Reinauguran una cripta que estuvo cerrada más de 40 años

Reinauguran una cripta que estuvo cerrada más de 40 años

La capilla subterránea, que está en Mitre y Don Bosco, abrirá sus puertas el viernes. Construida en 1948 y dedicada a San Juan Bosco, fue clausurada en 1962 porque se inundaba.

INUNDADO. El santuario estuvo sumergido bajo dos metros de agua por un problema con las napas freáticas. INUNDADO. El santuario estuvo sumergido bajo dos metros de agua por un problema con las napas freáticas.
01 Septiembre 2008
A cinco metros bajo el suelo y debajo de lo que hoy es el nuevo templo de Don Bosco, en la esquina de Mitre y Don Bosco, se encuentra la inmensa cripta subterránea que sacerdotes de la comunidad salesiana, muchos de ellos inmigrantes italianos, hicieron construir en 1948.
Místico y con olor a humedad, el santuario de 50 metros de largo por 30 metros de ancho se convertirá el viernes, a las 21, en un espacio de arte moderno y sacro en el que 32 artistas expondrán sus trabajos para reinaugurar un sitio que durante 36 años estuvo bajo dos metros de agua.
En la muestra, que estará también abierta el sábado de 17 a 21, habrá intervenciones de arte abstracto del grupo dirigido por Bruno Giuliano; pinturas de arte clásico del taller de Adriana Castagno; una exposición de imaginería, con figuras de la iglesia de San Jorge; y la presentación de artesanías de la Red por los Chicos, que coordina Cristina Nemiña.

Bajo el agua
Respetando los lineamientos del estilo arquitectónico románico italiano del 1200, el proyecto original imitaba la catedral de Módena, en Italia, del que sólo llegó a construirse el santuario subterráneo.
"A partir de la década del 60 comenzaron en Tucumán los problemas con las napas freáticas en varios edificios que, como este, tenían un espacio de más de cuatro metros de profundidad. Por ese motivo, se suspendió la construcción del templo y la cripta quedó sumergida porque, en ese entonces, no había modo de sacar el agua", relató el hermano Agustín Borzi.
Siguiendo la tradición italiana, el proyecto proponía una cripta que funcionase como una capilla para oficiar las misas diarias.
En las paredes de ladrillo a la vista, blancas por la humedad, todavía hay rastros de los dos metros de agua que cubrían la superficie y pequeñas canaletas construidas en los contornos evidencian el gran volumen de agua que, hoy, dos bombas succionan cada 15 minutos para evitar que vuelva a inundarse.
"En 1988 resurgió la idea de edificar la parroquia, lo que obligó a plantear nuevamente el problema de la cripta inundada, porque arriba de ella debía erigirse el templo. No obstante, recién en 1998 se instaló un sistema de bombeo para quitar el agua y esto permitió a los arquitectos reforzar la estructura para iniciar las obras arriba", contó el hermano Héctor Barchini, director del colegio Tulio García Fernández.
El agua que brota de las paredes y del suelo es contenida por una red de pequeños canales gracias a las obras realizadas. "Tan serio es el problema que si se apagan una hora las bombas basta para que toda la superficie se cubra totalmente", acotó Barchini.

Las obras
Aunque la iglesia está prácticamente terminada todavía se celebran las misas en el templo instalado en la sala de teatro del Tulio. "En cuanto se terminen los detalles, como la puerta debajo del gran vitreau de la entrada, y se instalen los bancos, comenzaremos a oficiar aquí las misas. Todo lo que se hizo hasta el momento fue posible gracias a las colaboraciones de la gente y a donaciones de algunas empresas", afirmó Borzi y aclaró que ya fue inaugurada. "La apertura es el resultado de un gran esfuerzo del personal de la casa salesiana de Tucumán, del director del colegio, de los alumnos del instituto Massa (que colaboraron con la instalación de artefactos eléctricos, y de la colaboración de quienes trabajaron en la puesta en valor", destacó.

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