01 Febrero 2004
DECISION. Los mensajes del PE intentan llevar el debate hacia un terreno más favorable para sus planes.
En la última semana, el gobernador José Alperovich encontró una muletilla para responder a cada consulta periodística sobre su relación con la Legislatura y con el Partido Justicialista o sobre la posibilidad de convocar a una reforma de la Constitución. "Durante 20 días no voy a hablar de política. Hay que trabajar para la gente", afirmó en varias oportunidades.La definición se enmarca en una vieja discusión que se mantiene desde los orígenes del pensamiento. Para definir la política, los analistas se han dividido en dos grandes sectores. Por un lado, aquellos que ponen el énfasis en el aspecto formal de la actividad pública -más vinculado a los objetivos de la vida comunitaria y a los intereses colectivos- y por el otro, quienes enfocan cuestiones más prácticas, relacionadas con las posibilidades y los límites que se les imponen a quienes conducen las sociedades.
El gobernador parece inclinarse por la segunda posición. Una cosa es hablar o teorizar sobre los problemas y otra muy distinta es generar soluciones, sugiere, avanzando además sobre una sensación social fuertemente instalada en todas las discusiones sobre el tema: la idea de que la política es sinónimo de corrupción, negocios sucios y discusiones estériles.
En su libro "¿Que es la política?", la filósofa alemana Hannah Arendt (1906-1975) abonó esa sensación. "Para hablar sobre política habría que empezar por enfrentar los perjuicios que todos los que no son políticos de profesión tienen contra esa actividad", señaló. Sobre esa idea avanza el gobernador, buscando construir un discurso que lo diferencie de sus antecesores. Arendt afirmó además que el sustento de los prejuicios estaba dado por su anclaje en el pasado. "Con el mismo dinero de las anteriores administraciones, vamos a realizar obras que no se hicieron en los últimos 20 años", repite Alperovich abonando este análisis.
En este discurso el gobernador pareciera alejarse de la oratoria que utiliza el presidente Néstor Kirchner. El mandatario nacional reivindica la política como herramienta de transformación social. La diferencia con la frivolidad y la falta de respuestas de sus antecesores es un hecho que se busca resaltar. En contraposición con el discurso dominante de los años 90, Kirchner sostiene el rol del Estado como herramienta de desarrollo.
En su estilo, Alperovich se ve obligado a hablar y a actuar todo el tiempo. La generación de hechos en cada tema de la agenda diaria lo coloca en el centro de la escena. En ese contexto, cada uno de sus gestos adquiere un dimensión política que él no puede evitar a pesar de sus declaradas intencionesPara explicar este fenómeno, habría que remontarse a la etimología de la palabra política. Por un lado, "polis", que hace referencia a poder vivir en conjunto -de allí la definición de Aristóteles de que todo hombre es político- y por el otro, "polemos", que da idea de antagonismo y conflicto. Esta acepción tiene mucho más que ver con una realidad en la que la construcción de poder propio es un desafío cotidiano. O de otra forma, permite entender que hablar o no de algunos temas sirve para encontrar amigos y enemigos.
La oposición no confía en el compromiso del mandatario
La decisión del gobernador José Alperovich de "no hablar de política durante 20 días" fue recibida con sorna y con desagrado por gran parte del arco opositor. En opinión de la mayoría de los consultados por LA GACETA, el gobernador busca distraer y utiliza la descalificación para avanzar con un proyecto personalista y hegemónico.
Ricardo Bussi dijo que siempre es saludable hablar de política. "No hacerlo nos hizo mal durante mucho tiempo", recordó. El diputado nacional afirmó que debatir y hacer obras no son actividades incompatibles. "Es preciso abandonar debates estériles como el de la reforma de la Constitución, que sólo oculta la intención de la reelección. La actual Carta Magna permite solucionar todos los problemas", añadió.
