17 Octubre 2004
LA HABANA. (De nuestro enviado especial Roberto Delgado). Un calor húmedo, como el de Tucumán después de una lluvia de verano, recibió al gobernador José Alperovich y a su comitiva en la capital de Cuba, adonde viajó para anudar acuerdos de cooperación en salud, educación, turismo y deportes.
La idea es aprovechar la experiencia cubana en materia sanitaria, ya que la isla del Caribe tiene los índices de mortalidad infantil más bajos de América Latina, y encarar en Tucumán un programa que ayude a hacer cambios con más efectividad en el sistema primario de salud. Alperovich llegó a las 15 (14 de Argentina), después de haber participado en Buenos Aires del lanzamiento del Plan Nacer Argentina, una iniciativa de cuidado materno-infantil en la que la provincia será pionera.
Tras su discurso en la Casa Rosada, el viernes, Alperovich partió hacia Cuba, acompañado por el ministro de Salud, Juan Manzur; el fiscal de Estado, Antonio Estofán -quien debe completar las formas de los acuerdos-, y el empresario azucarero Héctor Mateo (ingenio La Corona), quien está interesado en la elaboración de subproductos del azúcar y del alcohol.
La iniciativa de cooperación surgió hace meses, cuando expertos cubanos visitaron la Estación Experimental y luego se encontraron con el gobernador. Allí lo invitaron a conocer la experiencia cubana en cuestiones de salud, educación y turismo.
Esas ideas tuvieron coincidencias, además, con el trabajo que ya estaba realizando Manzur en el plan cuatrienal de salud para Tucumán, y comenzó a anudarse un acuerdo. Hace tres semanas viajaron la secretaria de Educación, Susana Montaldo; la secretaria de Turismo, Mercedes Paz; la secretaria de Políticas Sociales, Beatriz Mirkin, y el director de Deportes, José Banegas.
Los esbozos de acuerdo se enviaron hace pocos días y ahora se completarían. En el tema sanitario interesa mucho la experiencia de los cubanos. El ministro Manzur, que se define como "pragmático, amante del orden", dijo que su idea es "comprometer a todos los estamentos del Estado" en la política de salud.
Para aprender
En Cuba, creen los funcionarios, hay mucho que aprender, desde el momento en que son capaces de hacer funcionar ingenios centenarios con maquinarias igual de centenarias y prácticamente sin repuestos. "El tiempo que se gana son vidas que se salvan", dijo Raúl Penna, uno de los asesores de Manzur.
Alperovich fue recibido por personal de alto nivel de los ministerios respectivos en la pintoresca ciudad de las columnas, como llamó el escritor Alejo Carpentier a La Habana. Los tucumanos se preparan para varios días de intenso trajín en su visita a la isla, y tienen la expectativa de una audiencia con Fidel Castro, a quien el ministro de Salud de Argentina, cuando se encontró el jueves con Alperovich y con Manzur en Buenos Aires, definió como "el último revolucionario romántico".
Valoran los éxitos de los caribeños
"No se trata de ideología, sino de pragmatismo. Los cubanos llevan 40 años luchando contra todo tipo de adversidades y han desarrollado el ingenio. A nosotros nos puede servir para encontrar un atajo", explicó el especialista Raúl Penna, quien colaboró en la elaboración del plan Cuatrienal de la provincia.
Penna, hijo de un director del centro regional de la Unesco, vivió y estudió en Cuba y España. Luego desarrolló su carrera en Africa y América Latina como organizador de servicios de salud de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud.
Superar los parches
Tras su jubilación, volvió a trabajar en su especialidad convocado por un ministro de Salud en San Luis, y luego por el actual ministro de Salud, Juan Manzur, en La Matanza (Buenos Aires), y en Tucumán.
