El oso que trajo un Óscar a Latinoamérica

02 Mar 2016
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Póster Promocional

La animación enamora. Algunos se animan, se sumergen en ese mundo como creadores y lo sufren. Reniegan mucho mientras aprenden del error y por lo general se frustran. Algunos siguen adelante con lo necesario para terminar al menos un corto. Muchas veces parece que tanto esfuerzo queda solamente en un recuerdo, pero muchos animadores de Latinoamérica han logrado con dedicación y pasión que sus cortos trasciendan al ganar numerosos premios internacionales. Sin embargo, hasta la última entrega de los premios Óscar, ningún corto animado latinoamericano había sido nominado y la estatuilla se quedó con La historia de un oso de Leopoldo Osorio.

La dictadura como nunca antes fue retratada

La brutalidad de las dictaduras en Latinoamérica dejaron una cicatriz que todavía sigue (y seguirá) atravesando generaciones. Es interesante la forma en la que se refleja en el arte en cada época. La denuncia con metáfora obligada –que los militares por lo general no lograban decodificar- de los setenta lentamente dio paso a la búsqueda del drama humano centrado en el individuo, y la forma en la que cada generación lo sufrió a su modo. Tal vez el ejemplo más claro de esto sea la novela Lengua Madre de María Teresa Andruetto.  
En el caso de Leopoldo Osorio, él toma como base la historia que le contó su abuelo de su encarcelamiento durante la dictadura, los años de exilio y el dolor de no poder contactar con ellos porque cambiaron de dirección y teléfono. Incluso les costó encontrarlos cuando regresó a Chile. "Yo no entendía muy bien qué era esto de la política que le impedía estar con la familia. Fue una cosa muy tremenda, porque por un hecho político, ajeno, mi familia quedó desmembrada. Ese es el mensaje que quise trasmitir con el cortometraje, de algún modo. Que no hay nada que valga para separar a una familia" explica Osorio.
No hay diálogos en el cortometraje, no los necesita. Basta con mostrar la soledad de un oso viejo, muy dedicado a unos autómatas a cuerda y a una caja escenario llena de engranajes. Con ellos cuenta su historia, cómo lo alejaron de su familia y cómo logró escapar de los circos en los que estuvo prisionero. Al usar autómatas, prácticamente juguetes, para narrarla, la dictadura tiene una resignificación sorprendente que deja con un nudo en la garganta, sobre todo al final. En este sentido, la animación le sirvió a Osorio para expresar con muchísima fuerza y honestidad su mensaje, que hoy ha logrado trascender barreras internacionales.  


Un esfuerzo notable

Esa categoría que parece un relleno en los Óscar, es un gran lugar para comenzar a explorar la animación de calidad. En la historia de este rubro, han surgido obras notables que se alejan totalmente del arquetipo al que nos tienen acostumbrados los premios de la academia. Hay obras metafóricas, meramente técnicas y por supuesto, metáforas con contenido relevante, como La historia de un oso, que son capaces de vencer a titanes como Pixar. El corto chileno tomó más de cuatro años de trabajo. Para los diez minutos que dura, puede parecer excesivo, pero si tenemos en cuenta que el estudio de animación Punkrobot solamente cuenta con quince personas  y que trabajaron con un presupuesto muy limitado en cuanto a animación, el resultado final sorprende. A nivel técnico, resaltan distintas técnicas de animación que son funcionales a los momentos de la historia que se están narrando. Por ejemplo, la vida del oso en los circos a través de afiches animados en 2D o una suerte de animación con siluetas en las que se ve el secuestro de los animales, cosa que sutiliza la violencia.  Es decir, la técnica no está para demostrar el nivel que manejan, sino como un elemento expresivo que es fundamental para lograr comunicar esas emociones que buscan transmitir. Tal vez el elemento más llamativo es el de los autómatas de lata que cuentan la historia de un oso, es un 3D tan logrado que realmente parece stop motion y le da un toque artístico extra al cortometraje en el que la soledad y ese dolor de la lejanía se palpan aún más.
 

Tráiler de Historia de un oso

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