Tucumán es la única provincia del país que mantiene la enseñanza de religión en las escuelas públicas. La última en quitarla de la currícula obligatoria fue Salta, luego de un largo debate que concluyó en un fallo judicial.
La Iglesia tucumana no está dispuesta a ceder ese espacio, que considera esencial para la formación integral de niños y adolescentes, independientemente del credo que profesen e, incluso, si no pertenecen a ninguna religión. El arzobispado argumenta que esta asignatura forma a los alumnos en valores para la vida y aporta una visión trascedente de la dimensión humana.
La materia Religión está a cargo de más de 500 docentes con título oficial de “profesor en Ciencias Sagradas”, reconocido por el Ministerio de Educación. De los 194 colegios privados de distintos niveles que hay en Tucumán, 23 institutos pertenecen al arzobispado. El resto son laicos o están ligados a la Iglesia pero pertenecen a congregaciones religiosas. Los colegios del arzobispado están ubicados, en su mayoría, en zonas desfavorables o en el interior, atienden a la población más vulnerable y cuentan con 100 directivos, 1.150 empleados y 15.000 alumnos.
La educación católica en Tucumán está a cargo de la Delegación Episcopal de Educación, una especie de “ministerio” de reciente creación, que reemplaza la tradicional figura del vicario de Educación. Este cambio fue implementado por monseñor Carlos Sánchez con la idea de ampliar la mirada y trabajar en equipo bajo el lema “Caminemos juntos”. La educación ya no estará a cargo de una sola persona, como antes era el vicario, sino de un equipo, conformado de manera plural: un laico -Daniel Nacusse- y los sacerdotes Amado Tonello y Fernando Giardina. También se incorporará una mujer.
Uno de los primeros trabajos de la flamante Delegación Episcopal fue la modificación del diseño curricular de Religión para este año, que además implicará un cambio en los planes de estudio de la formación docente.
Una visión más amplia
“Analizamos el fallo de Salta y hemos realizado una propuesta ajustada a derecho. Sugerimos un planteo más plural, acorde con los tiempos que vivimos, pero a la vez sin dejar a nadie afuera, en coherencia con el lema que nos anima nuestro arzobispo, ‘Caminemos juntos’. Es decir, buscamos caminar juntos como Iglesia, pero también como pueblo”, explican los representantes arzobispales.
“Dentro del marco de la Constitución buscamos una propuesta que tenga en cuenta el acervo cultural de los tucumanos, atendiendo a que nuestra sociedad reconoce que el hombre es un ser trascendente y abierto a la trascendencia. En ese sentido para nosotros la religión tiene que seguir estando en la currícula educativa de todos, incluso en la escuela estatal porque es un aporte insustituible. Esto no significa que vamos a centrarnos en la religión católica, porque hay personas que son católicas o que no profesan ninguna religión. Por eso los profesores de Religión ya vienen trabajando en la incorporación de los otros credos, y ahora este aspecto se va a acentuar mucho más”, dicen.
Según Nacusse, el fallo judicial que saca la religión del horario de clase en las escuelas salteñas y que la deja como una optativa extracurricular muestra “una visión del fenómeno religioso individual”. “Nosotros, en cambio, creemos que el fenómeno religioso es un hecho constructor de cultura. Nuestro pueblo, en especial el Norte, tiene una cultura impregnada en la religión cristiana. Por eso conocer la religión es muy importante para entender la cosmovisión de nuestro pueblo”, agrega.
Desde esa perspectiva, que busca mirar la cultura desde sus distintas vertientes religiosas, no quedan a un lado las creencias de los pueblos aborígenes y su fusión con el cristianismo. Los valores culturales juegan un papel fundamental en el desarrollo de la asignatura. Por ejemplo, si se trata el tema de la familia, se abordan las costumbres y principios desde la visión judía, como de la islámica y la católica. Lo mismo cuando se trata de los rituales de las distintas religiones que conviven en el mundo.
“Un aspecto fundamental es formar al alumno en la tolerancia y el respeto a las otras culturas. Muchas veces el desconocimiento de lo diferente lleva a caricaturizar las religiones de los demás, como ocurrió en Europa”, recuerdan.
“En suma: queremos llegar a la enseñanza de la religión con un enfoque que tiene que ver con el fenómeno cultural y social, sin llegar a un adoctrinamiento, que desde ya rechazamos de plano”, aclaran.
Los representantes episcopales sostienen: “hay que romper con la idea de que lo religioso es una cuestión puramente individual y que cada uno debe vivirlo en su intimidad porque a los demás les molesta. Para nosotros, lo religioso impregna positivamente la vida de las personas, porque es vehículo de valores importantes para la vida social”.