Por su parte, el ex legislador Rodolfo Succar precisó que el Gobernador le hace un "flaco favor" a la cultura política de los tucumanos instando a que no se hable del tema. "En una provincia donde todo está tan vinculado al Estado, lo que hace falta es debatir en serio los grandes temas que siguen pendientes", aseveró el dirigente socialista.
El presidente de la Unión Cívica Radical José Ricardo Ascárate, culpó a Alperovich de desprestigiar a la política y vinculó las declaraciones del mandatario al denominado "estilo K". "Es una mala copia del presidente Néstor Kirchner. El también busca diferenciarse, pero no por hechos positivos, sino atacando a todos los dirigentes políticos", afirmó.
Según el legislador Alejandro Sangenis, Alperovich incurrió en un "lapsus linguae" al prometer no hablar de política durante 20 días. "Cuando el Gobernador inaugura una pileta de natación en el comuna que conduce su primo, al que él designó como interventor, está haciendo política.
El referente del Movimiento Tres Banderas, pidió al mandatario que actúe con ecuanimidad y reflexivamente. "El gobernador debe entender que no hay margen para el fracaso. Necesitamos conducciones tolerantes, que entiendan el disenso. Debe tranquilizarse y ser más prudente, por el bien de todos", concluyó.
PUNTOS DE VISTA
"Se necesita más discusión"
Saúl Ibañez
Master en Ciencias Políticas - FlacsoDocente UNT - UNSTA
El destino colectivo y el orden propios de cualquier sociedad dependen de una o de varias instituciones. En esos espacios, la política tiene un papel definitorio, no sólo en situaciones o en momentos extraordinarios de carencia y de emergencia, sino también cuando le es dado planificar el largo plazo colectivo.Ahora bien, en una época y en una provincia que se caracteriza por la crónica carencia de creencias compartidas acerca de lo público, de aquello que es de pertenencia de todos, y signada por la devastación producida por la acción y la inacción de una anti-elite política, debemos recordar las enseñanzas de Giovanni Sartori. El maestro italiano escribió que las instituciones y las Constituciones no pueden hacer milagros.
El éxito de tales esfuerzos institucionales depende profundamente del éxito de instituciones democráticas legítimas, que representen adecuadamente a los ciudadanos, que hagan responsables a los funcionarios públicos y que sostengan el gobierno de la ley .
Ante este panorama de imperiosas necesidades colectivas, ¿podemos darnos el lujo de vivir sin política?, ¿podemos vivir sin la verdadera política, esto es, aquella que tiene por norte el buen vivir de todos y no de algunos?
Debemos concluir enfáticamente que las verdaderas urgencias políticas en una sociedad devastada deberían dirigirse a la exigencia de una mayor actividad pública y no a su supresión de la agenda diaria, como se sugiere desde el Ejecutivo.
"No se dice toda la verdad"
Clara Adriana BolomoPsicoanalista
¿Qué es lo que dice un político cuando habla? Con ciertas particularidades, podríamos preguntarnos primero qué es lo que dice un sujeto humano cuando habla.
Sabemos, en principio, que un ser humano se constituye, inevitablemente, en relación con otro, que también habla. Así las cosas, el hombre, para poder vivir, está tomado por el lenguaje, quiera algo o no.
"Comprender" la palabra del sujeto humano en toda su dimensión es verdaderamente problemático. ¿Sabemos siempre en verdad lo que hacemos al hablar? Si la lengua nos llega siempre desde otro, ¿cual es la verdadera palabra de cada uno?
Entre los hombres nos entendemos porque hay un código en común, pero también hay un inconsciente en cada uno. Y siempre habrá un margen de error, porque inconscientemente decimos más o menos de lo que queremos. Creer que lo que se dice y que lo que se escucha del otro es todo sería un error.Si quien tiene un lugar de poder dice saber con certeza todo lo que a los otros les conviene hay un exceso de sentido en su discurso. A eso lo hemos vivido de manera extrema y con consecuencias trágicas hace años en nuestro país. Y que los que escuchan lo acaten, también es un exceso. No vivimos ahora esta situación, pero de alguna manera vivimos juegos de poder regulados hoy por los códigos de la democracia. Aseverar una consistencia absoluta del discurso es un imposible.Y como somos sujetos humanos, conviene estar advertidos de que lo que se dice o lo que se escucha nunca es una verdad unívoca.
