10 Abril 2008
En todo el país se celebran hoy los 50 años del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en conmemoración del natalicio de Bernardo Houssay, su creador.
En Tucumán, la celebración abrió paso a los balances internos. Faustino Siñeriz, director del Centro Científico Tecnológico de Tucumán y director del Proimi, aseguró que en los últimos cuatro años se renovó como nunca el equipo de investigadores argentinos gracias a una nueva política del Estado.
“En la Argentina habíamos llegado a un momento en el que, por la restricción en la incorporación de nuevo personal, hubo una crisis en el sistema científico argentino. El Conicet había sufrido un desgaste natural por el envejecimiento de la planta y eso tenía como consecuencia directa el hecho de que no se cubría la necesidad de investigadores”, detalló Siñeriz.
El profesional señaló que con el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner hubo “un giro de 180º en cuanto a desarrollo científico se trata”.
“Para tener investigadores es necesario primero sumar becarios. Desde 2003 a esta parte el Conicet pasó a tener de 400 a 1.500 becarios anuales”, indicó.
En Tucumán se desempeñan 206 investigadores y becarios en los cinco centros científicos y tecnológicos que el Consejo tiene en la provincia. El más nuevo es el ISES (Instituto Superior de Estudios Sociales), que se inauguró en marzo. A pesar de esos avances, Siñeriz reconoció que Argentina tiene falencias en materia de publicaciones científicas.
“En algunos aspectos estamos muy bien posicionados. Tenemos científicos de alta calidad con competitividad a nivel internacional. En otros aspectos, sin embargo, estamos atrasados. Esto sucede en cuanto a productos científicos en general y en la interfase de utilización de las estructuras gubernamentales”, opinó el experto.
En Tucumán, la celebración abrió paso a los balances internos. Faustino Siñeriz, director del Centro Científico Tecnológico de Tucumán y director del Proimi, aseguró que en los últimos cuatro años se renovó como nunca el equipo de investigadores argentinos gracias a una nueva política del Estado.
“En la Argentina habíamos llegado a un momento en el que, por la restricción en la incorporación de nuevo personal, hubo una crisis en el sistema científico argentino. El Conicet había sufrido un desgaste natural por el envejecimiento de la planta y eso tenía como consecuencia directa el hecho de que no se cubría la necesidad de investigadores”, detalló Siñeriz.
El profesional señaló que con el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner hubo “un giro de 180º en cuanto a desarrollo científico se trata”.
“Para tener investigadores es necesario primero sumar becarios. Desde 2003 a esta parte el Conicet pasó a tener de 400 a 1.500 becarios anuales”, indicó.
En Tucumán se desempeñan 206 investigadores y becarios en los cinco centros científicos y tecnológicos que el Consejo tiene en la provincia. El más nuevo es el ISES (Instituto Superior de Estudios Sociales), que se inauguró en marzo. A pesar de esos avances, Siñeriz reconoció que Argentina tiene falencias en materia de publicaciones científicas.
“En algunos aspectos estamos muy bien posicionados. Tenemos científicos de alta calidad con competitividad a nivel internacional. En otros aspectos, sin embargo, estamos atrasados. Esto sucede en cuanto a productos científicos en general y en la interfase de utilización de las estructuras gubernamentales”, opinó el experto.
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