30 Junio 2002
Yokohama.- A pocas horas de haber concluído el Mundial, recordar que fue el primero celebrado en Asia lleva a otro tema: el de la amabilidad de los anfitriones. Desde Seogwipo a Seúl y desde Oita a Sapporo, recorrer Corea/Japón 2002 fue como deslizarse por un suave sendero recubierto de gestos amables de sus habitantes.
Ser extranjero en el Mundial fue siempre un beneficio. Muchas veces el idioma era una barrera, pero siempre hubo forma de solucionarlo. Gestos, sonrisas, improvisados intérpretes, mímica: todos los métodos fueron probados y siempre alguno resultó exitoso.
Recorrer las ciudades del interior surcoreano sorprendió por la espontaneidad hacia el visitante. "¿De dónde es usted?", y siempre una sonrisa. Y a veces, un regalo. Bastaba entrar a una panadería a comprar un par de croissants para que el visitante recibiera un juego de tazas, o llevar a revelar unas fotos para salir con un pañuelo de seda.
"¿Por qué?", era la pregunta. "Porque estamos contentos de tenerlo aquí". Los japoneses, por naturaleza más reprimidos, también intentaron casi siempre ayudar al visitante. Y el Mundial parece haber dejado huella en las nuevas generaciones. ¡Qué lindo sería que esto se repita en los próximos torneos! (DPA)
Ser extranjero en el Mundial fue siempre un beneficio. Muchas veces el idioma era una barrera, pero siempre hubo forma de solucionarlo. Gestos, sonrisas, improvisados intérpretes, mímica: todos los métodos fueron probados y siempre alguno resultó exitoso.
Recorrer las ciudades del interior surcoreano sorprendió por la espontaneidad hacia el visitante. "¿De dónde es usted?", y siempre una sonrisa. Y a veces, un regalo. Bastaba entrar a una panadería a comprar un par de croissants para que el visitante recibiera un juego de tazas, o llevar a revelar unas fotos para salir con un pañuelo de seda.
"¿Por qué?", era la pregunta. "Porque estamos contentos de tenerlo aquí". Los japoneses, por naturaleza más reprimidos, también intentaron casi siempre ayudar al visitante. Y el Mundial parece haber dejado huella en las nuevas generaciones. ¡Qué lindo sería que esto se repita en los próximos torneos! (DPA)