Graffitis hasta en la sopa

De pronto explotó. Las paredes dejaron la monocromía y los colores, con formas y figuras a veces difíciles de comprender, se adueñaron de la ciudad. El impacto de los graffitis superó las expectativas de los artistas callejeros que los vienen haciendo.
Por eso, decidieron organizar el 1º Encuentro de Graffitis Tucson, que se realizará el sábado y el domingo en el complejo Ledesma (avenida Sarmiento y 25 de Mayo), al que llegarán graffiteros de Córdoba, salta y otras provincias, además de algunos extranjeros que están en el país. Habrá, obviamente, pintura en vivo, Djs y bandas durante los dos días.
El encuentro es organizado por la crew UQZ, de plaza Urquiza, que hasta hace unos meses era la única de Tucumán. "Ahora hay varios grupos nuevos, de chicos que están empezando. Y lo mejor es que aparecieron algunas chicas también. Ellas le aportan otra mirada al graffiti, porque muestran menos agresividad que los varones y tienen un estilo diferente", apunta Ian, uno de los organizadores de la movida.
El graffiti es por definición una expresión semiclandestina, que suele hacerse de noche. Pero de a poco empieza a ser más aceptado socialmente. Una prueba de ellos es la veintena de camiones recolectores de basura que circulan por la ciudad desde julio, con pinturas de los chicos de UQZ (ver "Basura...").
Ese reconocimiento se percibe, con más claridad todavía, en el enganche de las autoridades del complejo Ledesma. "En 2006 hicimos ahí el campeonato de skate, y quedó una buena onda porque se dieron cuenta de que hacemos las cosas con seriedad; cuando les dijimos que queríamos hacer esta convención nos abrieron las puertas totalmente", afirma Ian.
Tanto es así que las paredes del complejo fueron puestas a disposición de los graffiteros, y también el alojamiento, que suele ser usado por deportistas o por evacuados en inundaciones.
En mayo pasado, 4AM reflejó en un informe la sorpresa que generan las pintadas en las paredes, que a esa altura eran muchas y cada día más elaboradas y complejas. Después siguieron decorando muros, y más tarde les tocó a los camiones de basura. Eso llevó a que aumentara el número de graffiteros y aspirantes a serlo.
"Los chicos a los que les interesa esto, y que alguna vez nos vieron trabajando, o que se colgaron con algún graffiti, se acercaron a preguntar y empezaron a animarse a comprar latas (aerosoles de pintura) y salir, sabiendo que esto no es una cuestión de técnica y nada más, sino que el movimiento graffitero tiene sus códigos y sus características", explica Ian.
Con el encuentro del fin de semana, la UQZ planea dar por cerrado el debate, y en todo caso abrir otro. "Queremos mostrar que el graffiti no es algo agresivo o invasivo, sino una manera más de expresarse", señala Ian, que además es diseñador gráfico y Vj (con el grupo TRV).
Los organizadores parcelaron las paredes del complejo, que depende de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, para que cada artista local o invitado haga su trabajo, en lo que se llaman "jam de graffitis". En otro sector se habilitarán muros para quienes están empezando a desarrollarse como artistas callejeros. Además, cada artista podrá trabajar con material provisto por la organización (habrá a disposición de cada uno ocho colores).
No habrá líneas temáticas a seguir, sino que cada quien hará lo que sienta en el momento o lo que haya preparado de antemano. Pero en este tipo de encuentros suelen darse cruces entre los artistas, y por ahí terminan trabajando casi en conjunto, marcando ejes temáticos o de colores según el caso. "Esto es así, y cada trabajo se va modificando en el momento, con agregados o variaciones que puede hacer el artista o aportes de quienes están alrededor", destaca Ian.