13 Julio 2006
El límite a los discursos
Es casi razonable que se permitiera hablar en el Senado en forma ilimitada. La Corte Suprema de Justicia sigue esperando la designación de sus dos miembros faltantes. Por Angel Anaya - columnista

La emergencia pertinaz
Ese estilo se manifiesta igualmente con la vacancia de dos cargos en la Corte Suprema de Justicia, pues hace ya un año que Kirchner no da los pasos para que se cubran a partir de los 30 días que había establecido, mediante el decreto 222/6/2003. Precisamente, a minutos de que Scioli anunció los superdiscursos, el ministro de Justicia, Alberto Iribarne, aclaró en el Senado que Kirchner no tiene previstas esas coberturas en la Corte. Seguirá así inhabilitado, de hecho, el tribunal supremo para resolver en asuntos fundamentales, por carecer del número necesario de miembros. De nada ha valido tampoco que varios ministros de la Corte hayan advertido acerca de esa situación, pues la voluntad del Presidente sigue orientándose mediante la definición que sedujo al alcalde radical de San Isidro; siempre, claro, que alguna sombra perturbe la marcha hacia las urnas de 2007, como ahora podría ocurrir con el controvertido proyecto reformador del Código Penal.
El estudio de un grupo de expertos, donde la lenidad de las penas o la relativa libertad del aborto provocarían una polémica en plena campaña electoral. En definitiva, será otro tema con horizonte remoto, como todo aquello capaz de perturbar el modelo cortoplacista de un poder que no puede escapar de la emergencia. (De nuestra Sucursal)
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