16 Junio 2006
“Antes del chateo, nunca nadie había escrito tanto -digitalmente- y tan mal. No existe un lenguaje del chat, sino deformaciones de la lengua. Y, en este sentido, si impulsamos el chat como una diversión, estamos discapacitando al alumno. Con este ejercicio de balbuceo primitivo de la lengua, que hace un jibarismo de las expresiones, estamos convirtiendo al chico en un inepto expresivo y, por lo tanto, en un ciudadano de segunda en el futuro”.
El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, tal como lo demuestra este concepto, no tiene contemplación con el chateo. Considera: “si tal como dicen nuestras estadísticas, un chico ha pasado de manejar 1.200 a 500 palabras -en los últimos cinco años-, y si a eso le sumamos alternaciones y reducciones en los vocablos, resulta que se empobrece gravemente la lengua de los jóvenes”.
¿Qué hacer frente a esta situación? Barcia tiene dos respuestas. Por un lado, reducir la cantidad de horas de los chicos frente a las computadoras o en el ciber. Y, por el otro, formar a los docentes en las nuevas tecnologías, para incorporar el chateo con fines educativos. Recordó que el 70% de los educadores no ha entrado jamás en Internet. “¿Cómo vamos a enderezar esto desde la escuela si los docentes no tienen idea de lo que los chicos están hablando?”, se preguntó.
El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, tal como lo demuestra este concepto, no tiene contemplación con el chateo. Considera: “si tal como dicen nuestras estadísticas, un chico ha pasado de manejar 1.200 a 500 palabras -en los últimos cinco años-, y si a eso le sumamos alternaciones y reducciones en los vocablos, resulta que se empobrece gravemente la lengua de los jóvenes”.
¿Qué hacer frente a esta situación? Barcia tiene dos respuestas. Por un lado, reducir la cantidad de horas de los chicos frente a las computadoras o en el ciber. Y, por el otro, formar a los docentes en las nuevas tecnologías, para incorporar el chateo con fines educativos. Recordó que el 70% de los educadores no ha entrado jamás en Internet. “¿Cómo vamos a enderezar esto desde la escuela si los docentes no tienen idea de lo que los chicos están hablando?”, se preguntó.
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