27 Mayo 2007
CAPACITACION. Desde el Estado se impulsa la calificación de los desempleados en oficios vinculados con el sector de la construcción. ARCHIVO LA GACETA
Aunque el desempleo disminuyó sensiblemente tras la salida de la convertibilidad, "el Gobierno no ha diseñado programas específicos para atender el problema: no existen políticas de Estado que promuevan una mejora en el desempleo, en donde el contexto macroeconómico es el motor de la reducción del índice". Tal es la conclusión a la que arriba un informe elaborado por RK Consultores.
Según el adelanto del diagnóstico de Mercado de Trabajo, el desempleo en el primer trimestre alcanzó al 9,7% de la Población Económicamente Activa de los 31 aglomerados urbanos del país. Sumado a los subocupados, hay más de tres millones de argentinos que no pueden incorporarse al mercado de trabajo, dice el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Pese a esos indicadores, "será cada vez más difícil incorporar desocupados al mercado laboral", dice la consultora dirigida por los investigadores Natalia Kusnir y Sebastián Rocha.
Una de las principales preocupaciones de cualquier gobierno, es mantener en actividad a la mayor cantidad de personas en condiciones de poder trabajar. "La Argentina sufrió uno de los peores momentos de la historia en materia de desempleo, cuando en mayo de 2002 este indicador alcanzó el 21,5%, es decir, había 3,4 millones de personas excluidas del mercado de trabajo, a pesar de la existencia de planes Jefas y Jefes de Hogar", parte el informe privado. El crecimiento de la economía ha permitido en forma gradual ir absorbiendo mano de obra desocupada. "Sin embargo, la integración de los trabajadores con menores niveles de calificación sigue siendo un obstáculo", advierte la consultora.
Si el gobierno logra consolidar el crecimiento, con aumento de la inversión productiva, los planes sociales deberían ir desapareciendo para ser reemplazados por puestos de trabajo reales asociados a la mayor inversión y demanda laboral de las empresas, indican los consultores. "Parece ser un buen momento para pensar programas de trabajo que no representen subsidios a los desempleados, sino que mejoren la calificación de la mano de trabajo y garanticen una oferta laboral capacitada para que se incremente naturalmente la demanda de empleo.
De acuerdo con un informe de la cartera encabezada por el ministro Carlos Tomada, en la Argentina hay 975.303 personas que cobran los $ 150 mensuales del plan social. De ese total, sólo 33.456 residen en Tucumán.
En el área de Trabajo consideran que la reducción del desempleo no sólo está focalizado en aquellos desocupados que no tenían un subsidio estatal, sino también en los propios beneficiarios que encontraron un puesto formal o decidieron impulsar una cooperativa de trabajo.
Desde la creación del Plan Jefes de Hogar, en 2002, actualmente queda menos de la mitad de los empadronados.
Las mujeres y los adultos mayores, en general, cobran ahora un subsidio mayor a través del Plan Familias. En el caso de los jóvenes desocupados, en Tucumán se lanzó el Plan de Entrenamiento para el Trabajo, mediante el cual se intenta ubicar a las personas de entre 18 y 25 años en el sector privado, durante un período de pruebas de seis meses. El cupo es de 5.000 puestos.
De acuerdo con algunas proyecciones privadas, para el primer trimestre del año se espera una reducción de la tasa de desempleo en el Gran San Miguel de Tucumán respecto de igual período de 2006. Ese índice rondaría el 11% (equivale a cerca de 30.000 desocupados).
Según el adelanto del diagnóstico de Mercado de Trabajo, el desempleo en el primer trimestre alcanzó al 9,7% de la Población Económicamente Activa de los 31 aglomerados urbanos del país. Sumado a los subocupados, hay más de tres millones de argentinos que no pueden incorporarse al mercado de trabajo, dice el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Pese a esos indicadores, "será cada vez más difícil incorporar desocupados al mercado laboral", dice la consultora dirigida por los investigadores Natalia Kusnir y Sebastián Rocha.
Una de las principales preocupaciones de cualquier gobierno, es mantener en actividad a la mayor cantidad de personas en condiciones de poder trabajar. "La Argentina sufrió uno de los peores momentos de la historia en materia de desempleo, cuando en mayo de 2002 este indicador alcanzó el 21,5%, es decir, había 3,4 millones de personas excluidas del mercado de trabajo, a pesar de la existencia de planes Jefas y Jefes de Hogar", parte el informe privado. El crecimiento de la economía ha permitido en forma gradual ir absorbiendo mano de obra desocupada. "Sin embargo, la integración de los trabajadores con menores niveles de calificación sigue siendo un obstáculo", advierte la consultora.
Si el gobierno logra consolidar el crecimiento, con aumento de la inversión productiva, los planes sociales deberían ir desapareciendo para ser reemplazados por puestos de trabajo reales asociados a la mayor inversión y demanda laboral de las empresas, indican los consultores. "Parece ser un buen momento para pensar programas de trabajo que no representen subsidios a los desempleados, sino que mejoren la calificación de la mano de trabajo y garanticen una oferta laboral capacitada para que se incremente naturalmente la demanda de empleo.
Hay menos beneficiarios del plan Jefes de Hogar
La liquidación de subsidios por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación ha evidenciado la tendencia hacia la reducción y reconversión, en otros programas, de los planes Jefes y Jefas de Hogar Desocupados. De acuerdo con un informe de la cartera encabezada por el ministro Carlos Tomada, en la Argentina hay 975.303 personas que cobran los $ 150 mensuales del plan social. De ese total, sólo 33.456 residen en Tucumán.
En el área de Trabajo consideran que la reducción del desempleo no sólo está focalizado en aquellos desocupados que no tenían un subsidio estatal, sino también en los propios beneficiarios que encontraron un puesto formal o decidieron impulsar una cooperativa de trabajo.
Desde la creación del Plan Jefes de Hogar, en 2002, actualmente queda menos de la mitad de los empadronados.
Las mujeres y los adultos mayores, en general, cobran ahora un subsidio mayor a través del Plan Familias. En el caso de los jóvenes desocupados, en Tucumán se lanzó el Plan de Entrenamiento para el Trabajo, mediante el cual se intenta ubicar a las personas de entre 18 y 25 años en el sector privado, durante un período de pruebas de seis meses. El cupo es de 5.000 puestos.
De acuerdo con algunas proyecciones privadas, para el primer trimestre del año se espera una reducción de la tasa de desempleo en el Gran San Miguel de Tucumán respecto de igual período de 2006. Ese índice rondaría el 11% (equivale a cerca de 30.000 desocupados).