Otra iglesia que bendice armas
Ni es la primera vez que una iglesia bendice armas ni la última que lo hará para sosiego de miles de creyentes y fabricantes.
Este caso cobró resonancia por las elocuentes fotos de señoras y señores posando, solemnes y ceremoniosos, con sus rifles AR-15 y -¿por qué no decirlo?- algunas armas cortas.
En EEUU, en el Estado de Pensilvania, está la ciudad de Terranova, donde tiene una importante sede la Iglesia de la Unificación (La Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial) fundada en Corea del Sur por Sun Myung Moon, un señor nacido en 1920 y que murió en 2012.
La Iglesia de la Unificación ha sido llamada la “Secta Moon”, y básicamente tiene una estructura muy parecida a muchas otras iglesias. Fue fundada en 1954 por Moon, y luego de crecer en Corea del Sur, comenzó a expandirse en los años 90’s por muchos otros lugares del mundo. Entre ellos Terranova, donde en una ceremonia que reivindica el matrimonio, los asistentes acudieron con sus fusiles AR-15, entre otros dispositivos destinados a la puntería, cuando no a provocar agujeros en cuerpos ajenos o propios.
Cuando murió su fundador, Sun Myung Moon , quedaron al frente de la Iglesia su esposa y sus hijos, quienes se hicieron cargo de la dirección episcopal de la organización, que por cierto tiene influencia, además de Corea del Sur, en Rusia, Brasil, Uruguay y Paraguay, además de EEUU. Las fotos son impactantes, es cierto.
Pero no hay tanta sorpresa cuando advertimos que se trata de una ceremonia que “bendice a las personas, no a sus armas” el sacerdote aclara en el video al fin de esta nota que la bendición primordial de la ceremonia es hacia el matrimonio, y que las armas son peligrosas y que en ese sentido (aquí declino una observación semántica) son ‘sagradas’, y que por ello es necesario bendecirlas.
En realidad, esta iglesia o secta, como buena entidad megalómana de almitas, por antonomasia intenta abarcar desde su cristianismo heterodoxo pero también tradicional, a otras religiones en una cruzada inclusiva, como el Islam o religiones orientales.
Pero no nos vayamos muy lejos para reseñar otras iglesias que bendicen no tan sólo algunos fusiles y alguna otra ferretería pensada para la industria de la perforación de la carne, sino ejércitos completos.
Y no nos tenemos que ir muy lejos, no. Aquí cerca nuestra Virgen Señora de la Merced ostenta el honor –gravemente maculado luego por los militares de muchas épocas- de ser la Patrona del Ejército Argentino.
En 1812, luego de ganar la Batalla de Tucumán el General Manuel Belgrano dice en el parte de guerra que envía al gobierno: “La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos”.
El General, conmovido por el triunfo, nombra a la Virgen de la Merced Generala del Ejército Argentino. En 1912, al cumplirse el centenario de la Batalla de Tucumán, la imagen de "Nuestra Señora de la Merced o de las Mercedes" que se venera en San Miguel de Tucumán, fue coronada solemnemente en nombre del papa San Pío X.
Es así que en el mundo hay predicadores del amor, de la existencia de un infinito benevolente y panracional Ser o Espectro, de una serie (arbitraria) de reglas morales y teleológicas que guían una escatología siempre pintoresca en cualidades literarias, que fundan iglesias que esperan un mesías pero donde terminan ellos mismos liderando el rebaño.
Y no importa, a sus fines, que el rebaño precise urgentemente conquistar este o aquel territorio, geográfico u económico, aunque en ello vaya la imperiosa necesidad de derramar sangre, sino que la iglesia siga viva para seguir propagando la palabra de la deidad en el planeta.
Y es que esa propagación está determinada por la posibilidad de cada iglesia de entrar, como un virus informático que luego se conforma como sistema operativo, en la profunda conciencia de cada fiel, quien luego defenderá con su vida (o preferentemente la de otro) la increíble certeza de su fe.
@Cesario
Un video de la ceremonia. (Philly.com)