Carpe Diez - Un golazo de media página
A pesar de que vive en Francia, Sebastián Cáceres sigue
teniendo el acento tucumano. Una curiosidad en esas tierras, al igual que las
historietas que hablen de culturas que les son ajenas a los franceses. Así,
como si fuese el “Galgo” López, Sebastián se las arregla para gambetearla y encontrar
un nicho en el mercado francés. Sin embargo, la nostalgia y el arraigo a sus raíces,
hacen que el autor decida apostar por que su cómic llegue a Tucumán, y nos pide
una ayuda para que su proyecto se haga realidad.
Desde finales de octubre, Cáceres lanzó una Campaña de crowdfounding para
publicar su historieta, Carpe Diez. Estas campañas son proyectos en los que el autor pone una
meta monetaria a la que quiere llegar. Los que deciden participar, pagan por
adelantado ya sea la versión física del libro, en PDF o cosas mucho más
específicas como aparecer en una de las páginas. Obviamente, cada cual tiene un
valor distinto.
Por lo general, las historietas que surgen en esta provincia son intentos de
hacer algo. Una práctica constante o ediciones que salen a contra reloj para
llegar a ciertos eventos. Las páginas de Carpe Diez denotan otra cosa, una
dedicación y un amor enorme por la
historieta. Es lógico, son más de cinco años de trabajo a consciencia con la
búsqueda del mayor profesionalismo posible. En esas viñetas encontramos calles,
edificios y por supuesto, clubes de fútbol de Tucumán. En realidad, como dice
Sebastián Cáceres, es un homenaje a su barrio. El dibujo es notable, pero les
tengo que decir que el guion es un logro. Como verán más adelante en la
entrevista, el autor dice que está influenciado por Eduardo Sacheri, Roberto Fontanarrosa
y Osvaldo Soriano. Los tres, conocidos por su amor al fútbol y esa capacidad de
reírse con clase de nuestra sociedad. Cáceres consigue eso y encima combina el
realismo mágico y la ciencia ficción en la historia, haciendo que coexistan
perfectamente. En el futuro, un taxista le cuenta la historia de El “Galgo”
López a un personaje misterioso. Es cierto, es un recurso simple, pero da pie a
que dos géneros puedan desarrollarse sin problemas en una misma historia. Además
tiene un humor ácido, corrosivo, que da gusto de leer.
Carpe Diez es una gran obra, es el cómic que necesita Tucumán para incentivar a
una búsqueda de calidad y que los autores locales busquen el mayor
profesionalismo posible.
-¿Cómo comenzaste tu carrera como ilustrador y cómo te hiciste ilustrador
profesional?
Llegué a la ilustración de la mano del humor gráfico. Hace
20 años (¡uff!) hice un taller de historieta y animación con Bernardo Vides en
la Escuela de Artes. El taller duraba un año así que eran tan solo las bases de
la profesión.
El profesionalismo llegó mucho tiempo después de aquel
taller en la EBA. En el 2009 estaba trabajando como editor de video, pero siempre dibujando en mis tiempos libres
hasta el día que decidí hacer un viaje por Latinoamérica con el dibujo y la
caricatura como única fuente de ingresos.
El viaje duro casi dos años. Trabajé dictando talleres de
historietas en escuelas, dibujando caricaturas en las plazas y algún que otro
pedido de ilustración. Al regreso estaba seguro que la ilustración iba a ser mi
profesión. Desde ese momento (2011)
estoy trabajando como ilustrador para clientes de Estado Unidos, Inglaterra y
Alemania, mayormente en ilustración infantil y videojuegos.
-¿Te costó conseguir trabajos como
ilustrador o diseñador en Francia? ¿Qué tan factibles es dar el salto para un
artista de Tucumán?
Un punto sensible. Aquí en Francia es la meca para muchos
historietistas e ilustradores, pero lo cierto es que es un ambiente muy hostil,
ya que hay muchas escuelas y la competencia es feroz. Es como ir a probar
suerte como volante de creación en Brasil.
La factibilidad no es nula pero bastante complicada,
teniendo en cuenta que los franceses son muy obsesivos con el tema del diploma,
no salen a la búsqueda de talento como los yanquis. En ese sentido si no te
recibiste en una escuela de bande dessinée (término con el que se refieren a la
historieta franco-belga) o animación de aquí, todo te va a costar el doble.
-¿Qué experiencia tenés haciendo
historietas? ¿Alguna obra importante antes de Carpe Diez?
Mi experiencia en historieta fue básicamente participar en
publicaciones colectivas con otros colegas de la provincia. Uno que otro
fanzine y alguna aparición en un periódico local con una tira diaria. Rescato
una experiencia en 2006 de un fanzine de ejemplar único que se llamaba Catarsis que sacamos con Fabián Castro. Eso es a lo que material
publicado se refiere pero desde hace 20 años que hago historietas casi todos
los días, mi blog se banca mi obsesión-
-¿Influyó estar viviendo en Francia para hacer algo con una impronta tan
tucumana como Carpe Diez?