"En mi experiencia vi que la gente, en general, volvía a los caps con los mismos problemas -diarreas, parásitos-, y las autoridades siempre tomaban medidas que sólo servían de paliativos. De lo que se trata es de combinar la voluntad de hacer las cosas con la asignación de recursos y con la negociación permanente de generar cambios", dijo.
La idea es aprovechar la experiencia cubana en materia sanitaria, ya que la isla del Caribe tiene los índices de mortalidad infantil más bajos de América Latina, y encarar en Tucumán un programa que ayude a hacer cambios con más efectividad en el sistema primario de salud. Alperovich llegó a las 15 (14 de Argentina), después de haber participado en Buenos Aires del lanzamiento del Plan Nacer Argentina, una iniciativa de cuidado materno-infantil en la que la provincia será pionera.
Tras su discurso en la Casa Rosada, el viernes, Alperovich partió hacia Cuba, acompañado por el ministro de Salud, Juan Manzur; el fiscal de Estado, Antonio Estofán -quien debe completar las formas de los acuerdos-, y el empresario azucarero Héctor Mateo (ingenio La Corona), quien está interesado en la elaboración de subproductos del azúcar y del alcohol.
La iniciativa de cooperación surgió hace meses, cuando expertos cubanos visitaron la Estación Experimental y luego se encontraron con el gobernador. Allí lo invitaron a conocer la experiencia cubana en cuestiones de salud, educación y turismo.
Esas ideas tuvieron coincidencias, además, con el trabajo que ya estaba realizando Manzur en el plan cuatrienal de salud para Tucumán, y comenzó a anudarse un acuerdo. Hace tres semanas viajaron la secretaria de Educación, Susana Montaldo; la secretaria de Turismo, Mercedes Paz; la secretaria de Políticas Sociales, Beatriz Mirkin, y el director de Deportes, José Banegas.
Los esbozos de acuerdo se enviaron hace pocos días y ahora se completarían. En el tema sanitario interesa mucho la experiencia de los cubanos. El ministro Manzur, que se define como "pragmático, amante del orden", dijo que su idea es "comprometer a todos los estamentos del Estado" en la política de salud.
Para aprender
En Cuba, creen los funcionarios, hay mucho que aprender, desde el momento en que son capaces de hacer funcionar ingenios centenarios con maquinarias igual de centenarias y prácticamente sin repuestos. "El tiempo que se gana son vidas que se salvan", dijo Raúl Penna, uno de los asesores de Manzur.
Alperovich fue recibido por personal de alto nivel de los ministerios respectivos en la pintoresca ciudad de las columnas, como llamó el escritor Alejo Carpentier a La Habana. Los tucumanos se preparan para varios días de intenso trajín en su visita a la isla, y tienen la expectativa de una audiencia con Fidel Castro, a quien el ministro de Salud de Argentina, cuando se encontró el jueves con Alperovich y con Manzur en Buenos Aires, definió como "el último revolucionario romántico".
"No se trata de ideología, sino de pragmatismo. Los cubanos llevan 40 años luchando contra todo tipo de adversidades y han desarrollado el ingenio. A nosotros nos puede servir para encontrar un atajo", explicó el especialista Raúl Penna, quien colaboró en la elaboración del plan Cuatrienal de la provincia.
Penna, hijo de un director del centro regional de la Unesco, vivió y estudió en Cuba y España. Luego desarrolló su carrera en Africa y América Latina como organizador de servicios de salud de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud.
Superar los parches
Tras su jubilación, volvió a trabajar en su especialidad convocado por un ministro de Salud en San Luis, y luego por el actual ministro de Salud, Juan Manzur, en La Matanza (Buenos Aires), y en Tucumán.
"En mi experiencia vi que la gente, en general, volvía a los caps con los mismos problemas -diarreas, parásitos-, y las autoridades siempre tomaban medidas que sólo servían de paliativos. De lo que se trata es de combinar la voluntad de hacer las cosas con la asignación de recursos y con la negociación permanente de generar cambios", dijo.