05 Agosto 2007
SEDUCCION DE PAPEL. El propio autor de Rayuela aclaró que los cuentos más grandiosos y sorprendentes no son de antología.
"¿No es verdad que cada uno tiene su colección de cuentos? Yo tengo la mía. Y podría dar algunos nombres". Así se pronunció Julio Cortázar en una conferencia que llamó Algunos aspectos del cuento, en la que manifestó su admiración por ciertos relatos que le resultaban inolvidables. Alfaguara tomó el guante lanzado por el genial escritor argentino y editó Cuentos inolvidables según Julio Cortázar, que reúne textos de autores tan diversos como Truman Capote, Jorge Luis Borges, Felisberto Hernández, León Tolstoi, Katherine Mansfield, Juan Carlos Onetti, Leonora Carrington, Ambrose Bierce y Edgar Allan Poe. El tomo, editado casi como un libro de bolsillo, incluye también la conferencia dictada por Cortázar en 1962 y un estudio de Soledad Quereilhac.
Casi como si fuera un canon, pero sin tanta rigurosidad académica, el libro propone un viaje por los relatos más sorprendentes y grandiosos del género. Claro, no se trata de cuentos de antología. El mismo Cortázar se encargó de aclararlo.
Se trata, sin embargo, de historias que perduran porque tienen la misma característica: son aglutinantes de una realidad infinitamente más vasta que la de su mera anécdota. Y estos cuentos tienen esa magia especial.
Al leerlos, se puede "destejer el arco iris" como diría T.S. Elliot. Así, por ejemplo, esta travesía despojada de toda solemnidad lleva al lector por los misteriosos universos de Jorge Luis Borges con Tlön Uqbar, Orbis Tertius; muestra la atroz sencillez de Truman Capote con Un recuerdo navideño y exhibe la desfachatada coartada de Edgar Allan Poe con William Wilson.
Son relatos sabrosos que, en escasas páginas, resumen el sentido del humor, el fatalismo y hasta el destino mismo del hombre. Algunos incluso se elevan a la dimensión trágica o poética. Tal vez por eso hechizaron a Cortázar y siguen hechizando hoy a las nuevas generaciones. En una época en que los jóvenes han dejado casi de lado los cuentos, este libro reivindica el género y el placer de la lectura sin intenciones de redención social. © LA GACETA
Casi como si fuera un canon, pero sin tanta rigurosidad académica, el libro propone un viaje por los relatos más sorprendentes y grandiosos del género. Claro, no se trata de cuentos de antología. El mismo Cortázar se encargó de aclararlo.
Se trata, sin embargo, de historias que perduran porque tienen la misma característica: son aglutinantes de una realidad infinitamente más vasta que la de su mera anécdota. Y estos cuentos tienen esa magia especial.
Al leerlos, se puede "destejer el arco iris" como diría T.S. Elliot. Así, por ejemplo, esta travesía despojada de toda solemnidad lleva al lector por los misteriosos universos de Jorge Luis Borges con Tlön Uqbar, Orbis Tertius; muestra la atroz sencillez de Truman Capote con Un recuerdo navideño y exhibe la desfachatada coartada de Edgar Allan Poe con William Wilson.
Son relatos sabrosos que, en escasas páginas, resumen el sentido del humor, el fatalismo y hasta el destino mismo del hombre. Algunos incluso se elevan a la dimensión trágica o poética. Tal vez por eso hechizaron a Cortázar y siguen hechizando hoy a las nuevas generaciones. En una época en que los jóvenes han dejado casi de lado los cuentos, este libro reivindica el género y el placer de la lectura sin intenciones de redención social. © LA GACETA
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