"Se puede reiniciar la producción de bioetanol anhidro para uso como combustible"

Con la sanción de la Ley 26.093 (Ley de Biocombustibles), de su Decreto Reglamentario 109/2007 y de la reciente ley que incluye la posibilidad de sumar a fábricas de etanol ya existentes en el país, promovida por el Gobierno y legisladores nacionales de Tucumán, se reabre para nuestra provincia una posibilidad muy interesante de reiniciar la producción de bioetanol anhidro para uso como combustible, sostuvo Gerónimo Julio Cárdenas, investigador de la Eeaoc, en diálogo con LA GACETA Rural. "Se retoma así una producción trunca en 1989, cuando pensándose que la Argentina podría hacer frente a sus necesidades energéticas prescindiendo de combustibles de origen renovable, se discontinuó el Plan Alconafta", recordó. Hoy, la realidad es otra, presentándose para Tucumán un futuro más que interesante, dijo.
Dentro de los "biocombustibles" existen dos productos principales. Uno es el "bioetanol", generalmente producido a partir de caña de azúcar, aunque también existen otras materias primas alternativas, pero de menor tasa de retorno energético, es decir de menor producción neta de energía. El bioetanol puede emplearse en motores de combustión interna tipo Otto, generalmente en mezclas con naftas, aunque determinados motores pueden emplearlo como único combustible. Tucumán posee numerosas destilerías en las que puede producirse bioetanol anhidro y tiene varias más en las que, con inversiones adecuadas, también podría elaborarse este combustible, retomado así una producción con mercado seguro, si cumple con las condiciones que la legislación determina para poder entregar bioetanol anhidro para uso como combustible.
Dicha legislación determina, además, que para 2010 todas las motonaftas que se comercialicen en el país, deben contener un 5% de "etanol anhidro". Fija, además, que este porcentaje puede variar en más o en menos y que la fecha prevista para iniciar su comercialización puede ser adelantada.
Por otra parte, la ley prioriza proyectos -para proveer de biocombustibles-, en función de criterios de promoción de pequeñas y medianas empresas, de productores agropecuarios y de economías regionales. Una nueva norma, sancionada recientemente, destaca la necesidad de impulsar la conformación de cadenas de valor, buscando la integración de productores de caña e ingenios azucareros en la elaboración del bioetanol.
"Pensamos que Tucumán se encuentra en condiciones de ingresar a este proceso productivo, pues no sólo tiene un parque industrial apropiado, donde hoy se está produciendo bioetanol de 96°, sino que cuenta con la tecnología para transformarlo en anhidro, que es como se lo emplea en las mezclas para combustible", advirtió.
Debe sumarse a esto algo no menor: cuenta con caña como para abastecer esta nueva producción y está, además, en condiciones de continuar incrementando la productividad de su cañaveral y de destinar nuevas áreas al cultivo. "No debe olvidarse que con las nuevas variedades de caña en producción, los litros de etanol a producir por tonelada de materia prima pueden incrementarse", dijo.
Por otro lado -advirtió Cárdenas- no hay que dejar de tener presente que el etanol puede tener otros usos bioenergéticos: emplearlo para producir biodiesel. Este biocombustible, apto para su uso en motores diesel y cuyo utilización en mezclas con gasoil será obligatoria (según la Ley 26093) -semejante al bioetanol con la nafta-, es el resultado de una reacción química entre un aceite o una grasa con un alcohol de bajo peso molecular, como serían el metanol y el etanol.
Hoy se usa metanol para elaborar biodiesel, pues su reacción con los aceites está muy estudiada, pero su no renovabilidad (se obtiene a partir del gas natural) y su toxicidad, hacen conveniente su reemplazo por bioetanol", señaló.
Afortunadamente, los estudios para optimizar el uso de bioetanol se encuentran muy adelantados y es posible que se planteen producciones empleándolo en lugar de metanol, con lo que se estaría abriendo un nuevo e interesante campo para su empleo, dijo. "Esto ayudaría a que se pueda pensar en producir biodiesel en Tucumán, donde la falta de plantas que extraigan aceite de soja hace necesario estudiar esquemas productivos que tengan en cuenta esta situación", puntualizó. "La suba de las retenciones a la exportación de soja hace necesario reanalizar este tema, ya que hoy se podría producir en forma local", afirmó.
Finalmente, Cárdenas dijo que hay que tener presente que Tucumán cuenta con 217.000 hectáreas con caña de azúcar y una superficie dedicada a la soja de 280.000 hectáreas.
La EEAOC, a través de su Programa de Bioenergía, está no sólo analizando aspectos de la producción de bioetanol y buscando cómo hacer posible su producción en la forma más rentable, sino que -además- estudia temas como cumplir con las normativas que regulan esta producción, y también está explorando las posibilidades de definir estructuras productivas para incorporar la elaboración de biodiesel en Tucumán, como también la generación de energía eléctrica a partir de bagazo para provisión de redes comerciales. "Tucumán tiene mucho futuro en temas de bioenergía y está poniendo todo su esfuerzo para ayudar a los sectores productivos a concretarlos", concluyó el investigador.