28 Agosto 2007
BUENOS AIRES.- El ex capellán de la Policía Bonaerense, Christian Von Wernich, intentó ayer invalidar el testimonio de una de sus supuestas víctimas, en el juicio que se le sigue por delitos de lesa humanidad en la dictadura, al acusarlo de haber sido un doble agente perteneciente al Ejército y no un prisionero político.
“El señor Luis Velasco Blacke pertenecía al Batallón 601 de Inteligencia del Ejército y su detención fue pedida por medio del batallón para recoger información de las distintas comisarías en que había alojada gente y producir informes”, dijo el clérigo.
Velasco Blacke, por su lado, acusó a Von Wernich de ir a los calabozos y dijo que él, en aquella época, estudiaba medicina en la Universidad de La Plata y que militaba en el Partido Comunista.
Fue secuestrado y pasó por los centros clandestinos de detención que funcionaron en la Brigada de Investigaciones, Arana y Pozo de Banfield, hasta que lo liberaron, viajó exiliado a Perú y, finalmente, a España.
El sacerdote confió que los datos para acusar a Velasco los obtuvo del ex Jefe de Investigaciones condenado a prisión perpetua, Miguel Etchecolatz -su compañero en la cárcel de Marcos Paz- e incluso insinuó que el testigo y ex detenido-desaparecido habría traicionado a sus compañeros de reclusión.
“Gracias a esos informes (atribuidos por él al testigo) se produjeron luego allanamientos en áreas de La Plata”, sostuvo el religioso y lamentó que Velasco lo haya difamado.
Tras esa ampliación de declaración indagatoria, Von Wernich eligió no retirarse de la sala, como venía haciéndolo, y se quedó sentado junto a sus abogados defensores para escuchar el testimonio de Velasco, que viajó especialmente desde España para declarar.
El testigo, que ya en 2000 había comparecido en el llamado Juicio por la Verdad, confirmó que estuvo secuestrado y que fue torturado salvajemente. “Von Wernich nunca ocultó su identidad; venía a la celda a hablar con nosotros y nos decía que nos quitáramos la capucha para hacerlo cara a cara”, rememoró el sobreviviente y añadió: “en una oportunidad entró y dijo: ‘quitate la venda, yo a vos te conozco, sos el sobrino de Monona’”.
Según coincidieron en afirmar ambos en sus respectivos relatos, Velasco Blacke era sobrino de un señor que estaba casado con la tal Monona, a su vez prima de Von Wernich, y que residía con su marido -un juez- en la ciudad bonaerense de Carlos Casares.
“Nunca lo vi a Von Wernich como un elemento de Cristo. Lo vi como un elemento de inteligencia de las fuerzas de seguridad. Nunca lo vi repartir ningún sacramento ni realizar actividad pastoral”, dijo.
Finalmente, Velasco Blacke admitió que consiguió un pasaporte para salir del país por gestiones de Von Wernich e incluso confió que, ya en libertad, se encontraron en Carlos Casares y le dijo que, por las conversaciones que habían tenido en la celda, fueron posibles varios operativos. (DyN)
“El señor Luis Velasco Blacke pertenecía al Batallón 601 de Inteligencia del Ejército y su detención fue pedida por medio del batallón para recoger información de las distintas comisarías en que había alojada gente y producir informes”, dijo el clérigo.
Velasco Blacke, por su lado, acusó a Von Wernich de ir a los calabozos y dijo que él, en aquella época, estudiaba medicina en la Universidad de La Plata y que militaba en el Partido Comunista.
Fue secuestrado y pasó por los centros clandestinos de detención que funcionaron en la Brigada de Investigaciones, Arana y Pozo de Banfield, hasta que lo liberaron, viajó exiliado a Perú y, finalmente, a España.
El sacerdote confió que los datos para acusar a Velasco los obtuvo del ex Jefe de Investigaciones condenado a prisión perpetua, Miguel Etchecolatz -su compañero en la cárcel de Marcos Paz- e incluso insinuó que el testigo y ex detenido-desaparecido habría traicionado a sus compañeros de reclusión.
“Gracias a esos informes (atribuidos por él al testigo) se produjeron luego allanamientos en áreas de La Plata”, sostuvo el religioso y lamentó que Velasco lo haya difamado.
Tras esa ampliación de declaración indagatoria, Von Wernich eligió no retirarse de la sala, como venía haciéndolo, y se quedó sentado junto a sus abogados defensores para escuchar el testimonio de Velasco, que viajó especialmente desde España para declarar.
El testigo, que ya en 2000 había comparecido en el llamado Juicio por la Verdad, confirmó que estuvo secuestrado y que fue torturado salvajemente. “Von Wernich nunca ocultó su identidad; venía a la celda a hablar con nosotros y nos decía que nos quitáramos la capucha para hacerlo cara a cara”, rememoró el sobreviviente y añadió: “en una oportunidad entró y dijo: ‘quitate la venda, yo a vos te conozco, sos el sobrino de Monona’”.
Según coincidieron en afirmar ambos en sus respectivos relatos, Velasco Blacke era sobrino de un señor que estaba casado con la tal Monona, a su vez prima de Von Wernich, y que residía con su marido -un juez- en la ciudad bonaerense de Carlos Casares.
“Nunca lo vi a Von Wernich como un elemento de Cristo. Lo vi como un elemento de inteligencia de las fuerzas de seguridad. Nunca lo vi repartir ningún sacramento ni realizar actividad pastoral”, dijo.
Finalmente, Velasco Blacke admitió que consiguió un pasaporte para salir del país por gestiones de Von Wernich e incluso confió que, ya en libertad, se encontraron en Carlos Casares y le dijo que, por las conversaciones que habían tenido en la celda, fueron posibles varios operativos. (DyN)
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