"El rock se convirtió en una necesidad popular"

En el primer lugar de la lista de bandas inclasificables (raras, para ser precisos) está, desde hace más de 15 años El Otro Yo (EOY). Rock alternativo con matices pop y arranques punk, se convirtió en referente de una movida con identidad propia. Nada cambió, aunque su nuevo disco, “Fuera del tiempo”, suene diferente a los anteriores.
“Cuando lo grabamos y empezamos a escuchar lo que teníamos, nos dimos cuenta de que era parte de una sola cosa, y por eso no quisimos guardarnos nada”, le cuenta a 4 AM Cristian Aldana, cantante y violero de EOY. Y en ese momento muestra su generosidad: “nos parecía que no teníamos que pijotear canciones, todo nos sonaba como muy compacto, como una sola idea, y a los que les gusta el grupo ven que hay 19 canciones para descubrir”.
Por teléfono, el diálogo con Cristian es entretenido. El se suelta, se ríe y habla sin problemas.
“Lo que buscamos es que el disco sea una pieza artística integral, y que el empaque pueda desarrollar la idea de las canciones que contiene”, destaca. La explicación no es menor, si se tiene en cuenta que la caja del CD, de cartón, trae seis tapas intercambiables, según el gusto del que lo compra. Una obra maestra... del packaging.
Desde el concepto, y no sólo por el arte de tapa, es un disco más artístico que “Espejismos” (2004), el anterior de estudio. “Ese fue más contestatario, y este más romántico y artístico. Escucho que el disco funciona como una sola cosa, aunque el grupo es ecléctico, porque tiene una variedad importante de canciones. Suena a unidad pero con variedad, como la personalidad del grupo”, apunta Cristian, ya sin reírse.
Otro aspecto diferenciador es que hay más canciones interpretadas (y compuestas) por María Fernanda Aldana, su hermana y compañera de ruta.
“Fuera del tiempo” se muestra como un viaje que va de menor a mayor en intensidad. “Lo que pasa es que en el orden del disco, los temas más fuertes quedaron al final, y al principio la continuidad es en ascenso, in crescendo. Creo que tiene el equilibrio justo de lo que es EOY: tranqui y pop, y con distorsiones y ritmos acelerados. Esa es la personalidad de este disco, que no se puede comparar con otros”, asegura convencido.
EOY cambió varias cosas en los últimos tiempos. De ser productores de sí mismos y otras bandas, ahora convocaron a un productor, Billy Anderson, para que trabaje con ellos. “El moldeó a muchas de las bandas que nos gustan, y quedamos muy contentos porque aprendimos mucho con él”, aclara el cantante. Otra es que el grupo cerró un acuerdo de distribución con un sello discográfico grande.
“Es la forma de pasar los límites del techo del under, ser profesionales e independientes”, dice Cristian. Hubo un momento en el que se dieron cuenta de que no podían llegar a una mayor cantidad de público. “Es una experiencia útil para romper ese techo de difusión y lograr llegar a la gente”, aclara.
Esto les dejó otra enseñanza. “El rock se convirtió en una necesidad popular, abrió canales más amplios que los de antes, y así como hay un montón de bandas con ganas de tocar y desarrollarse artísticamente, hay quienes quieren acompañar”, asegura.
Sin embargo, sigue defendiendo el trabajo independiente, basado en el esfuerzo propio. “Es muy fantasioso eso de creer que va a venir alguien a descubrirte... Primero hay que descubrirse a uno mismo”, sostiene con seguridad.
En síntesis, su opinión es optimista al máximo: “es un buen momento para que las bandas puedan seguir creciendo”.
Las tomas de la grabación son en su mayoría en directo, lo que les exigió ensayar mucho. “Es el disco más veloz que grabamos, en solo un mes, porque antes estábamos en nuestro estudio y desarrollábamos más -explica-. Ahora fuimos a un estudio con Billy, y tanto ensayo ayudó a que suene como en vivo”.