APUNTES PARA LEER EN SILENCIO
HISTORIA NEGRA. No hablar de ciertos temas fue una limitación impuesta durante mucho tiempo en la historia Argentina. En 1966 el presidente Juan Carlos Onganía proclamó el fin de la política y el nacimiento de un nuevo Estado que definiría la agenda de los temas públicos. Durante el gobierno militar que ocupó el poder entre 1976 y 1983, hablar de política era un ejercicio que podía costar la vida.
EVITAR PROBLEMAS. "En este lugar está prohibido hablar de política". El texto se reproduce en bares y librerías de Venezuela que han decidido orientar las conversaciones de sus clientes hacia temas menos controvertidos. El fenómeno había tenido antecedentes en la España de los tiempos previos a la Guerra Civil, cuando los acalorados debates podían terminar en violentas trifulcas.
MAL NEGOCIO. En octubre de 2003, el cantante panameño Rubén Blades (foto izquierda) perdió U$S 100.000 por no cumplir un contrato que había firmado para participar de un recital por el centenario de la República de Panamá. El convenio establecía que el autor de "Pedro Navaja" no podía hablar de política, pero este rompió el compromiso poco antes de viajar a ese país y se quedó sin el dinero.
MENTIRAS. Jorge Luis Borges ( foto derecha) definió con crudeza e ironía a los políticos. En una entrevista periodística publicada en 1985, el escritor dijo que ninguno de ellos puede ser una persona totalmente sincera, porque dicen lo que esperan que se diga. "En el caso de un discurso político, los que opinan son los oyentes, más que el orador. El orador es una especie de espejo de lo que los demás piensan. Si no es así, fracasa", afirmó.
CHATEO. Según un estudio realizado por una universidad italiana, en Internet hay registrados 231 grupos de chat dedicados exclusivamente a hablar de política. En esos sitios se analizan temas vinculados a los asuntos públicos en general y a los distintos partidos o movimientos políticos. Por el contrario, númerosos sitios de chateo tienen como regla expresa la prohibición de discutir de política en la red de redes.
El gobernador parece inclinarse por la segunda posición. Una cosa es hablar o teorizar sobre los problemas y otra muy distinta es generar soluciones, sugiere, avanzando además sobre una sensación social fuertemente instalada en todas las discusiones sobre el tema: la idea de que la política es sinónimo de corrupción, negocios sucios y discusiones estériles.
En su libro "¿Que es la política?", la filósofa alemana Hannah Arendt (1906-1975) abonó esa sensación. "Para hablar sobre política habría que empezar por enfrentar los perjuicios que todos los que no son políticos de profesión tienen contra esa actividad", señaló. Sobre esa idea avanza el gobernador, buscando construir un discurso que lo diferencie de sus antecesores. Arendt afirmó además que el sustento de los prejuicios estaba dado por su anclaje en el pasado. "Con el mismo dinero de las anteriores administraciones, vamos a realizar obras que no se hicieron en los últimos 20 años", repite Alperovich abonando este análisis.
En este discurso el gobernador pareciera alejarse de la oratoria que utiliza el presidente Néstor Kirchner. El mandatario nacional reivindica la política como herramienta de transformación social. La diferencia con la frivolidad y la falta de respuestas de sus antecesores es un hecho que se busca resaltar. En contraposición con el discurso dominante de los años 90, Kirchner sostiene el rol del Estado como herramienta de desarrollo.
