Escritos reunidos de un gran pintor

Este hermoso, pulcro y denso libro nos moviliza desde su inicio: presentación, diagramación, tipografía, impresión.
Para comentarlo, creímos necesaria esa aclaración previa. Para iniciar su lectura, bueno es saber que Alfredo Hlito es a la vez pintor y escritor, y que el poeta y crítico Rodolfo Alonso es no sólo el compilador de estos textos inéditos sino el responsable de la pulcritud y el buen gusto ya señalados.
Estamos ante un libro múltiple, heterogéneo, que enseguida pone de manifiesto la cultura de quien lo escribió, su trato cotidiano con la pintura y su relación tanto con la poesía como con la palabra, dos materiales frágiles, exquisitos, con los que no resulta fácil manejarse.
En su contenido hay comentarios de arte, filosofía del lenguaje, anécdotas en cuyo trasfondo yace una reflexión cultural o existencial, retazos de su propia experiencia, fragmentos de su vida, temblorosos de intimidad y llenos de frescura, hechos que lo acercan a quien lo lee.
Tal vez en la parte final esté la síntesis explicativa del estilo de este libro: “¿Por qué me resulta imposible separar lo que hago de los distintos humores que me impulsan a hacerlo?”
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