29 Junio 2002
La venta de lana se ha incrementado entre un 40% y un 60% respecto del año pasado. Una demanda propia de la estación más una nueva alternativa para enfrentar la crisis sostienen este mayor consumo detectado en Tucumán en las últimas semanas. Así lo confirmaron Elena de Ayala, quien se especializa en lanas artesanales, y los comerciantes Rafael Osvaldo Laequaniti y Liliana Córdoba.
"Mis clientas, en su mayoría, son estudiantes secundarias y universitarias, que están aprendiendo a tejer", señaló Ayala. Comentó que las jóvenes se reúnen en las casas para hacer una suerte de talleres pequeños donde se enseñan unas a otras. "Ellas crean sus propios diseños y combinan colores y tipos de lana, como las rústicas con seda. Hacen cosas muy lindas", agregó la vendedora. En este caso, los 100 gramos de lana pura de oveja cuestan $1,80 y los 100 gramos de lana de llama, $2,60. Es decir que con $8 o 12 pesos se puede tener un buen suéter contra los 40 o 50 pesos que cuesta uno hecho."Hoy nadie tira nada", aseguró Laequaniti, quien confirmó que el precio de la lana aumentó en promedio un 110% con relación al año pasado. "De todos modos, se vende más porque se busca abaratar los costos", añadió.
Reformas en las prendas
"Las clientas compran lana para hacer prendas nuevas pero, sobre todo, para reformar antiguos pulóveres", indicó el comerciante.
Esto fue ratificado por una tejedora de prendas a máquina, Rosa de Díaz, quien sostuvo que tiene un 80% más de trabajo que el invierno anterior. "Mis clientas traen mucho para arreglar -aseguró-; por ejemplo, a un pulóver viejo le cambian el modelo de las mangas o lo acortan o le añaden algún detalle en otro color".
La tejedora indicó que para hacer un suéter se cobra alrededor de $15 y el costo de la lana (unos 300 gramos de shetland, cashmilon o dralon) es de unos $8. "Por poca plata se consigue un buen pulóver", afirmó Rosa de Díaz.
Las lanas comunes y finitas, como el cashmilon, cuestan entre $2,50 y $3 los 100 gramos. Las lanas más gruesas y las fantasías varían entre $4 y $5,50.
Córdoba dijo que hay una gran influencia de los colegios donde se está enseñando a tejer. "Vienen muchas adolescentes con sus madres a comprar, especialmente para tejer a dos agujas", indicó.
Lucy Rosales, profesora de tejido a máquina, comentó que tiene un 50% más de alumnas que el año pasado. "La mayoría son mamás jóvenes, de 20 años para arriba, pero tengo alumnas de todas las edades", aseguró. "Estoy enseñando a mujeres que no saben nada de tejido pero también a muchas que solían tejer en otros tiempos y que habían dejado de hacerlo porque era barato comprar las prendas hechas; ahora, han sacado de nuevo la máquina de tejer y están haciéndose ellas la ropa", añadió Lucy Rosales.
Según la profesora, "las alumnas aprenden porque les gusta el tejido pero, sobre todo, porque necesitan hacer economía".
Directamente de fábrica
El aumento en el interés por tejer las propias prendas de abrigo no ha tenido mucha incidencia en los negocios que venden pulóveres, en particular en aquellos que traen los artículos directamente de fábrica. La dueña de uno de ellos, Selma Parodi de Argota, indicó que esta es la modalidad que está adoptando la mayoría de los comercios en el país, porque permite seguir vendiendo los mismos volúmenes que en años anteriores.
"Mis clientas, en su mayoría, son estudiantes secundarias y universitarias, que están aprendiendo a tejer", señaló Ayala. Comentó que las jóvenes se reúnen en las casas para hacer una suerte de talleres pequeños donde se enseñan unas a otras. "Ellas crean sus propios diseños y combinan colores y tipos de lana, como las rústicas con seda. Hacen cosas muy lindas", agregó la vendedora. En este caso, los 100 gramos de lana pura de oveja cuestan $1,80 y los 100 gramos de lana de llama, $2,60. Es decir que con $8 o 12 pesos se puede tener un buen suéter contra los 40 o 50 pesos que cuesta uno hecho."Hoy nadie tira nada", aseguró Laequaniti, quien confirmó que el precio de la lana aumentó en promedio un 110% con relación al año pasado. "De todos modos, se vende más porque se busca abaratar los costos", añadió.
Reformas en las prendas
"Las clientas compran lana para hacer prendas nuevas pero, sobre todo, para reformar antiguos pulóveres", indicó el comerciante.
Esto fue ratificado por una tejedora de prendas a máquina, Rosa de Díaz, quien sostuvo que tiene un 80% más de trabajo que el invierno anterior. "Mis clientas traen mucho para arreglar -aseguró-; por ejemplo, a un pulóver viejo le cambian el modelo de las mangas o lo acortan o le añaden algún detalle en otro color".
La tejedora indicó que para hacer un suéter se cobra alrededor de $15 y el costo de la lana (unos 300 gramos de shetland, cashmilon o dralon) es de unos $8. "Por poca plata se consigue un buen pulóver", afirmó Rosa de Díaz.
Las lanas comunes y finitas, como el cashmilon, cuestan entre $2,50 y $3 los 100 gramos. Las lanas más gruesas y las fantasías varían entre $4 y $5,50.
Córdoba dijo que hay una gran influencia de los colegios donde se está enseñando a tejer. "Vienen muchas adolescentes con sus madres a comprar, especialmente para tejer a dos agujas", indicó.
Lucy Rosales, profesora de tejido a máquina, comentó que tiene un 50% más de alumnas que el año pasado. "La mayoría son mamás jóvenes, de 20 años para arriba, pero tengo alumnas de todas las edades", aseguró. "Estoy enseñando a mujeres que no saben nada de tejido pero también a muchas que solían tejer en otros tiempos y que habían dejado de hacerlo porque era barato comprar las prendas hechas; ahora, han sacado de nuevo la máquina de tejer y están haciéndose ellas la ropa", añadió Lucy Rosales.
Según la profesora, "las alumnas aprenden porque les gusta el tejido pero, sobre todo, porque necesitan hacer economía".
Directamente de fábrica
El aumento en el interés por tejer las propias prendas de abrigo no ha tenido mucha incidencia en los negocios que venden pulóveres, en particular en aquellos que traen los artículos directamente de fábrica. La dueña de uno de ellos, Selma Parodi de Argota, indicó que esta es la modalidad que está adoptando la mayoría de los comercios en el país, porque permite seguir vendiendo los mismos volúmenes que en años anteriores.