En su estilo, Alperovich se ve obligado a hablar y a actuar todo el tiempo. La generación de hechos en cada tema de la agenda diaria lo coloca en el centro de la escena. En ese contexto, cada uno de sus gestos adquiere un dimensión política que él no puede evitar a pesar de sus declaradas intencionesPara explicar este fenómeno, habría que remontarse a la etimología de la palabra política. Por un lado, "polis", que hace referencia a poder vivir en conjunto -de allí la definición de Aristóteles de que todo hombre es político- y por el otro, "polemos", que da idea de antagonismo y conflicto. Esta acepción tiene mucho más que ver con una realidad en la que la construcción de poder propio es un desafío cotidiano. O de otra forma, permite entender que hablar o no de algunos temas sirve para encontrar amigos y enemigos.
La decisión del gobernador José Alperovich de "no hablar de política durante 20 días" fue recibida con sorna y con desagrado por gran parte del arco opositor. En opinión de la mayoría de los consultados por LA GACETA, el gobernador busca distraer y utiliza la descalificación para avanzar con un proyecto personalista y hegemónico.
Ricardo Bussi dijo que siempre es saludable hablar de política. "No hacerlo nos hizo mal durante mucho tiempo", recordó. El diputado nacional afirmó que debatir y hacer obras no son actividades incompatibles. "Es preciso abandonar debates estériles como el de la reforma de la Constitución, que sólo oculta la intención de la reelección. La actual Carta Magna permite solucionar todos los problemas", añadió.
Por su parte, el ex legislador Rodolfo Succar precisó que el Gobernador le hace un "flaco favor" a la cultura política de los tucumanos instando a que no se hable del tema. "En una provincia donde todo está tan vinculado al Estado, lo que hace falta es debatir en serio los grandes temas que siguen pendientes", aseveró el dirigente socialista.
El presidente de la Unión Cívica Radical José Ricardo Ascárate, culpó a Alperovich de desprestigiar a la política y vinculó las declaraciones del mandatario al denominado "estilo K". "Es una mala copia del presidente Néstor Kirchner. El también busca diferenciarse, pero no por hechos positivos, sino atacando a todos los dirigentes políticos", afirmó.
Según el legislador Alejandro Sangenis, Alperovich incurrió en un "lapsus linguae" al prometer no hablar de política durante 20 días. "Cuando el Gobernador inaugura una pileta de natación en el comuna que conduce su primo, al que él designó como interventor, está haciendo política.
El referente del Movimiento Tres Banderas, pidió al mandatario que actúe con ecuanimidad y reflexivamente. "El gobernador debe entender que no hay margen para el fracaso. Necesitamos conducciones tolerantes, que entiendan el disenso. Debe tranquilizarse y ser más prudente, por el bien de todos", concluyó.
"Se necesita más discusión"
Saúl Ibañez
Master en Ciencias Políticas - FlacsoDocente UNT - UNSTA
El destino colectivo y el orden propios de cualquier sociedad dependen de una o de varias instituciones. En esos espacios, la política tiene un papel definitorio, no sólo en situaciones o en momentos extraordinarios de carencia y de emergencia, sino también cuando le es dado planificar el largo plazo colectivo.Ahora bien, en una época y en una provincia que se caracteriza por la crónica carencia de creencias compartidas acerca de lo público, de aquello que es de pertenencia de todos, y signada por la devastación producida por la acción y la inacción de una anti-elite política, debemos recordar las enseñanzas de Giovanni Sartori. El maestro italiano escribió que las instituciones y las Constituciones no pueden hacer milagros.
El éxito de tales esfuerzos institucionales depende profundamente del éxito de instituciones democráticas legítimas, que representen adecuadamente a los ciudadanos, que hagan responsables a los funcionarios públicos y que sostengan el gobierno de la ley .
Ante este panorama de imperiosas necesidades colectivas, ¿podemos darnos el lujo de vivir sin política?, ¿podemos vivir sin la verdadera política, esto es, aquella que tiene por norte el buen vivir de todos y no de algunos?
