25 Noviembre 2007
BUENOS AIRES.- Más de 8.000 camiones pasan todos los meses tan sólo por el paso Colón-Paysandú, de acuerdo a las estadísticas que posee la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU). Pero esa cifra se eleva mucho más para el enlace vial Concordia-Salto, dado que ese paso fronterizo es clave para el tráfico proveniente de Brasil.
Por esa razón, las empresas de transporte de carga internacional y la de pasajeros viven horas dramáticas con el cierre fronterizo dispuesto por el gobierno de Tabaré Vázquez en los tres pasos fronterizos entre ambos países.
Chóferes que quedan alejados de sus familias, trámites aduaneros que expiran en sus plazos administrativos, mercadería en tránsito que puede llegar a caducar en sus fechas de vencimiento, son tan sólo algunos aspectos que derivan de la decisión del país vecino, motivada por las protestas de los asambleístas entrerrianos.
Esta situación se revela más compleja si se tiene en cuenta que la alternativa de despachar los camiones en las bodegas de Buquebus no es tan fácil, "dado que la empresa privilegia al transporte con patente uruguaya y los argentinos debemos esperar un milagro para despachar un equipo", sostuvo un empresario del sector.
El operativo de cierre dispuesto por el Ministerio de Defensa uruguayo y ejecutado por la Prefectura Nacional Naval -con apoyo de la Jefatura de Policía de Paysandú-, incluyó en el enlace vial del puente internacional "General Artigas" la instalación de un doble vallado de cierre: no sólo sobre el puente, sino también en la Avenida de las Américas.
Esta decisión marca un hecho sin antecedentes en poco más de treinta años de existencia del puente internacional, con la sola excepción del cierre de frontera que se adoptó en la administración de Jorge Batlle por razones de emergencia sanitaria ante la aparición de casos de aftosa.
Para tener una idea de la intensidad del tráfico en Colón-Paysandú, el sábado antes de que se dispusiera su cierre sobre la hora 18:00, más de 1.500 vehículos (la mayoría sanduceros) ya habían cruzado el puente. (NA)
Por esa razón, las empresas de transporte de carga internacional y la de pasajeros viven horas dramáticas con el cierre fronterizo dispuesto por el gobierno de Tabaré Vázquez en los tres pasos fronterizos entre ambos países.
Chóferes que quedan alejados de sus familias, trámites aduaneros que expiran en sus plazos administrativos, mercadería en tránsito que puede llegar a caducar en sus fechas de vencimiento, son tan sólo algunos aspectos que derivan de la decisión del país vecino, motivada por las protestas de los asambleístas entrerrianos.
Esta situación se revela más compleja si se tiene en cuenta que la alternativa de despachar los camiones en las bodegas de Buquebus no es tan fácil, "dado que la empresa privilegia al transporte con patente uruguaya y los argentinos debemos esperar un milagro para despachar un equipo", sostuvo un empresario del sector.
El operativo de cierre dispuesto por el Ministerio de Defensa uruguayo y ejecutado por la Prefectura Nacional Naval -con apoyo de la Jefatura de Policía de Paysandú-, incluyó en el enlace vial del puente internacional "General Artigas" la instalación de un doble vallado de cierre: no sólo sobre el puente, sino también en la Avenida de las Américas.
Esta decisión marca un hecho sin antecedentes en poco más de treinta años de existencia del puente internacional, con la sola excepción del cierre de frontera que se adoptó en la administración de Jorge Batlle por razones de emergencia sanitaria ante la aparición de casos de aftosa.
Para tener una idea de la intensidad del tráfico en Colón-Paysandú, el sábado antes de que se dispusiera su cierre sobre la hora 18:00, más de 1.500 vehículos (la mayoría sanduceros) ya habían cruzado el puente. (NA)
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