06 Abril 2005
DIALOGO. La máxima autoridad del Opus Dei, Javier Echeverría, durante un encuentro con el vicario de Argentina, Patricio Olmos.
El Opus Dei es una de las organizaciones que más creció y que más relevancia adquirió durante el papado de Juan Pablo II. Por esa razón, LA GACETA conversó con monseñor Patricio Olmos, vicario de la Prelatura del Opus Dei en la Argentina.
- ¿Qué significa para ustedes haber perdido a un Papa que le dio a la institución la jerarquía de Prelatura, que canonizó a su fundador y que tuvo un vocero -Joaquín Navarro Valls-, integrante de Opus Dei?
- A los fieles del Opus Dei nos embargan los mismos sentimientos que comparten los católicos y los hombres de buena voluntad: dolor por la pérdida del Padre común, y una serena alegría porque quien tanto se esforzó y sufrió, ahora descansa en paz. De Juan Pablo II se nos van cosas que no volverán, y eso duele. Por la fe, sabemos que nuestra tristeza se convertirá en gozo: nos volveremos a encontrar con él, si Dios quiere y cuando Dios quiera, y lo veremos con un cuerpo glorioso y resucitado, con aquel aspecto atlético, sonriente, que derrochaba alegría y esperanza. Por las gracias que Dios ha concedido al Opus Dei a través del papa Juan Pablo II, va nuestra mayor gratitud, y el deseo de corresponder del mejor modo posible. Lo de Joaquín Navarro Valls ha sido un trabajo encomendado a título personal, sobre lo que no tengo comentarios.
- ¿Es tan grande la influencia del Opus Dei en la Iglesia, como se piensa o como se dice?
- El Opus Dei, una partecita de la Iglesia, no tiene otra intención que servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida. Es una pequeña porción del pueblo de Dios. Nos gustaría poder servir y ayudar mejor. Algunas personas, por desconocimiento, piensan en influencias al modo humano, que de ninguna manera se deben dar en el seno de la Iglesia.
- ¿Qué capacidad de decisión tiene el Opus Dei en la elección del próximo Papa?
- Capacidad de decisión, ninguna: porque no la tiene, ni la busca. En términos sobrenaturales, de fe y de oración, que es cómo los católicos entendemos esta elección; deseamos que salga el candidato del Espíritu Santo, y oramos por quienes tienen la responsabilidad de tan alta elección.
- La apertura que se viene manifestando en el Opus Dei ¿es atribuible a Juan Pablo II?
- Siempre el Opus Dei quiso ser abierto al diálogo y al entendimiento, buscando que se respete su propia identidad. Considero que con Juan Pablo II se dieron circunstancias institucionales que facilitaron una mejor comprensión de su naturaleza y de su mensaje, me refiero, principalmente, a la erección del Opus Dei como Prelatura personal, y a la canonización de su fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer.
- ¿Qué significa para ustedes haber perdido a un Papa que le dio a la institución la jerarquía de Prelatura, que canonizó a su fundador y que tuvo un vocero -Joaquín Navarro Valls-, integrante de Opus Dei?
- A los fieles del Opus Dei nos embargan los mismos sentimientos que comparten los católicos y los hombres de buena voluntad: dolor por la pérdida del Padre común, y una serena alegría porque quien tanto se esforzó y sufrió, ahora descansa en paz. De Juan Pablo II se nos van cosas que no volverán, y eso duele. Por la fe, sabemos que nuestra tristeza se convertirá en gozo: nos volveremos a encontrar con él, si Dios quiere y cuando Dios quiera, y lo veremos con un cuerpo glorioso y resucitado, con aquel aspecto atlético, sonriente, que derrochaba alegría y esperanza. Por las gracias que Dios ha concedido al Opus Dei a través del papa Juan Pablo II, va nuestra mayor gratitud, y el deseo de corresponder del mejor modo posible. Lo de Joaquín Navarro Valls ha sido un trabajo encomendado a título personal, sobre lo que no tengo comentarios.
- ¿Es tan grande la influencia del Opus Dei en la Iglesia, como se piensa o como se dice?
- El Opus Dei, una partecita de la Iglesia, no tiene otra intención que servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida. Es una pequeña porción del pueblo de Dios. Nos gustaría poder servir y ayudar mejor. Algunas personas, por desconocimiento, piensan en influencias al modo humano, que de ninguna manera se deben dar en el seno de la Iglesia.
- ¿Qué capacidad de decisión tiene el Opus Dei en la elección del próximo Papa?
- Capacidad de decisión, ninguna: porque no la tiene, ni la busca. En términos sobrenaturales, de fe y de oración, que es cómo los católicos entendemos esta elección; deseamos que salga el candidato del Espíritu Santo, y oramos por quienes tienen la responsabilidad de tan alta elección.
- La apertura que se viene manifestando en el Opus Dei ¿es atribuible a Juan Pablo II?
- Siempre el Opus Dei quiso ser abierto al diálogo y al entendimiento, buscando que se respete su propia identidad. Considero que con Juan Pablo II se dieron circunstancias institucionales que facilitaron una mejor comprensión de su naturaleza y de su mensaje, me refiero, principalmente, a la erección del Opus Dei como Prelatura personal, y a la canonización de su fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer.
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