Charlie Brown & Snoopy - Sueña a lo grande
Vivimos en
una era en la que si juntamos un director con pocas ideas, presupuesto para
grandes efectos por computadora y actores que tengan ganas de filmar escenas de
acción colgados de cables y arneses, hay muchas posibilidades de un remake.
Ojo, también puede ser una película basada en series de televisión que fueron
éxitos en otras décadas, como Transformers
o Las Tortugas Ninja, a las que el
señor Michael Bay les clavó sus
colmillos y convirtió en algo de acción con muchas explosiones. Lo triste es
que por más que los fanáticos nos quejemos de esos cambios
"demenciales", son fórmulas que funcionaron para lo que realmente
importa a Hollywood, vender. Cuando le llegó el turno a Peanuts (Snoopy y sus amigos) hubo un vestigio de esperanza, a
pesar del 3d, todavía estaba "eso" a lo que estábamos acostumbrados.
Hay muchos
cómics clásicos cuyas lecturas sufren el paso del tiempo. Pertenecieron a una
época determinada, la marcaron, pero si no la conocemos, no vamos a poder
disfrutarlos del todo como a XIII, Tintín o la miniserie Man of Steel. Hay otros que a pesar de
estar sumergidos en un espacio y época determinadas, se han convertido en obras
atemporales. Es irónico, pero piensen en Ásterix
o Mafalda. Están tan bien construidos
que crean su propia burbuja que los hace sobrevivir al paso de las décadas y su
lectura aún es fácil. En una sola secuencia nos sumergimos en sus mundos
particulares y solamente basta disfrutar. En este aspecto destaca Peanuts. Charles Schulz descubrió su fórmula en
la década de los cincuenta. Lo suyo era mostrar el mundo desde el punto de
vista de niños, en el que no había lugar para las voces de los adultos. Eran
Charlie Brown y sus amigos que vivían su infancia, siendo siempre niños. El
tema, es que, esa inocencia estaba matizada con problemas reales. Algunos
fuertes, pero con un poco de humor y dulzura se suavizaban bastante. Además
estaba Snoopy, un perro que se había aburrido de ser perro y gracias a él,
Schulz encontró la forma para darle un toque de surrealismo a la tira.
En los
sesenta y setenta, que fueron la época de oro, se hicieron adaptaciones en
películas animadas y una serie de televisión que respetaba lo máximo posible el
espíritu del cómic y gracias a estas, llegó al imaginario colectivo. Hubo otras
adaptaciones a lo largo de los años, pero fue para mantener viva la llama de
Snoopy y los suyos (y vender merchandising). Cuando salió el tráiler de la
nueva película en 3d, tengo que admitir que insulté bastante. El 3d estaba
bien, pero habían corrompido eso que se mantuvo fiel a sí mismo durante años
con canciones de moda. Había que hacerlo "cool" cómo pasó con Alvin &
Las Ardillas. Para no renegar, preferí seguir comprando el cómic y
olvidar ese adefesio que podía ser la película de Peanuts sin siquiera haber
visto quién la dirigía... Steve Martino,
que nos sorprendió con Horton y el mundo
de los quién. Además estaban los herederos de Schulz cuidando a Charlie
Brown y los suyos.
En Estados
Unidos se estrenó algunos meses antes que en nuestros cines. Como buen masoquista
cultural fui a ver la opinión de la crítica especializada y esperé encontrarme
con un Snoopy descuartizado por las voces más siniestras. Sin embargo, me di
con buenas opiniones que se centraban siempre en lo mismo como un punto
positivo "Es más de lo mismo y eso es bueno" Por supuesto, había uno que otro desubicado
de esos a los que les encanta encontrar fallas en una que otra escena y
demostrar su sapiencia en séptimo arte al denigrar cualquier cosa que no sea “made by directores de culto para intelectuales”,
pero hay que aceptar que tienen derecho a expresarse y opinar. Al fin me armé
de valor y fui a ver la película. Sí, fue más de lo mismo a nivel historia y
con muchos guiños a los capítulos clásicos pero con algunos elementos nuevos
que le dieron identidad a esta nueva era de Snoopy. Por un lado, el perro ya no
habla y es un poco más excéntrico sin llegar a lo Scrat de La era del hielo y
descubrimos una faceta de Charlie Brown que lo resignifica del perdedor con
buen corazón a algo más que van a descubrir cuándo la vean.
Algo
llamativo es el uso del 3D. El efecto de usar los modelos tridimensionales de
base y dibujar los detalles encima con un estilo muy fiel al cómic, es un
acierto. Recuerda un poco a lo que es Pollo Robot, pero aquí tenemos una animación
muy prolija, que al igual que la historia, tiene una base fuerte en lo clásico,
pero lo actualiza y le termina de dar esa identidad vintage a la película. Al
igual que en Horton, Martino sabe respetar y actualizar otros estilos sin hacer
aberraciones como el señor Bay.
Peanuts
trata sobre la vida y de reírnos de nosotros con inocencia. Está tan bien construido
que aún hoy funciona y Peanuts the movie es una muestra de eso. No actualizaron
más que algunas cosas, porque cuando algo es excelente, es mejor dejarlo así y
que no se pierda la magia. Martino supo aprovechar esa esencia y el resultado
no fue algo brillante, fue una muy buena película que nos encierra en esa
burbuja de Snoopy durante algo más que una hora. Eso es suficiente para pasarla
bien y reír con inocencia, cosa que nos hace mucha falta en estos tiempos.