Camino a los Oscars parte 2
Bueno,
última parte de este viaje. Al final de las 3 que me quedaban en el tintero,
solo llegué a ver dos. En lista de espera la dejo a Una Amistad Sin Fronteras
(Green Book, 2018).
Bohemian Rhapsody (2018), primero que nada, me encanta Queen
pero no soy un fan hardcore, así que debe ser una de las razones por las que
disfruté tanto verla. En este caso era contraproducente
ser muy fan, porque se cambiaron algunos hechos para que funcione mejor la
narrativa y el contexto dramático. Rami Malek hace una excelente
caracterización de Freddie Mercury, y seguro se lleva la estatuilla al mejor
actor. Es un gran espectáculo visual, lleno de música que nos moviliza y nos
hace rememorar viejas épocas y películas. Creo que como biopic se queda a mitad
de camino, dejando mucho bajo la alfombra. Obvio que no se podía poner todo en
las 2 horas que dura, pero creo que les quedo chica la película.
Roma (2018), otro caso de amor/odio. No me quiero hacer el
snob y hablar en clave metafórica sobre el agua en el piso que refleja el
avión. Vamos a decir que es una película movilizadora, que tiene un contenido
social grandísimo, y nos hace conocer un México que por lo menos para mí era
desconocido. Aquí vamos a aprender historia, y vamos a comprender que las
desigualdades de las mujeres no tienen clase social. Vamos a aprender que la
realidad no se termina en nosotros.
Además valoro su hermoso blanco y negro, donde los colores hubieran
sobrado en escenas como la del cine, el parto o la playa.
The Favourite (2018), el griego Yorgos Lanthimos no es
un director fácil, sus últimas dos películas The Lobster (2015) y The Killing
of a Sacred Deer (2017) son una clara muestra de su cine, muy crítico de la
sociedad, pero evasivo en el mensaje. No está todo claro, servido, y el
espectador tiene el trabajo de procesar todo. Su nueva obra es la menos extraña,
por decirlo de alguna manera. Puede ser un buen ingreso a su mundo. Acá repite
team-up con Olivia Colman y Rachel Weisz, ambas con nominaciones totalmente
merecidas. Realmente son increíbles en la pantalla. Emma Stone también deja
todo en este personaje, su personalidad introvertida hace que todo esto sea un
juego para ella, su versatilidad hace que le creas todo. Y por favor no juzguen
la película por la escena del baile, es solo un recurso que usa para mostrar
una situación inverosímil más, de las cuales hay varias (carrera de patos, tiro
de naranja). Al igual que Vice (2018), ésta es un relato sobre el poder y de lo
que estamos dispuestos a hacer por él. The Favourite (2018) es una buena
película, fresca, con un relato audaz y que nos deja una lección de historia más.
Vice (2018), nos va a ilustrar sobre la vida del
expresidente de los Estados Unidos Dick Cheney y nos mostrará una forma de
hacer política. Una figura bastante emblemática para ellos, odiado y querido
por muchos, criticado por sus manejos de las leyes, un animal político de Washington
que supo sobrevivir a períodos republicanos y demócratas. Sumó un gran poder en
la administración Bush hijo, el cual fue un factor clave en ese mandato. Por
momentos la película muestra un relato imparcial sin hacer juicios de valor y
después usa el absurdo para hacer las críticas, un recurso que ya utilizó McKay
en La Gran Apuesta (The Big Short, 2015), por ejemplo, cuando la hace explicar
a Margot Robbie en una bañera parte del sistema financiero. La verdad que el
director no se jugó mucho con esta película, porque agarró un personaje
polémico, repitió cast con Christian Bale como Dick Cheney y Steve Carell como Donald
Rumsfeld. Una película correcta sin demasiados sobresaltos, llena de
información, con grandes actuaciones, muy visual, pero que por momentos podemos
perdernos en el laberíntico juego de poder de la política.
La elegida
Voy con
todo por Roma (2018), es mi favorita.
La película que más me llegó, la que terminé de ver y fuí corriendo a la
computadora para saber más sobre ese México de los 70, sobre La Masacre de Corpus Christi. Es mi
elegida porque me conmovió la historia de dos mujeres opuestas, a las que la
desigualdad de género les tocó por igual. Un relato emocional que te interpela
constantemente. Pero Roma no termina ahí, el trabajo de Cuarón es soberbio, y
no solo dirigió, sino que también escribió el guión, hizo la fotografía, sabía
cada detalle de la película, cómo tenía que estar el decorado, qué tipo de luz
colocar, qué música usar para que la carga emocional sea distinta. Usó parte de
su infancia para recrear un mundo donde la realidad se confunde con la ficción.
No quiero ahondar en más detalles técnicos, no me parece necesario. Si no la
vieron, está en Netflix, más fácil imposible, solo déjense llevar.