Debemos concluir enfáticamente que las verdaderas urgencias políticas en una sociedad devastada deberían dirigirse a la exigencia de una mayor actividad pública y no a su supresión de la agenda diaria, como se sugiere desde el Ejecutivo.
"No se dice toda la verdad"
Clara Adriana BolomoPsicoanalista
¿Qué es lo que dice un político cuando habla? Con ciertas particularidades, podríamos preguntarnos primero qué es lo que dice un sujeto humano cuando habla.
Sabemos, en principio, que un ser humano se constituye, inevitablemente, en relación con otro, que también habla. Así las cosas, el hombre, para poder vivir, está tomado por el lenguaje, quiera algo o no.
"Comprender" la palabra del sujeto humano en toda su dimensión es verdaderamente problemático. ¿Sabemos siempre en verdad lo que hacemos al hablar? Si la lengua nos llega siempre desde otro, ¿cual es la verdadera palabra de cada uno?
Entre los hombres nos entendemos porque hay un código en común, pero también hay un inconsciente en cada uno. Y siempre habrá un margen de error, porque inconscientemente decimos más o menos de lo que queremos. Creer que lo que se dice y que lo que se escucha del otro es todo sería un error.Si quien tiene un lugar de poder dice saber con certeza todo lo que a los otros les conviene hay un exceso de sentido en su discurso. A eso lo hemos vivido de manera extrema y con consecuencias trágicas hace años en nuestro país. Y que los que escuchan lo acaten, también es un exceso. No vivimos ahora esta situación, pero de alguna manera vivimos juegos de poder regulados hoy por los códigos de la democracia. Aseverar una consistencia absoluta del discurso es un imposible.Y como somos sujetos humanos, conviene estar advertidos de que lo que se dice o lo que se escucha nunca es una verdad unívoca.
HISTORIA NEGRA. No hablar de ciertos temas fue una limitación impuesta durante mucho tiempo en la historia Argentina. En 1966 el presidente Juan Carlos Onganía proclamó el fin de la política y el nacimiento de un nuevo Estado que definiría la agenda de los temas públicos. Durante el gobierno militar que ocupó el poder entre 1976 y 1983, hablar de política era un ejercicio que podía costar la vida.
EVITAR PROBLEMAS. "En este lugar está prohibido hablar de política". El texto se reproduce en bares y librerías de Venezuela que han decidido orientar las conversaciones de sus clientes hacia temas menos controvertidos. El fenómeno había tenido antecedentes en la España de los tiempos previos a la Guerra Civil, cuando los acalorados debates podían terminar en violentas trifulcas.
MAL NEGOCIO. En octubre de 2003, el cantante panameño Rubén Blades (foto izquierda) perdió U$S 100.000 por no cumplir un contrato que había firmado para participar de un recital por el centenario de la República de Panamá. El convenio establecía que el autor de "Pedro Navaja" no podía hablar de política, pero este rompió el compromiso poco antes de viajar a ese país y se quedó sin el dinero.
MENTIRAS. Jorge Luis Borges ( foto derecha) definió con crudeza e ironía a los políticos. En una entrevista periodística publicada en 1985, el escritor dijo que ninguno de ellos puede ser una persona totalmente sincera, porque dicen lo que esperan que se diga. "En el caso de un discurso político, los que opinan son los oyentes, más que el orador. El orador es una especie de espejo de lo que los demás piensan. Si no es así, fracasa", afirmó.
CHATEO. Según un estudio realizado por una universidad italiana, en Internet hay registrados 231 grupos de chat dedicados exclusivamente a hablar de política. En esos sitios se analizan temas vinculados a los asuntos públicos en general y a los distintos partidos o movimientos políticos. Por el contrario, númerosos sitios de chateo tienen como regla expresa la prohibición de discutir de política en la red de redes.