31 Agosto 2007
CONTRA A SOJA. Las orugas provocan graves daños a las plantas. ARCHIVO LA GACETA
El cultivo de la soja experimentó en los últimos años un notable crecimiento regional y nacional, no sólo en superficie, sino también en rendimientos, calidad y tecnificación. La expansión en el NOA provocó cambios agroecológicos. En Tucumán, el cultivo es atacado por varias especies de “lepidópteros desfoliadores”. Durante muchos años se consideró a la Anticarsia gemmatalis (Noctuidae, Catocalinae) como la plaga principal, y a las “falsas orugas medidoras” Rachiplusia nu y Pseudoplusia includens (Noctuidae, Plusiinae) como plagas secundarias. Esta situación cambió por el aumento en la población de las especies de Plusiinae y por la presencia de especies como la “oruga militar del sur” Spodoptera eridania (Noctuidae, Amphipyrinae), explicó Virginia Colomo, directora del Instituto de Entomología de la Fundación Miguel Lillo.
El control de estas plagas se realiza con insecticidas, pero su empleo provoca efectos negativos en el agroecosistema: destrucción de los enemigos naturales, inducción o resurgimiento de plagas secundarias, desarrollo de resistencia y aumento en el costo de producción.
En este cultivo existe un complejo de enemigos naturales que contribuyen al control natural de las plagas, entre los que se encuentran los “parasitoides”, especies que se desarrollan a expensas de otros insectos en sus distintos estado de desarrollo (huevo, larva, pupa y adulto), provocándole la muerte. “La identificación, modo de acción y cuantificación de la ocurrencia de los parasitoides y su relación con las plagas son aspectos esenciales para el desarrollo de programas de biocontrol”, destacó Liliana Valverde, investigadora especializada.
Sobre la base de los relevamientos realizados en las campañas 2005/06 y 2006/07, en el INTA Santa Rosa de Leales y en Burruyacu, se determinó que los parasitoides más importantes pertenecen al orden “Hymenoptera”. Estos pueden clasificarse en: 1) parasitoides de huevos, 2) parasitoides de huevos que completan su desarrollo en el estado de larva, 3) parasitoides que atacan el estado larval y 4) parasitoides de pupa. También se encontraron parasitoides del orden “Diptera” y de las familias “Phoridae” (en larvas) y “Tachinidae” (en larva-pupa), comentaron las investigadoras Carolina Berta, Mabel Romero Sueldo y Mercedes Dode.
En base a los resultados obtenidos se puede señalar que los parasitoides más promisorios, por su abundancia e incidencia en el control, son Trichogramma pretiosum y Copidosoma floridanum. En consecuencia, es conveniente informar al productor de la existencia de estos importantes aliados benéficos y concientizar sobre su protección.
El control de estas plagas se realiza con insecticidas, pero su empleo provoca efectos negativos en el agroecosistema: destrucción de los enemigos naturales, inducción o resurgimiento de plagas secundarias, desarrollo de resistencia y aumento en el costo de producción.
En este cultivo existe un complejo de enemigos naturales que contribuyen al control natural de las plagas, entre los que se encuentran los “parasitoides”, especies que se desarrollan a expensas de otros insectos en sus distintos estado de desarrollo (huevo, larva, pupa y adulto), provocándole la muerte. “La identificación, modo de acción y cuantificación de la ocurrencia de los parasitoides y su relación con las plagas son aspectos esenciales para el desarrollo de programas de biocontrol”, destacó Liliana Valverde, investigadora especializada.
Sobre la base de los relevamientos realizados en las campañas 2005/06 y 2006/07, en el INTA Santa Rosa de Leales y en Burruyacu, se determinó que los parasitoides más importantes pertenecen al orden “Hymenoptera”. Estos pueden clasificarse en: 1) parasitoides de huevos, 2) parasitoides de huevos que completan su desarrollo en el estado de larva, 3) parasitoides que atacan el estado larval y 4) parasitoides de pupa. También se encontraron parasitoides del orden “Diptera” y de las familias “Phoridae” (en larvas) y “Tachinidae” (en larva-pupa), comentaron las investigadoras Carolina Berta, Mabel Romero Sueldo y Mercedes Dode.
En base a los resultados obtenidos se puede señalar que los parasitoides más promisorios, por su abundancia e incidencia en el control, son Trichogramma pretiosum y Copidosoma floridanum. En consecuencia, es conveniente informar al productor de la existencia de estos importantes aliados benéficos y concientizar sobre su protección.