El disco de Callejeros se agotó en Buenos Aires

"Señales", el nuevo disco de Callejeros, se agotó en Buenos Aires pocas horas después de que salió a la venta, ayer a la mañana. El álbum llegó a Tucumán anoche, cerca del horario de cierre de la única disquería que lo tiene por el momento, debido a problemas en el traslado del material.
El lanzamiento, además, generó el rechazo de algunos padres de las víctimas de Cromagnon, como Luis Fernández, quien visitó Tucumán cuando estaba por realizarse el show de esta banda, para pedir que se lo impidan.
El disco salió al mercado con 20.000 copias, cifra que, ya desde el inicio de la comercialización, le otorgó la distinción de Disco de Oro en ventas, informó la agencia DyN.
Las principales cadenas discográficas vieron agotarse el stock a temprana hora, y hoy repondrán las copias de la nueva placa discográfica del grupo de Villa Celina.
El furor de ventas en Buenos Aires se dio, a pesar de que el disco cuesta $ 44.90 ($ 13 más que el promedio). No obstante, en Tucumán no se desató la misma euforia, aunque sí hubo consultas en las disquerías y algunas reservaciones.
"Hace más de una hora que lo estoy esperando, y a pesar de que es bastante caro, lo compro igual, porque mi hijo José Ignacio (17) es fanático", afirmó Alberto Mazza, un profesor de Lengua de 56 años que fue el primero en comprar el disco en Tucumán, ayer a las 20.
Después de él entró Damián Rodríguez, quien se mordió el labio inferior cuando el vendedor le dijo el precio. "No sabía que ya iba a salir, si no, no me hubiera comprado la armónica", dijo, sin ocultar la frustración. De todos modos, contó que ahorrará para adquirirlo.
Por ahora, sólo está a la venta en la disquería AM Store, y en los próximos días también en El Ateneo.
Consultado telefónicamente por LA GACETA, Luis Fernández dijo ayer: "lamentablemente en este país se sigue transgrediendo, y se elogia al que se sale de la ley, porque este es un grupo de asesinos que se quiere promocionar". "No creo que sea buen ejemplo para los jóvenes", añadió. El hombre, cuya hija, Nayla, es una de las 194 víctimas del incendio del 30 de diciembre de 2004, dijo que no escuchó ni escuchará el disco. "Tratan de salvarse, pero hay un embargo en su contra", contó.
También cuestionó a los sobrevivientes de la tragedia. "Ellos tienen un ritual, comen a costillas de los muertos. Cobran un subsidio, comen y viven de lo sucedido en Cromagnon; y en lugar de estar contra Callejeros, le tienen que hacer un monumento", dijo.