17 Septiembre 2005
FESTEJO. Un joven celebra con cerveza su regreso al barrio Francés.
NUEVA ORLEANS.- Un puñado de comerciantes impacientes por retomar sus negocios empezó ayer a reabrir sus tiendas o a limpiar sus restaurantes en el barrio Francés, la zona histórica de Nueva Orleáns.
Sin embargo, el escenario general no ha cambiado. Los cadáveres siguen flotando en las zonas bajas, todavía inundadas, y no se ha restablecido la energía eléctrica, ni siquiera en la zona turística, que se salvó de la catástrofe.
Muy lentamente, la ciudad va emergiendo de las aguas contaminadas, que inundaron un 80% del territorio de la cuna del jazz durante varios días.
El presidente, George W. Bush, prometió U$S 200.000 millones para recuperar la región. Ayer dijo que el presupuesto puede manejar los costos de reconstrucción y prometió hallar formas alternativas para atenuar el gasto.
Las metas que expuso Bush son significativas: reconstruir carreteras, puentes y escuelas devastadas y llevar nuevamente a casas adecuadas al millón de evacuados. El emprendimiento -el más grande en materia de reconstrucción en la historia del país- fue elogiado en los ámbitos políticos.
Pero si Bush esperaba un aumento de su popularidad tras su anuncio debió sentirse frustrado: ayer no se percibía nada parecido.
La mayoría de los medios estadounidenses reflejaba escepticismo y distancia, y la conclusión generalizada era que su discurso llegó tarde y que se trata de una inversión para recuperar su imagen. (DPA-Especial)
Sin embargo, el escenario general no ha cambiado. Los cadáveres siguen flotando en las zonas bajas, todavía inundadas, y no se ha restablecido la energía eléctrica, ni siquiera en la zona turística, que se salvó de la catástrofe.
Muy lentamente, la ciudad va emergiendo de las aguas contaminadas, que inundaron un 80% del territorio de la cuna del jazz durante varios días.
El presidente, George W. Bush, prometió U$S 200.000 millones para recuperar la región. Ayer dijo que el presupuesto puede manejar los costos de reconstrucción y prometió hallar formas alternativas para atenuar el gasto.
Las metas que expuso Bush son significativas: reconstruir carreteras, puentes y escuelas devastadas y llevar nuevamente a casas adecuadas al millón de evacuados. El emprendimiento -el más grande en materia de reconstrucción en la historia del país- fue elogiado en los ámbitos políticos.
Pero si Bush esperaba un aumento de su popularidad tras su anuncio debió sentirse frustrado: ayer no se percibía nada parecido.
La mayoría de los medios estadounidenses reflejaba escepticismo y distancia, y la conclusión generalizada era que su discurso llegó tarde y que se trata de una inversión para recuperar su imagen. (DPA-Especial)
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