Carlitos y su hermano Diego, el "Chueco", cantaron 14 temas, algunos incluidos en su último CD, "Los pibes del barrio". Entre estos figuraron "Pobre diablo", "Atiende mi llamado", "El Pibe de Oro", "No sé qué haré", "Ve, báilalo" y "Mujer ingrata". Los estribillos de varias canciones fueron coreados por el público.
Mientras Tevez cantaba, también debió ingeniárselas para firmar autógrafos en prendas arrojadas por los espectadores. Varios intentaron subir a las tablas, pero la Policía controló esos desbordes. "Agradezco a los tucumanos, y especialmente a los monterizos, por el recibimiento que me brindaron y por el apoyo que se está dando a la banda de mi hermano. Había prometido venir, y aquí estoy", dijo el "Apache". En tanto, su hermano Diego también agradeció la presencia del público, aunque admitió que esperaba una mayor concurrencia. En varias partes del show lanzó proclamas contra la violencia y a favor de la paz.
El espectáculo fue filmado por el canal Crónica. También estuvieron presentes representantes de medios gráficos de la Capital Federal. Antes del recital de Piola Vago, actuaron la banda de Chiquino y el Quinteto Imperial.
"Estoy emocionada, porque pude tocar y besar a mi ídolo", dijo Johana Britos, de Monteros. "Vine a ver a Carlitos porque lo admiro como futbolista. Soy hincha de Boca y él nos dio muchas alegrías", indicó, por su parte, Soledad Lazarte, de Acheral. "Para mí fue un gran orgullo poder saludarlo. Me emocioné. Se ve que es una gran persona, porque no le negó saludos a nadie. Es muy sencillo", agregó Osvaldo Andrada, de Famaillá. El show concluyó a las 4.30. Tevez y el grupo retornaron a la capital felices. El show debía continuar. Y continuó.
"Carlitos cumplió con lo prometido"
En el estadio, el espectáculo bailantero fue un fiasco para Ñuñorco; pero, afuera, en las calles, la presencia de Carlos Tevez generó una verdadera convulsión en Monteros. Cientos de vecinos se arremolinaron en la puerta del club y permanecieron horas esperando la llegada de su máximo ídolo. Cerca de la medianoche, el jugador de Corinthians arribó al lugar en una trafic junto a los integrantes del grupo bailantero Piola Vago, con el que luego cantaría durante casi una hora. En ese momento se suscitaron corridas y apretujones entre quienes querían un autógrafo o simplemente saludar al ex goleador boquense.
"¡Carlitos, ídolo!" le gritaban. Sólo los que permanecían adentro del estadio pudieron cumplir su sueño de tocarlo, sacarse una foto y conseguir su autógrafo. Fueron menos de 500 personas las que habían ingresado, cuando se estimaba la asistencia de por lo menos unas 2.000. El inmenso predio deportivo quedó muy amplio para tan poco público. El escenario fue levantado en medio de la cancha.
"Carlitos cumplió con lo que había prometido; falló la gente que es muy incrédula. Si hubiera habido 50 personas, habría tocado de todas formas", señaló el empresario Daniel Villagrán que agradeció a las familias Pereyra, Roldán y Véliz, al "Gringo" Suárez y a las más de 400 personas que les creyeron. Vale destacarlo.
No usó la camiseta de Ñuñorco por los colores
"Lo mío es el fútbol; ahora vengo a compartir y a disfrutar con amigos", dijo Tevez a los periodistas. Cuando subió al escenario, saludó a la gente y, enseguida, se dirigió a las oficinas administrativas del club junto a los integrantes de Piola Vago. Allí, el intendente Alberto Olea le otorgó un decreto municipal mediante el cual fue declarado visitante destacado y luego una randa hecha por una artesana del lugar. Fenoglio le entregó enseguida una de las dos camisetas del club: la alternativa (negra con banda roja) y la original (similar a la de River).
Un dirigente le pidió a Tevez que se pusiera esta última, pero el jugador se negó: adujo, entre risas, que no iba a ponérsela por los colores. Luego, al técnico de Ñuñorco, Daniel Veronese, le firmó un autógrafo en la camiseta que tenía puesta. Finalmente, el lugar fue desalojado por la Policía y quedaron sólo los músicos.(C)