Qué hacer con (la) Economía

Qué hacer con (la) Economía

En el tramo final de la campaña, el área económica vuelve a ser el centro de las versiones sobre cambios en su organigrama. Por Marcelo Batiz - Agencia DyN.

21 Octubre 2007
BUENOS AIRES.- No es un secreto para nadie que en la Argentina el manejo coordinado de la administración pública es una de las principales asignaturas pendientes de la dirigencia en su conjunto. La inercia parece haber sido la constante desde que se tenga memoria, con un esquema de distribución de responsabilidades entre ministros y secretarios que va cambiando con el tiempo en sus denominaciones y atribuciones, sin que esos cambios, la mayoría de las veces cosméticos, se traduzcan en acciones concretas.
En el tramo final de la campaña electoral, que desembocará en el recambio presidencial del 10 de diciembre, el área económica vuelve a ser el centro de las versiones sobre posibles cambios en su organigrama. ¿Se mantendrá la división entre Economía y Planificación como dos ministerios autónomos? ¿O se retomará la cartera de Producción, de efímera vida durante la Presidencia de Eduardo Duhalde?
Hasta el momento, los candidatos con mayores posibilidades para suceder a Néstor Kirchner no han dado mayores precisiones al respecto, más allá de las versiones extraoficiales que circularon en un momento que postulaban al actual ministro de Economía, Miguel Peirano, al frente de una eventual cartera de Producción, en una futura Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
Un repaso de la historia de lo que hoy es el Ministerio de Economía permitiría comprobar que los vaivenes en su conformación son de larga data. Hasta 1898, todo quedaba concentrado en el Ministerio de Hacienda, en una organización estatal que recién comenzaba a delinearse. Entonces, con el inicio de la segunda Presidencia de Julio A. Roca, se divide el hasta entonces inalterado Ministerio en tres: Hacienda, Agricultura y Obras Públicas. Una distribución funcional que se extendió por 48 años y es, hasta el momento, la que más perduró.
Los cambios que representó la gestión de Juan Domingo Perón en 1946 tuvieron su correlato en un nuevo organigrama. A lo largo de su Presidencia, se valió de los ministerios de Hacienda, Agricultura, Finanzas, Industria y Comercio, Asuntos Económicos, Transporte y Obras Públicas. Tras el golpe de 1955, la brevedad de la gestión de Eduardo Lonardi no fue un obstáculo para que el área económica tuviera siete ministerios: Hacienda, Finanzas, Industria, Agricultura y Ganadería, Comercio, Obras Públicas y Transporte. Un esquema parcialmente respetado por su sucesor Pedro Aramburu, quien fusionó las carteras de Industria y Comercio.
Arturo Frondizi presentó en 1958 una reestructuración que, a grandes rasgos, es la que se mantuvo en la cinco décadas siguientes. Concentró todas las áreas en el Ministerio de Economía (por primera vez tuvo esa denominación), con la excepción de Obras y Servicios Públicos, que continuó con rango ministerial. Hacienda, Finanzas, Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería pasaron a ser secretarías del primero, en tanto Obras Públicas, Transporte, Energía y Comunicaciones secundaron a Obras y Servicios Públicos. El esquema fue mantenido por Arturo Illia (José María Guido había concentrado todo en el Ministerio de Economía), hasta que el golpe de 1966 marcó el inicio de nuevas alteraciones.
Los tres dictadores de la denominada "Revolución Argentina" no coincidieron en la materia. Juan Carlos Onganía concentró todo en el Ministerio de Economía y Trabajo; para Roberto Levingston hubo dos carteras: Economía y Trabajo y la de Obras y Servicios Públicos, en tanto el cambio de Alejandro Lanusse consistió en denominar "Hacienda y Finanzas" al primero de los ministerios mencionados.
Héctor Cámpora, Raúl Lastiri, Juan Domingo Perón y María Estela Martínez volvieron a las fuentes y dejaron todo en manos del Ministerio de Economía, postura que mantuvo el dictador Jorge Videla, si bien por un breve lapso creó el Ministerio de Planeamiento. Su sucesor Roberto Viola dejó sin efecto la concentración iniciada por Frondizi y tuvo cinco ministerios: Economía, Hacienda y Finanzas; Agricultura y Ganadería; Industria y Minería; Obras y Servicios Públicos y Comercio e Intereses Marítimos.
Leopoldo Galtieri retomó la división en dos ministerios (Economía y Obras y Servicios Públicos), que se mantuvo hasta el primer año de la gestión de Carlos Menem, con una interrupción con Reynaldo Bignone, con quien Economía volvió a absorber todo.
A partir de 1991, Menem fusionó todo en el Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos, mientras que su sucesor, De la Rúa, implantó la división en Economía por un lado e Infraestructura por otro. El resto es historia reciente: Duhalde tuvo los ministerios de Economía y de Producción y Kirchner el de Economía y Producción por un lado y el de Planificación, Federal, Infraestructura y Servicios por el otro. Para una clase dirigente que suele confundir los anuncios con los hechos, los cambios en las denominaciones y organigramas cobran más importancia que lo que esas reparticiones puedan llegar a concretar. Como si la actividad rural o fabril vaya a potenciarse si Agricultura o Industria pasen a ser ministerios. La funesta experiencia de Viola puede ser un ejemplo a no seguir. Y a quien no le baste para convencerse, no está de más recordar que el origen de los años más oscuros de la historia argentina tuvo lugar en un Ministerio con la angelical denominación de "Bienestar Social".

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