Michel Petrucciani, el pequeño gigante de la música
Hoy en la Ensalada comparto una breve reseña sobre este hombrecito inmenso, que venció a la adversidad y se convirtió en uno de los referentes mundiales del jazz, a pesar de la terrible enfermedad que padecía.
Les presento a Michel Petrucciani, quien medía tan sólo un metro de altura, sufría una enfermedad ósea congénita que lo obligó a usar unos pedales especiales para poder tocar el piano. Fue un gran admirador de Duke Ellington y de Bill Evans, dos grandes del jazz, y generó un estilo propio de composición y ejecución pianística.
También fue un amante de la música brasilera y de ritmos foráneos al jazz, si es posible que algún ritmo sea foráneo del jazz, puesto que el jazz permanentemente está investigando en nuevos ritmos y armonías.
De todos modos Michel Petrucciani no sólo tuvo que luchar contra su enfermedad, sino también contra el dominio y la sobreprotección que su padre quiso hacer de él, muy posiblemente por el temor a que le sucediera algo por su delicada contextura ósea. Según Aldo Romano, el baterista de Petrucciani durante su juventud y quien lo incitó a iniciar su carrera en París: “Su padre era un idiota. El nunca confió en nadie. Quería mantener a Petrucciani sólo como un acompañante para tocar su propia música. Era muy celoso. Entonces tuve que luchar para llevaro a París, porque su padre no me quería, porque él quería conservarlo como a un monstruo encerrado en una jaula.”
Además, fue un hombre con mucho sentido del humor. Al entrar a un salón con muchos pianos decía darse cuenta cuál era el indicado para tocar solamente con verlo. Refiriéndose al diálogo que tuvo con el dueño del local, decía: “Yo le dije: los pianos me hablan. Y él me dijo: la última vez que dije eso estuve 3 años en un hospital psiquiátrico...”
Petrucciani dijo en una entrevista que le temía a la muerte, no al dolor, porque todos los días sentía dolor y porque el dolor era soportable o llevadero; pero lo que más temía era morir y no poder tocar más.
Michel Petrucciani murió a los 36 años de edad en 1999, víctima del avance irrefrenabe de su enfermedad, pero dejó mucha belleza en el mundo de la música. A continuación les dejo dos ejemplos de su grandeza, una es una versión de la canción Bésame mucho (la toca casi sin siquiera mirar el piano) y el otro es una de sus composiciones más lindas, se llama Cantabile. Disfruten la maravilla.
Bésame mucho, la famosa canción de Consuelito Velázquez.
Cantabile.