muy nerviosa, le dijo: “Estoy embarazada”. Su reacción aún está en mi memoria. Luego de un abrazo le respondió:
“Siéntate. Te traigo agua…”
Bendiciones a todas las madres del mundo.
¡Hasta la próxima!