Bastante. A Carpe Diez lo comencé en un momento de muchísima
nostalgia pero también de autocrítica a nuestra sociedad al conocer una cultura
que me era totalmente ajena. Ahí salieron muchas de las situaciones que viví en
Tucumán que la memoria exagera y como toda caricatura o sátira se nutre de la exageración,
fueron bienvenidas a esta historieta.
-¿Se va a conseguir el libro en Tucumán?
Espero que en las principales comiquerías y librerías eso lo
veremos una vez que tengamos en casa la tirada. Pero de que va haber una presentación
allá, ponele la firma.
-Comentaste que en Francia no les gustan las historias de fútbol y no existe la
misma pasión que en Argentina. ¿Qué te llevó a apostar por algo del tema?
Si bien es cierto que aquí no se vive el futbol como en
Argentina, (es más creo que en ninguna parte del mundo se vive el futbol como allá)
elegí esta temática porque creo que nos define bastante bien social y
culturalmente, desde el River-bBca hasta en el ajedrez, hasta el intento de
meter goles con la manos aunque nos enfrentemos a San Marino.
Viviendo aquí me di cuenta la gente es muy curiosa de
descubrir otras culturas y alejarse de los clichés culturales. Por eso no me parecía
descabellado usarlo de hilo conductor a pesar de que no sea un tema convocante
en Francia.
-¿Por qué Central Norte y no otro
equipo?
Buena pregunta. Al escribir el cuento embrión de Carpe Diez elegí
de una a Central Norte, ya que tenía que ser un equipo de barrio que de repente
se venía compitiendo a escala nacional y que no haya tenido campeonatos ganados
en los últimos años (¡Uy! ¡Me van a matar los hinchas del cuervo!). Como nací
en Villa Lujan, vivía a pocas cuadras de la cancha de Central Norte, así que lo
tomé un poco como un homenaje a mi barrio. Después, cuando el personaje de la
muerte llega a ser la columna vertebral de la historia, la camiseta de este
equipo iba perfecta si hablamos desde el punto de vista de la dirección de arte
y paleta de colores.
-Además hay una parte de ciencia
ficción, y tiene un toque sobrenatural, que combinan muy bien, ¿Cómo lograste
integrar esos elementos?
Parece un locro cuando se lo describe así (risas) pero traté
de hacerlo a conciencia. Al principio el único ingrediente iba a ser el
realismo mágico, ya que estoy muy influenciado de Sacheri, Fontanarrosa,
Soriano, etc. Hasta ahí todo sencillo, la historia en su origen estaba
ambientada en 1940, pero con el correr de las paginas me di cuenta que en esa
época las cosas no estaban tan podridas, entonces tuve que ubicarla en la época
actual. El problema era que necesitaba alguien que cuente esa historia en
tercera persona. Ahí aparece la ciencia ficción con un Tucumán del 2089 un poco
pesimista.
Si me preguntas como integré estos elementos, la verdad creo
que se fueron ubicando solos, después de 5 años trabajando en un comic, los
personajes te llevan a vos y no al revés, ellos se preguntan y se contestan, de
esa manera las situaciones se van dando casi por karma.
-Contanos sobre la campaña de Crowfounding y sobre las inversiones que podemos
hacer para que el libro sea una realidad.
Así es, desde el sábado pasado este proyecto se encuentra en
una Campaña de crowdfounding . El principio de
estas plataformas es que la labor de un artista no empieza ni termina en el ojo
inquisidor de una editorial, salón de arte o sello discográfico, sino que es el
público quien evalúa este proyecto y con pequeñas contribuciones ayuda a su realización.
Esto no termina ahí: al participar de esta colecta, los colaboradores no son
meros consumidores del hecho artístico sino parte del equipo, ya que reciben a
cambio recompensas exclusivas del proyecto en gestación. En mi caso adquirir en
preventa el libro impreso (una contribución de mas o menos 300 pesos) no tan
solo se lleva un ejemplar, sino que su nombre va a aparecer en los agradecimientos
en toda la tirada y esto es solo el principio.
Particularmente en la campaña de Carpe Diez me puse una suma
objetivo para la impresión de las dos ediciones, en francés y en español, se va a extender hasta el días 29 de
noviembre, ésta será la fecha límite para realizar las colaboraciones. Si llego
al objetivo el proyecto se realiza y las recompensas se envían a todos los
colaboradores, si no (algo que no tiene que pasar) el proyecto no se realiza y
las colaboraciones se reintegran a todas las personas sin ninguna comisión.
Desde ya muchísimas gracias a los que se sumen a esta
aventura.
Crowdfounding Carpe Diez