12 Enero 2008
SIN CRISIS. “La renuncia fue en perfectos términos”, dijo el funcionario. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
"Nadie echó a Jorgelina García Azcárate, niego totalmente esa versión. Su renuncia fue en perfectos términos, tras llegar a una conclusión común, y nadie puede decir que terminamos mal. Respeto a la gente que está conmigo y en ningún momento exigí ninguna dimisión", sostuvo ayer el titular del Ente Tucumán Cultura, Mauricio Guzman, al referirse a la partida de la ex directora de Patrimonio Cultural, que ayer dejó formalmente su cargo.
La dimisión se enmarca en la polémica generada por la decisión del Gobierno de desafectar inmuebles estatales centenarios de valor histórico, arquitectónico o cultural, para venderlos a inversores privados. Esta política es defendida desde el Poder Ejecutivo, pero García Azcárate participó en las marchas en repudio a esta medida, organizadas por distintos sectores sociales. Por ello, se le solicitó el cargo.
"La Dirección de Patrimonio Cultural es un cargo político. Hemos hablado largamente en este tiempo y coincidimos en que lo mejor era que se alejara porque no compartía el criterio político del Gobierno. Cae de maduro; no cabía otra posibilidad porque no compartía el criterio oficial en esta materia, que debe ser uno porque somos un equipo de Gobierno. Del mismo modo, el día en que a mí me toque la hora, me tendré que ir", aseveró.
El funcionario afirmó que respeta y le parece bien que la ex directora tenga un punto de vista sobre este tema y que lo defienda, en vez de adoptar una posición violenta y contraria a su sentir para seguir en el cargo. "Es una excelente profesional y goza de todo mi respeto como autoridad en la materia. Fui yo quien la convoqué al frente de Patrimonio Cultural", recordó.
Guzman aseguró que él trabaja para el gobernador José Alperovich porque tiene total confianza en el proyecto político que encabeza, independientemente de los problemas y las discusiones. Reconoció que todas las gestiones tienen turbulencia, pero destacó los logros alcanzados, y aclaró que aún no tiene definido el nombre de la reemplazante de la directora renunciante.
La dimisión se enmarca en la polémica generada por la decisión del Gobierno de desafectar inmuebles estatales centenarios de valor histórico, arquitectónico o cultural, para venderlos a inversores privados. Esta política es defendida desde el Poder Ejecutivo, pero García Azcárate participó en las marchas en repudio a esta medida, organizadas por distintos sectores sociales. Por ello, se le solicitó el cargo.
"La Dirección de Patrimonio Cultural es un cargo político. Hemos hablado largamente en este tiempo y coincidimos en que lo mejor era que se alejara porque no compartía el criterio político del Gobierno. Cae de maduro; no cabía otra posibilidad porque no compartía el criterio oficial en esta materia, que debe ser uno porque somos un equipo de Gobierno. Del mismo modo, el día en que a mí me toque la hora, me tendré que ir", aseveró.
El funcionario afirmó que respeta y le parece bien que la ex directora tenga un punto de vista sobre este tema y que lo defienda, en vez de adoptar una posición violenta y contraria a su sentir para seguir en el cargo. "Es una excelente profesional y goza de todo mi respeto como autoridad en la materia. Fui yo quien la convoqué al frente de Patrimonio Cultural", recordó.
Guzman aseguró que él trabaja para el gobernador José Alperovich porque tiene total confianza en el proyecto político que encabeza, independientemente de los problemas y las discusiones. Reconoció que todas las gestiones tienen turbulencia, pero destacó los logros alcanzados, y aclaró que aún no tiene definido el nombre de la reemplazante de la directora renunciante.
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